Durante la reunión no pude concentrarme muy bien, sin embargo hice un gran esfuerzo en tomar nota y asegurarme qué la computadora funcionará a la perfección para poder mostrarle a todos las diapositivas sobre el proyecto que se iba a llevar a cabo. Lo más incómodo fue que cada vez que nuestras miradas se cruzaron intentamos mirar a otro lado al instante, y tampoco podía mirar a charlot que estaba sentada a dos sillas de distancia, justo al lado de su padre. Toda aquella situación me hizo replantearme sobre sí debería continuar trabajando con él, temía que nuestra relación hiciera más difícil nuestro trabajo en lugar de hacer de aquel algo más fácil. En algún momento finalmente pudimos concentrarnos y nos obligamos a pensar en el proyecto, miramos las imágenes que nos mostraron y escuchamos las sugerencias y pedidos del señor Reynolds. Luego cuando la reunión terminó el señor se acercó a nosotros para invitarnos a almorzar, podía ver que realmente se estaba esforzando para juntarnos a todos en una misma mesa con la esperanza de dialogar. Yo no quería aceptar la oferta y en su lugar intenté crear una excusa, pero Caleb no se dio cuenta a tiempo de mis intenciones y se apresuró a decir que sí, luego me miró un poco avergonzado por su error.
—Entonces, deberíamos irnos ahora, tengo una reservación en el San Vicente, el mejor restaurante de la ciudad. Incluso cuando los Kraus vienen a la ciudad siempre comen ahí, tiene cinco estrellas y los mejores platos de la ciudad —el señor Reynolds estaba muy emocionado.
Me sorprendí al escuchar que hablará de la familia kraus, era una familia muy adinerada de la ciudad cercana a la nuestra, todos querían entablar negociaciones con ellos. Así que definitivamente aquel restaurante debía ser muy bueno, pero no estaba segura de que estuviera vestida adecuadamente para la ocasión. Llevaba vestuario más que todo de oficina, una falda, una camisa y un abrigo delgado, definitivamente no había pensado que hoy sería un día de citas, simplemente había pensado en realizar mi trabajo de la mejor manera para luego ir a casa. Tampoco es que me viera desarreglada, simplemente había tratado de tener la imagen de una secretaria profesional y muy inteligente.
—Iremos por nuestros abrigos y después nos encontraremos en el restaurante —dijo Caleb.
El señor Reynolds estuvo de acuerdo y nos dejó ir, entonces pensé en ponerme un poco más de maquillaje.
—Yo te veo perfecta hoy —comentó Caleb cuando estábamos en el ascensor, seguramente había notado que no dejaba de mirar mi atuendo pensativa, eso era bastante dulce de su parte —. No te preocupes por cosas innecesarias.
Quería estar de acuerdo con él pero como toda mujer era demasiado consciente de mí misma, entonces busqué un poco de maquillaje en el bolso que había dejado en la oficina e intenté mejorar un poco más mi aspecto. Rachel subió poco después y me prestó sus zapatos para que luciera un poco mejor, y ya había escuchado que Charlotte estaba en el edificio y se apresuró a ir en mi encuentro. Cuando le conté lo que ocurría llamó a las demás chicas y una de ellas me envió un collar para qué mi pecho resaltará, luego otra subió para ayudarme con el maquillaje lo cual agradecí mucho.
—Vas a lucir despampanante —comentó Rachel.
Después de ayudarme tuve que correr a mi encuentro con Caleb para poder salir rumbo al restaurante, me sorprendió que estuviera de muy buen humor y quise pensar que era porque estábamos juntos. Ya en el restaurante se comportó como todo un caballero y tomó mi abrigo, incluso me ayudó a sentarme y se aseguró de que estuviera bien acomodada. El señor Reynolds nos miró con atención detallando nuestro lenguaje corporal, su hija no estaba cuando llegamos. Mientras Charlotte no estaba tuvimos una buena conversación, incluso nos reímos un poco hasta que ella llegó y el ambiente se tensó. Los platos no tardaron en ser servidos, y la conversación fue más cómoda cuando se movió a las negociaciones, dejando atrás el buen momento que habíamos tenido.
—Realmente he querido preguntar algo desde que nos encontramos de nuevo, ¿cómo se conocieron ustedes dos? —pregunto Charlotte durante la comida.
Caleb me miró pensativo y luego me sonrío al recordarlo, entonces los miró a ambos con ganas de contarles la historia. Luego pareció pensárselo un poco mejor y se detuvo a pensar en cómo debería contar el relato, después de todo habían algunas cosas que no se podrían explicar.
