Capítulo 1.
Todos los sábados eran para Eden los días más esperados de la semana, era el único día que podía dormir sin culpa hasta la hora que quisiera sabiendo que nadie la molestaría. Su familia estaba advertida, sus amigos igual. La única que tenía el permiso y las llaves para entrar a la casa cuando quisiera era su mejor amiga Betty quien prácticamente vivía a dos cuadras de su casa con su ahora novio Dave.
Betty varias veces la sorprendía con la comida hecha aprovechando que ella también se encontraba en casa y sola. Dave era un empresario transportista por lo que siempre por cuestiones de negocios viajaba constantemente, fue una de las razones por las que le rogó a Eden que se mudara cerca para sentirse acompañada.
Ambas eran muy buenas amigas desde hacia varios años cuando se conocieron en la Universidad pero mientras Eden estudiaba Medicina Legal y Forense su amiga Betty estudió Bioquímica y Farmacia. Aunque básicamente eran mujeres de ciencia sus carreras las llevó por otros caminos pero aún así esa amistad se mantuvo intacta durante todos estos años. En la actualidad Eden era la médico legista en jefe de la ciudad mientras que Betty era una de las científicas más reconocidas en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
Realizada y con una carrera establecida de todas formas Eden trabajaba las horas que le correspondía más que nada por que disfrutaba de su trabajo y más sabiendo que de esa forma ayudaba a quienes ya no podían defenderse. Pero eso lograba consumir todo su tiempo ya que la llamaban a cualquier hora del día y esto fue en varias ocasiones un problema para su vida romántica ya que nadie la comprendía y la apoyaba. Además de la desilusión que sufrió hace ya muchos años había decidido que era preferible enfocarse en su carrera y no en su vida íntima. Cosa que por supuesto su familia no comprendía pero la tenía sin cuidado, era su vida y su decisión.
Esa mañana de sábado era realmente hermosa y con la intensión de poder disfrutarla ya que el día anterior había podido llegar a casa temprano Eden había despertado a eso de las 8 a.m y decidió salir a correr, aunque estaba en forma ya que en el trabajo disponía del gimnasio, de todas formas amaba salir a correr porque de esa forma distraía la mente mientras observaba el mundo que no podía apreciar todos los días.
Ya luego de una hora trotando decidió volver ya que el sol daba con todo y siendo verano el calor se tornaba un poco insoportable. Cuando volvía a casa vio a una camioneta de un correo privado estacionado en frente y en la puerta un hombre tocando el timbre y mirando a través de la ventanita en la puerta. Aceleró el paso ya que le llamó la atención estaba casi segura que no había pedido nada online y menos con entrega privada.
- Buen día – saluda sacándose los auriculares, el hombre claramente frustrado por haber tocado tanto tiempo el timbre la vio y soltó un suspiro profundo.
- Usted es la señorita Nash?
- Si quien es?
- Buen día, disculpe es que tengo que entregarle esta invitación y tengo ordenes de entregarlo en mano a cada invitado. Que tenga buen día – dijo este entregándole el sobre y yéndose sin darle tanto tiempo a responder.
Observó el sobre y supo que se trataría de alguna invitación a alguna gala benéfica o algo así. El material del papel era fino y ostentaba por todas partes los lujos del anfitrión. Con la curiosidad al máximo entró rápidamente para ver de quien se trataba, hacía mucho que no asistía a alguna fiesta que organizaban los magnates de la ciudad.
Dejando las zapatillas en un costado de la puerta fue a la cocina a servirse agua y luego se sentó en el desayunador para ver de quien y de que se trataba. Cuando lo abrió y comenzó a leer su mandíbula quedó abierta de la sorpresa no entendía la osadía y la arrogancia de esa gente. No podía creerlo ¿Enserio la habían invitado? Tenía la esperanza de que fuera un simple error pero al final de la invitación decía claramente su nombre.
Tomó una foto y se lo mandó a su amiga, sabía que no se encontraba en la ciudad. Por trabajo había tenido que viajar a una convención en donde daría varias charlas, pero no podía no compartírselo lo tenía que ver. Además debía de hablar con su padre para saber si debía ir o si podía escapar de todo eso. Se le ocurrió que quizás la habían invitado por compromiso pero quizás podría declinar amablemente. No estaba lista para enfrentar a su familia y menos a los anfitriones.
- Debo tranquilizarme pensar en frío y luego hablar con papá.
Cuando estaba nerviosa tendía a pensar en voz alta por lo que ya no sorprendía a nadie conocido cuando hablaba sola. Una costumbre para alguien que era muy inteligente y muy ocupada. Eden era una persona de costumbres y rutinas, mantenía el control de su tiempo gracias a su agenda celeste. Durante la semana lo tenía todo perfectamente cronometrado y estipulado a excepción de los llamados de la policía anunciando algún caso nuevo, eso era algo que no podía controlar pero ya acostumbrada no le molestaba.
Como había dicho, debía pensar las cosas en frío y debía de pensar las cosas bien antes de hablar con su padre por lo que decidió tomar un baño y luego iría al café cerca de su casa para tomar el desayuno y pensar en su próximo movimiento.
