Mara y el más allá

Capítulo 22

Una rueda de prensa se había prometido para calmar a los periodistas, aunque los periodistas seguían esperando fuera del edificio para poder verme incluso después de aquel anuncio. Así que tuve que salir de forma secreta con ayuda de un vecino de Joe, quién me dijo en el edificio donde residía Caleb. Mi hermano y yo nos pusimos cómodos a esperar por él, puesto que se encontraba en medio de reuniones de trabajo y llamadas en la antigua casa familiar de los Dumas, y como no queríamos incomodar tanto al vecino preferimos que nos llevará un lugar cercano para no abusar de su amabilidad.

—Tú hablaste con él, ¿se escuchaba enojado? —le pregunté un poco asustada a mi hermana y él me miró de reojo.

—No sabría decirlo, sonaba un poco serio si a eso te refieres... ¿Vamos a quedarnos sentados de esta forma mientras esperamos por él? —preguntó mi hermano al ver que estábamos amo sentados de forma tensa uno al lado del otro mirando hacia el vacío, al darme cuenta de ello finalmente me di la vuelta para mirarlo.

—Lo siento, estoy un poco nerviosa —le dije.

—Aún sigo pensando en la mujer del elevador, creo que... —mi hermano me hizo recordar aquel tema, pero no podemos terminar la conversación porque escuchamos la puerta abrirse.

Caleb finalmente había regresado y se veía bastante cansado, cerró la puerta de forma silenciosa y nos miro desde allí a ambos. Probablemente estaba pensando en que decirnos y cómo decirlo, no creo que quisiera buscar algún tipo de pelea con nosotros. Así que camino lentamente y luego tomo asiento entre nosotros empujando nuestra cada uno hacia un lado para que le hiciéramos espacio. Entonces movió sus manos para deshacerse de su corbata, hijos salieron largo suspiro mientras echaba la cabeza hacia atrás.

—Bueno, no estoy para nada sorprendido —comentó —, pero Mara, deberías tener más cuidado con tu salud.

Finalmente me miró de forma preocupada y luego también miró a mi hermano, entonces bien vistazo arriba de nuevo y Cerro sus ojos por un momento para descansar. Después de aquello íbamos a tener que dirigirnos hacía un salón de convenciones qué se había rentado para realizar la rueda de prensa, eso era lo que había acordado para poder calmar al público y brindar la información que los periodistas tanto querían tener sobre mí lo que había acontecido aquel día de la explosión, aunque en su mayoría se había acordado que Caleb hablaría en mi lugar.

—Tus padres van a venir por ti —le dijo a mi hermano.

—¿Qué? Pero, yo también quería asistir a la rueda de prensa... —dijo él un poco molestó.

—Podrás verla a través de la televisión, de todos modos luego de la rueda de prensa llevaré a Mara de vuelta a casa, logré realizar un acuerdo con el hospital y los doctores, ya que no creo que sea seguro para ella regresar después de esto —informó Caleb —, hemos hecho lo suficiente para qué aún no sepan la dirección donde viven, el cual ayudara durante un tiempo.

—Pero van a descubrirlo —dijo mi hermano.

Él no dijo nada al respecto aunque probablemente estaba de acuerdo, eran cosas que podrían suceder en cualquier momento de forma inevitable.

—¿Ya comieron? —preguntó entonces para cambiar el tema de la conversación.

—Desayunamos —dijo mi hermano pensativo.

—No queríamos interrumpir tu trabajo —comenté de repente y él me miró pensativo.

—No te preocupes por eso, ya no estaba trabajando —dijo con suavidad —, estuve trabajando un poco y tuve algunas reuniones, pero se me hizo tarde y me quedé dormido y mi antigua habitación. Entonces Joe me llamó y me despertó, fue bastante extraño volver a dormir en ese lugar después de tanto tiempo, pero por primera vez me sentí... —se quedó pensativo y entonces me sonrío —, fue una sensación bastante agradable.

—¿Fue agradable que te despertaran con una llamada tan temprano? —le pregunto mi hermano confundido y luego me di cuenta que simplemente estaba bromeando.

—No, claro que no, no me refiero a eso... Yo...

—Entonces te gusta que te despierten temprano —mencionó mi hermano pensativo —, pero cuando estás en nuestra casa no te levantas temprano...

—Eso es porque tu hermana... —Caleb estaba a punto de realizar una protesta, pero lo detuve al pensar en cómo podría completar aquella frase.

—¿Qué? ¿Qué hace Mara? —preguntó mirándome.

—Ya deja de molestarlo —le dije, y finalmente mi hermano se rió.

Mis padres dejaron al poco tiempo y se llevaron a mi hermano aunque él no desea irse, pero ambos estaban muy enojados por la forma irresponsable en la que habíamos actuado así que no se atrevió a rebelarse. Yo tampoco dije mucho y en su lugar simplemente agradecí que me hubieran llevado ropa para cambiarme algo mejor, no quería lucir tan mal en la conferencia. Por eso escuché atentamente todos sus regaños y esperé a que se calmaran después de aquello, mientras tanto Caleb se esforzó para hacerlo sentir mejor al ofrecerles limonada y lo que sea que hubiera en su refrigerador.

—¿Al menos pudiste descubrir algo? —preguntó mi padre y lo miré dubitativa.

—No estoy segura —dije, pero mi hermano sacó su teléfono y les mostró una foto que había tomado del video que vimos.

—Esta mujer...

