Me sorprendió ver a Caleb sentado junto a la puerta del departamento, no estaba segura por cuánto tiempo había estado allí, cuando ni siquiera sabía qué hora era. Me acerqué lentamente y el sonido de mis pasos lo hizo levantar la mirada, cuando me vio se preparó para levantarse y estar listo para mí encuentro, yo ni siquiera quería hablar, había tenido una noche bastante agitada. Por eso cuando me acerqué a la puerta simplemente al abrí y le permití que entrara sin decir una sola palabra, yo caminé directamente hacia la cocina y me serví un vaso de agua sintiendo como él seguía detrás de mí. Nos quedamos en silencio por varios minutos hasta que me quité los zapatos y me dejé caer sobre el sofá, incliné mi cabeza y cerré mis ojos para darle entender que necesitaba un poco de paz.
—No creo que realmente hayas regresado a la oficina por documentos entregados a último momento —dijo en tono grave —. ¿Qué es lo que está pasando Mara?
Abrí los ojos lentamente y me dispuse a mirarlo a la cara, quise decir algo pero tomé otro sorbo de agua antes de hablar.
—No es algo fácil de hablar...
—Pero, probablemente sea más fácil hablar de ello, en lugar de hablar sobre lo ocurrido en el restaurante —dijo, y no estaba segura de poder darle la razón.
—Tampoco es fácil hablar de eso, a menos que tú quieras comenzar con la conversación —dije bastante cansada —. ¿Hay algo que quieras decir?
—Sí, hay muchas cosas que quiero decir en realidad, tanto que no sé por dónde empezar —dijo con ímpetu.
Podía notar que Caleb realmente estaba preocupado por nuestra relación, y por eso me senté de forma recta y decidí darle la oportunidad de hablar de lo que quería. Él noto el cambio en mi postura y se acercó un poco más a mí, sentándose en el sillón al lado del sofá donde me encontraba.
—Sé que me viste dudar después de lo que dijo Charlotte, y no quiero que pienses qué mi duda se haya debido a qué pensará que sus palabras fueran ciertas, pero si me permitió ver nuestra relación desde otro punto de vista...
—¿Desde qué punto de vista exactamente? —le pregunté de forma crítica.
—Tienes que admitir que nuestro inicio no fue para nada planeado, todo se dio de forma inesperada, y si no fuera por todo lo que tuvimos que pasar juntos no nos hubiéramos acercado tanto el uno al otro, gracias a las situaciones que atravesamos pudimos conocernos mejor —dijo y pude notar que estaba yendo en círculos —. Lo que quiero decir es que no estoy contigo solamente porque este agradecido porque me hayas salvado, estoy contigo porque llegué a conocerte y me enamoré de ti en el proceso, te vi como eras realmente y tú también me conociste como nadie lo ha hecho nunca, así que no estoy contigo por una obligación sino porque realmente quiero estar contigo.
Me quedé en silencio escuchándolo y tratando de elegir las palabras adecuadas para continuar con la conversación, pero realmente no sabía que decir ni cómo expresarme. Entonces me levanté y fui a la cocina para servir otro vaso de agua, cuando regrese le ofrecí el vaso de agua. Él bebió el agua un poco confundido por mis acciones y mi silencio, hasta que poco a poco fue entendiendo que simplemente necesitaba pensar y que no lo estaba rechazando.
—Tal vez ahora debamos pasar a otro tema —sugirió y sabía a qué se refería.
—Lo sé —dije.
—Ahora que he aclarado mis sentimientos hacia ti siento que debo añadir algo más, creo que tienes miedo Mara... Tienes miedo de algo, y me has estado apartando de ti todo este tiempo, ¿a qué le tienes miedo, Mara? —su pregunta fue bastante directa.