Al retirarse al baño a preparar la bañera escuchó que su celular sonaba, quiso ignorarlo pero al ver que insistían supo de inmediato de quien se trataba, Betty. Fue a tomar la llamada pero apenas pulsó el botón verde escuchó un chillido desde el otro lado y tuvo que alejarlo de su oído.
- Amiga por favor no grites.
- Perdón pero es que no lo puedo creer. Como es que piensan en mandarte una invitación. ¿Has hablado con tus padres?
- No aún, decidí que pensaría primero las cosas bien y pensaría las palabras correctas que convencería a mi padre de no ir.
- Me parece correcto, luego llámame. Ahora debo irme me necesitan.
- Te hablo luego.
Pasó unas horas sentada en el café observando la invitación, lo había leído varias veces que hasta incluso se lo sabía de memoria. Lo único que podría decir es que tuvieron buen gusto para elegir el papel y la tipografía, era sumamente fino y pulcro debía admitir que la prolijidad pertenecía más que seguro a algún asesor de eventos, Eden estaba sorprendida por el presupuesto que manejaban por lo visto lo habían planificado desde hacia bastante.
Lo volvió a leer y lo recitaba mentalmente, eran irónicas esas palabras para ella, conocía con exactitud todos esos momentos que rezaba en esa hoja y cada vez era peor la idea de haberla invitado.
Nos conocimos de la manera más inesperada.
Nos enamoramos cita tras cita.
Vivimos momentos inolvidables
Y ahora es el momento en el que nos diremos
El Si Quiero.
Mario Mansini y Sabrina Acosta
La ceremonia tendrá lugar el día 28 de Noviembre
Del 2021 a las 12.30 hs en la Catedral de San Isidro
A continuación lo celebraremos
En el complejo “Los Suspiros”
Hasta que el cuerpo no aguante.
¡¡Los esperamos!!
Confirmar la No asistencia
Válido con un acompañante.
Habiendo pensado bien cada una de las palabras que utilizaría para convencer a su padre de no ir decidió directamente llamarlo.
- Buen día hija como estás? – Siempre que hablaba con él decía que hablar con ella alegraba su día no importando que tan mal venia siendo.
- Buen día! Muy bien y tu? Hoy me desperté temprano ayer llegué temprano y pude descansar muy bien.
- Me alegro tanto, de igual forma puedo escuchar que mueres por hablar de algo, dime de que quieres hablar. Puedes venir a casa esta noche tu madre estará encantada de cocinarte algo.
- No por favor, de lo que quiero conversar no quiero que mamá se meta.
- Creo saber de que trata, puedes venir esta tarde. Estoy en la oficina y tengo libre después de las 14.00 hs.
- Gracias papá.
Su padre era todo para Eden la comprendía, la apoyaba y era el único que no la forzaba en conseguir un novio y un futuro marido para asegurar nietos. Su padre siempre respeto su intimidad y su decisión. Ambos eran tan parecidos que siempre fue el tema de la disputa con su madre quien celaba de esto, siempre había dicho que tuvo una hija para que fuera su compañera de aventuras pero para su desgracia la hija que tuvo era el calco de su padre.
Además había ocurrido varias cosas con ella que ayudaron con la mala relación que tienen quizás su padre pudo perdonarle sus “ deslices” pero para ella era muy difícil todos esos malos momentos que le hizo pasar y las mentiras que hizo que dijera, esas cosas no las olvidaría nunca. Además aún recordaba lo mal que la trató cuando concluyó su historia con Mario, esa parte de su pasado fue algo que le costó superar más que nada por la desilusión y la traición de parte de quien fue su pareja y su mejor amigo.
Por esto es la sorpresa suya cuando recibió la invitación, comprendía que invitara a sus padres. El padre de Mario era el mejor amigo de toda la vida de su padre, ambos se conocían desde el momento que nacieron porque sus padres compartían hasta las vacaciones. Pero cuando terminaron solo coincidían en las reuniones más importantes donde era necesario mantener las apariencias y temía que la boda sea una de esas.
No comprendía la idea estúpida de invitar a la ex a la boda con la que fue en su momento la amante con quien la engañó. Irónico y estúpido. Claramente si los medios se enteran de esto estarán al asecho por si surge alguna disputa en plena boda. Debía convencer a su padre de poder no asistir.
Mientras esperaba la hora para la cita con su padre volvió a casa porque aprovecharía el tiempo para hacer algunas compras y limpiezas en la casa. Mientras iba de camino al supermercado marcó a su amiga pero no atendió, comprendió que quizás estaba en medio de algo pero no quiso molestarlo más y decidió dejarle un mensaje comentándole que iría a ver a su padre.
Durante su compra continuo reflexionando absolutamente todo a pesar de que le dolía recordar el pasado comenzó a rememorar algunas cosas. Le dolía la traición y el engaño pero si ya lo había superado debía de demostrarlo además había ocurrido hace años cuando eran muy jóvenes por lo tanto podía demostrar su madurez asistiendo a la boda.
Aunque no es lo que quisiera hacer era el movimiento más prudente pero no estaba del todo segura, debía saber la opinión de su padre y por supuesto de su amiga. Antes de tomar una decisión debía analizar toda la situación no podía tomar las cosas a la ligera.