Caleb se quedó mirando la imagen de baja calidad, siempre era difícil tomar fotos a las pantallas de computadoras.

—¿Quién es? —preguntó mi padre, y no teníamos respuesta para él.

—Luce familiar —dijo Caleb.

—Nosotros nos encargarémos de investigar esto, ustedes deben prepararse —dijo mi madre, y tomó a mi hermano del brazo para llevárselo —, es mejor que nos vayamos para no llamar mucho la atención.

Estuvimos de acuerdo y los dejamos ir, aunque mi hermano se fue a la fuerza e hizo todo un drama mientras mi madre lo arrastraba hacia la puerta y mi padre se disculpaba con Caleb por su locura momentánea. Casi parecía como si la tragedia no nos hubiera afectado, pero mis padres aún tenían reflejada la tristeza en sus ojos, y mi madre se veía más delgada, no éramos inmunes al dolor, simplemente actuábamos para no derrumbarnos. Me di cuenta de ello mientras se iban y los observaba interactuar, finalmente comprendía lo que estaba pasando.

—¿Estás bien? —me preguntó Caleb cuando se fueron porque me quedé mirando la puerta por mucho tiempo.

—Tenemos que cambiarnos de ropa —susurré.

—Va a venir el doctor, esperemos un poco, quiero que tengas un chequeo antes de...

Agarré un borde de su camisa que sobresalía de forma desordenada, y me di la vuelta lentamente para mirarlo.

—Tal vez esto es mi culpa, siempre quise intentar tener una vida normal y huir del deber Blackallister, aunque ya acepté mi poder y el deber que viene con ello, sigo... Si hubiera realizado un trabajo más detallado, si yo... Si hubiera puesto todo mi empeño y me hubiera concentrado...

—No puedes cargar con ello tú sola, tu familia también hace parte de esto, todos ellos intentaron descubrir la verdad —me dijo él.

—Pero, yo no he sido del todo sincera, porque tenía miedo de que eso arruinara nuestras vidas.

—Mara, cálmate, no te culpes por esto, hiciste lo que pudiste y aún podemos resolver este caso, tenemos pistas y...

El timbre de la puerta se escuchó y nos interrumpió, obviamente se trataba del doctor que había llegado para realizarme el chequeo. Caleb fue a abrirle la puerta y nuestra conversación quedó en pausa, durante media hora charlamos con el doctor de confianza de Caleb, quien revisó mi estado y me dió muchos consejos y sugerencias, me hizo tomar medicina y me pidió que no me esforzará mucho. Cuando se marchó finalmente pude cambiarme de ropa, pero me fue difícil realizar el cometido por mí misma y con un poco de vergüenza tuve que pedirle ayuda a Caleb. Él fue muy cuidadoso y atento cuando me puso la camisa que me molestaba cada vez que debía pasar los brazos entre la tela, por eso empezó a insistir en cancelar la conferencia, pero yo me negué a ello porque no quería causar más inconvenientes.

—Creo que hacer esto podría calmar un poco la situación, quiero ayudar de algún modo, ví las noticias y la compañía no se encuentra en su mejor momento —dije y él se quedó callado, porque esa era la verdad —, así que hagámoslo...

—Gracias —dijo entonces —, te amo.

Aquellas palabras me tomaron por sorpresa, y pude ver en su expresión que había sido algo espontáneo, tal vez el pensamiento se le había escapado en voz alta. Me sentí nerviosa al pensar que podría estar esperando por una respuesta, y mi mente se bloqueó al instante, aunque deseaba responder del mismo modo, me sentí demasiado tímida y por alguna razón grité, y me cubrí el rostro con mis manos.

—¿Estás bien? —me preguntó preocupado.

—No, sí, yo... Oh, Dios, sí, quiero decir que... Tú y yo, los fantasmas, ¿qué estoy diciendo? Yo... Agh, yo...

Él empezó a reír de repente y terminó de ayudarme a ponerme la camisa mientras se reía de mi extraña reacción.

—Necesitas organizar tus pensamientos —se burló un poco —. Bueno, ya estás lista.

Él se cambió de ropa en pocos minutos y luego de forma sigilosa bajamos al estacionamiento donde un hombre nos esperaba, y yo no dejaba de pensar en lo bochornoso que había actuado.

—Mara, sobre la foto que Milo nos mostró, creo que sabes de quién se trata, incluso yo lo sé —comentó de repente.

—No estoy segura —dije.

—Es ella.

—Tal vez no lo sea —le dije ya dentro del auto, ambos nos sentamos atrás, el chófer ya sabía a dónde nos dirigíamos.

—Estoy seguro de que es ella, su padre me dijo que ha estado actuando de forma extraña últimamente y la policía ha estado haciendo preguntas, no creo que debamos tomar esto a la ligera. Si esto es una gran amenaza para nosotros, debemos tomar cartas en el asunto...

—Crees que está relacionado con la maldición —le dije y él asintió.

—Afectó a muchas personas, Mara, no me sorprendería... Y si es así, entonces también te afectó a ti de la peor forma posible...

—Supongo que ambos estamos llenos de culpas —comenté.

—Somos tal para cual —dijo él en respuesta.

—Caleb, yo también te amo.

—Lo sé —dijo de forma natural y se rió al recordar de nuevo la forma en la que había actuado antes, aquél pudo haber Sido un viaje tranquilo y lleno de revelaciones. Pero, el auto se sacudió y luego ví el mundo girar, habíamos chocado o algo nos había empujado hacia la muerte.