Mara y el más allá

Capítulo 9

Llegué al lugar que me habían indicado, era bastante aislado y oscuro, bodegas abandonadas cerca de un área comercial poco concurrida. No había nadie por esos lugares, solamente la lluvia me acompañaba y eso me ponía un poco nerviosa, porque no podía escuchar nada más aparte del golpeteo de la lluvia sobre el suelo. Así que sostuve la sombrilla con firmeza e intenté avanzar entre charcos, sintiendo la humedad entrar en mis zapatos y empezar a empapar mis medias, ni siquiera me sentía adecuadamente vestida para la ocasión, aún traía la ropa de la oficina, y me había puesto un abrigo que había encontrado en el auto. Pero, la llamada de mi hermano me había tomado por sorpresa, y en un mal momento para crear excusas, esa era la desventaja de tener a tu jefe como tu novio, las excusas no servían muy bien. Aunque me hubiera gustado que viniera conmigo, una parte de mí estaba asustada de ponerlo en peligro, quería pensar que estábamos en un periodo de prueba, y pasado cierto tiempo ya no tendría que sobre protegerlo, porque ya nada malo pasaría de nuevo. Ese era un pensamiento bastante inocente al que quería aferrarme, pero no existía tanto tiempo de prueba. Además, también había ocurrido aquella conversación con Charlotte que seguía causando un molesto eco en mi cabeza, y no me iba a dejar tranquila por un largo tiempo.

Finalmente tuve un poco de valor y di el primer paso, me adentré poco a poco en el edificio oscuro preocupada, porque si se veía así cuando el sol apenas iba a ocultarse no podía imaginarme cómo sería con la luna en lo alto. Entonces, caminé lentamente y fui paso a paso llena de nerviosismo porque aquellos segundos se sintieron como si hubiera sido una eternidad, y con mi teléfono iluminé mi camino y busqué en las paredes la forma de traer un poco de luz eléctrica al lugar. Aún así no vi nada en todas las paredes a mi alrededor, era solamente un lugar amplio lleno de cajas abandonadas con mucho polvo y algunas ratas que caminaban alrededor. Me sobresalté cuando vi la primera rata moverse cerca de mis pies, los roedores nunca habían sido de mi agrado ni una vez, aceptaba que me espantaban más que cualquier fantasma. Al ver que no encontraba nada, decidí ir un poco más profundo y llegar hasta las habitaciones más secretas del lugar, así que me aventuré hasta llegar a un lugar donde vi varias puertas.

—¿Hay alguien aquí? —pregunté en voz baja, y me respondió un profundo silencio que hizo eco mi pregunta.

Me seguí sintiendo bastante nerviosa por estar sola allí, y cuando di el primer paso en la habitación por alguna razón la puerta se movió un poco hasta quedar entreabierta y la luz en mi teléfono se apagó, me sobresalté y sacudí el teléfono un poco desesperada para ver de nuevo. Por alguna razón creía que algún espíritu demoníaco se aparecería frente a mí y me arrastraría al infierno, todo ello era producto de las series de películas de terror que me había visto antes. Pero, cuando la luz regresó aunque no vi ningún espíritu sí me encontré algo aterrador en el lugar, habían dibujado cosas extrañas en el suelo, también había un extraño olor qué me llevó a levantar la mirada. Contuve un grito de terror cuando vi las ratas colgando desde el techo, estaban todas muertas y sangrando.

—Algo realmente aterrador de ver, ¿no lo crees? —preguntó alguien detrás de mí y no pude evitar gritar, su voz me había tomado por sorpresa en un momento en que ya me encontraba asustada. Entonces me di la vuelta lentamente y vi a un hombre que me resultaba vagamente familiar, estaba segura que lo había visto en alguna parte —. Ah, no puedo creer que no me recuerdes... Soy Jeremías Genou, ya sabes... De la familia Genou del sur del país.

Su apellido empezó a correr en mi mente, cómo si buscara entre archivos para recordar, y entonces llegué a la carpeta indicada. Los Genou eran como los Blackallister, teníamos una misión similar y trabajábamos en el mismo campo de acción, no estaba segura de si ellos también vivían cerca de un cementerio o tenían la habilidad y trabajaban de acuerdo a las solicitudes que obtuvieran. Hasta hace poco había aceptado regresar al negocio familiar y no recordaba muy bien qué otras familias estaban implicadas, después de todo el mundo de lo paranormal era más vasto de lo que la gente podría llegar a pensar.