—En realidad nos conocimos hace mucho tiempo en un cementerio, ella vivía bastante cerca y mientras me marchaba también pude escuchar a alguien mencionar su nombre, no pude olvidarlo entonces y nunca pensé que nos volveríamos a encontrar hasta que la vi en las entrevistas que habíamos realizado el año pasado para encontrarme una nueva secretaria —narró con emoción.
La historia fue contada lentamente y evitando mencionar las cosas sobrenaturales que estuvieron a nuestro alrededor, cuándo Caleb habló sobre mí entrevista simplemente mencionó cómo me había recordado de aquella vez en el cementerio, confesó qué algo en mi le había llamado la atención y no había podido sacarme de su mente. Por supuesto que el señor Reynolds insistió en saber qué era lo que le había llamado la atención de mí, él lo pensó un poco antes de responder de forma cuidadosa.
—Fue la forma en que habló tan segura de sí misma y sin miedo a qué no le creyeran o la vieran cómo una persona más, pero a mis ojos ella era diferente... —, no estaba segura de si realmente se inventó aquello o si pensó eso de mí.
—¿Entonces, fue amor a primera vista? —preguntó el hombre.
—No, fue de forma gradual, mientras estuvimos juntos nos fuimos conociendo y me di cuenta del tipo de mujer que era ella, y poco a poco me fui enamorando de su fuerza, su insistencia en las causas perdidas y su positivismo en cuanto al futuro. Es que ella me enseñó a ser una nueva persona, sí eso es lo que más me atrajo de Mara, es que yo renací con ella —explicó y me miró sorprendido cuando llegó a esa conclusión.
—Y es así como el jefe se enamoró de su secretaria, qué historia tan repetitiva... Nunca imaginé que tú también caerías en ese tipo de cliché, Caleb —dijo Charlotte con amargura, y su padre la miró de inmediato para reprenderla.
—Supongo que sí hemos caído en el cliché —dijo Caleb sin mostrarse mínimamente ofendido por lo que ella dijo, probablemente buscaba aminorar la atención qué crecía entre nosotros.
—Al menos lo aceptas sin vergüenza —dijo ella, y Caleb se quedó en silencio, aunque podía notar que quería decirle unas cuantas cosas no muy agradables —. ¿No has pensado en cómo continuarán trabajando juntos cuando terminen su relación?
—¿Estás diciendo que nuestra relación va a terminar? ¿cuáles son sus fundamentos para decir tal cosa? —preguntó Caleb un poco molesto.
—Tal vez no siento que realmente estés enamorado, suena más a que te has visto obligado a tener una relación con esta mujer por algún sentimiento de amabilidad o agradecimiento, no lo sé...
Caleb se quedó en silencio pensando en lo que ella había dicho, y por un momento me asusté, porque sus palabras cavaron en lo profundo de mí y pensé en todo lo que habíamos pasado juntos y la forma en que lo había ayudado. Justo en ese momento me hice la misma pregunta que ella había planteado, sabía que también estaba siendo atacada por mis propias inseguridades, pero el silencio del hombre que estaba a mi lado no me ayudó. Entonces dejé los cubiertos sobre la mesa incapaz de probar otro bocado, quise decir algo en ese momento pero fui interrumpida por mi teléfono y me apresuré a contestar.
—Tenemos una pista y nos queda imposible dirigirnos al lugar en este momento, ya nos estamos encargando de otros lugares —, Mason me informó sobre una pista que les había llegado de sucesos extraños que habían ocurrido en la ciudad durante los últimos días, me envió una dirección que quedaba bastante cerca. Les dije que me encargaría de ello y miré a Caleb con vacilación, se notaba que quería discutir sobre lo que había pasado y Charlotte parecía estar lista para continuar con su ataque verbal sobre nuestra relación. Entonces, me levanté de la mesa y me preparé para dar una excusa, pero también pensé en la forma de salir de allí con él, podría dar una excusa que le permitiera elegir quedarse o irse conmigo, y tal vez debería darnos la oportunidad a los dos de salir de allí, pero no lo hice.
—Me temo que debo marcharme, han llegado unos documentos a último minuto que debo revisar —dije y miré a Caleb fijamente, él pareció comprender que quería irme de allí y me dejó ir con cierta decepción.
Fui al auto sintiéndome desconsolada, tenía todo tipo de sentimientos encontrados que me tenían llena de dudas, no estaba segura sobre qué pensar sobre Caleb y sobre mí. Cuando entré en el auto escribí una mensaje de texto para explicarle la verdadera razón de mí partida, pero terminé borrándolo todo al recordar mis dudas a causa de lo que dijo Charlotte.