—Lo siento, sé muy bien que ha estado intentando evitar el tema, pero si realmente quieres escuchar sobre mis miedos, debes entender que todo se debe a mis inseguridades, algo que yo sé muy bien no es tu culpa... —intenté explicarle un poco antes de empezar —. Lo que dijo Charlotte es algo que me había estado molestando por mucho tiempo, me pregunté más de una vez sí seguías conmigo a causa de que yo rompí tu maldición, también me he estado preguntando sobre qué pasaría si un día llegas a cansarte sobre mis habilidades. Pero, lo que más temo es que mis habilidades y mi relación con los espíritus te ponga en peligro de nuevo...
Él se quedó mirándome bastante pensativo y lleno de preocupación, también podía ver qué de cierto modo se sintió ofendido por algo que había dicho, hasta que después de pensarlo un poco se calmó y llegó a algún tipo de conclusión. Entonces, se levantó del sillón y se sentó a mi lado en el mismo sofá, me tomó de las manos y me miró fijamente antes de hablar.
—Mara, me gustas tal y como eres, me gusta verte disfrutar tu trabajo como secretaria o como organizadora de eventos o haciendo cualquier cosa que te propongas, también me gusta verte hablar de fantasmas e intentar ayudarlos, me encanta estar con tu familia en los momentos normales y bizarros, me agrada pasar tiempo con tus hermanos y fugarnos en mi auto, amo estar contigo en cualquier tipo de situación... ¿Lo entiendes? —, quedé perpleja con lo que dijo y me quedé sin palabras de nuevo.
—El recolector de almas me visitó Caleb —confesé de inmediato sin poder ocultarlo más.
—¿Cuándo?
—El último día del año se presentó delante de mí frente al auto, luego incluso se sentó a mi lado en el auto, lo miré a los ojos y me atreví a desafiarlo —le conté todo.
—Supongo que esto es malo —dijo y asentí.
—Me dijo que vino a buscar un alma que se le escapó, un alma relacionada a la maldición —expliqué y evité decirle que probablemente se refería a su alma, cómo también evité decirle que yo le había dicho que aquella alma no era suya.
—Deberiamos hablar con tu familia...
—Tendremos una reunión pronto al respecto, porque las cosas se están saliendo de control...
—¿Qué está pasando? —preguntó más preocupado.
—Están empezando a aparecer más recolectores de almas, o al menos eso son los informes que nos han llegado, porque yo solamente he visto un recolector de almas. Esta situación está empezando a poner nerviosa la comunidad paranormal...
—¿A qué comunidad paranormal te refieres? —preguntó sorprendido por lo que había dicho.
—Me refiero a otras personas y familias que son como nosotros, cada uno tiene habilidades únicas y diferentes, pero en conjunto todos formamos parte de una comunidad y cuándo es necesario nos informamos entre nosotros sobre sucesos extraños a investigar, incluso se da una reunión cada año en la que todos nos encontramos y hablamos sobre cosas de gran importancia, es decir amenazas...
—Wow, nunca me habías contado sobre esto —dijo Caleb pensativo.
—No es algo de lo que se hable mucho, y como llevaba tanto tiempo apartada no he asistido a dicha reunión desde hace muchos años —le comenté un poco de ello.
Él me miró preocupado y al notar lo cansada que me tenía toda la situación, tomó mis piernas y puso mis pies en su regazo para masajearlos. Por supuesto aún tenía las medias puestas, así que me ayudó a quitarme las lentamente tocando un poco mi piel y poniendo mi cuerpo alerta ante su toque. Intenté moverme hacía él, pero me detuvo y de nuevo continuó prestando atención a la planta de mis pies masajeando lentamente. La tensión fue desapareciendo de mi cuerpo poco a poco, a medida que sus dedos fueron avanzando a mis tobillos y luego fueron mucho más arriba. Mis latidos se hicieron más ruidosos en mi pecho, y mi respiración fue más de prisa.
—Vamos a sobrevivir a esto —me dijo en voz baja, y luego se acercó para besarme con pasión, sabía que ya estaba esperando por su toque con más ansia y mi mente finalmente estaba en blanco.