—Lo siento, hace mucho que no asisto a las reuniones y he olvidado algunas cosas —me excusé, mientras recuperaba la compostura.

—Sí, hace mucho que no te veía y empezaba a olvidar cómo lucía tu rostro, me alegra saber que estás de vuelta en el equipo —dijo como si le hablara a un viejo amigo.

—Por cierto, ¿qué estás haciendo aquí, acaso este lugar no está muy lejos de tu jurisdicción? —una pelea con notable curiosidad.

—Veo que no sabes mucho, entonces déjame informarte un poco sobre lo que está pasando —dijo y se acercó a mí —. Fui enviado aquí porque todo el mundo alrededor de esta ciudad está empezando a enloquecer, cosas extrañas están sucediendo alrededor y se está expandiendo... Por si fuera poco han empezado a aparecer recolectores de almas.

—Lo sé, pero creí que solamente era uno —dije un poco confundida por la reciente información.

—No, son varios —aseguró.

—Solamente he visto a uno —le dije, me miró sorprendido por lo que había dicho.

—Espera, ¿qué quieres decir con qué viste uno? Yo ni siquiera he visto a un recolector de almas, no se supone que debamos verlos.

Sí, ya estaba informada de que ver a un recolector de almas no era algo bueno, ni siquiera se les debía ver a la cara a menos qué uno quisiera morir. Pero todo había ocurrido de forma inesperada y ya no podía borrar lo pasado, tampoco pensaba compartir ese detalle, pero había salido de mi boca por accidente.

—Bueno, un recolector de almas apareció frente a mí, no es como si hubiera podido evitarlo cuando solamente una ventana se interponía entre nosotros...

—¿Estás diciendo que viste su rostro? —preguntó de inmediato.

—No hablemos más de eso —le pedí y volví la mirada de vuelta a la terrorífica imagen que había en la habitación —. ¿Qué sabes sobre lo que sucedió aquí?

Notaba por su expresión que él quería seguir hablando sobre el tema, pero había entendido que yo acababa de cortar con la conversación. Me parecía mucho más importante enfocarme en lo que teníamos frente a nosotros, después de todo no era algo que viéramos todos los días.

—Creo que alguien está jugando con fuego, eso es lo primero que pensé —dijo de forma misteriosa y camino hacia las ratas que colgaban en el techo —. Brujería.

—¿Qué? —no estaba segura de haber escuchado bien lo que dijo, se supone que la brujería era algo del pasado.

—Sí, parece que alguien ha estado jugando, Esto es algo bastante peligroso, así es como muchas maldiciones también son creadas... —explicó —. Alguien hizo esto... Pero, el misterio es la razón, esto es demasiado complicado —se quejó.

—¿Has tratado con este tipo de cosas antes? —le pregunté.

—Solamente con amarres, te sorprendería lo que las personas a veces hacen por amor o tal vez por obsesión... Siempre tengo que estar limpiando el cementerio de la familia...

Agradecía que nuestro cementerio no fuera tan popular.

—Sea cuál sea la razón, esto es lo que está atrayendo a los recolectores de almas, los está haciendo vagar alrededor en busca de algo...

—Quieren un alma o tal vez varias, eso es lo que me dijo el recolector de almas que ví...

—Espera, ¿hablaste con él? —me miró asustado de nuevo por lo que acababa de decir —. Ten cuidado, hablar con uno no significa nada bueno.

Decidimos dejar el tema y nos concentramos en tomar fotos para mostrarle a los demás, y así formar un plan de acción para acabar con la situación. Sin embargo antes de partir Jeremías se aseguró de decirme que tuviera cuidado, y aquello me puso más nerviosa de lo que ya estaba.

—No quiero que le menciones esto a nadie —pedí con gran seriedad, y él se me quedó mirando con inquietud.

—No deberías mantenerlo en secreto por tanto tiempo, deberías decirle algo a tu familia al respecto, nunca se sabe lo que puede suceder mañana —insistió en el asunto.