Como nos conocimos
Aún puedo recordar el día en que nuestras miradas se cruzaron por primera vez, era un día de mucho calor como cualquier otro día en el trabajo.
Yo era la nueva traductora en la compañía en la que laboraba, así que me encontraba en el área inspeccionando la construcción de un nuevo elevador, entonces lo vi.
Desde el momento en que nuestras miradas se cruzaron, pude sentir como mi corazón latía con fuerza, entonces sentí la necesidad de acercarme, siempre he sido una mujer tímida y me ha costado trabajo mantener una conversación, siempre he sido la típica rara a la que nadie nota y con quien nadie quiere hacer amistad.
Pero en ese momento, supe que debía vencer mis miedos y mis inseguridades, aunque fuese solo un momento, sentía una desesperación por saber su nombre que tenía que buscar un pretexto, cualquiera que fuera solo para saber a menos su nombre y si lo volvería a ver en otra ocasión aunque sólo fuera de lejos.
Estuve dudando, por un rato solo me atreví a mirarlo, sus ojos eran los más hermosos que jamás había visto, sus pestañas largas y rizadas robaban mi atención en el trabajo, y solo conseguí que me llamaran la atención.
Al cabo de un rato por fin me tome el atrevimiento de acercarme a él, con el pretexto de preguntar si era el nuevo supervisor de seguridad de la planta, tal vez pude hacer una pregunta menos tonta ahora que lo pienso, pero en el momento solo eso se me ocurrió.
Luego de que contestara que no a mi absurda pregunta, aproveche para presentarme con el.
- Mi nombre es Daniela, soy la nueva traductora de Mr. Bill el técnico encargado de la construcción del nuevo elevador.
El me contestó.
-Soy Irving, soy supervisor del área de proyectos de la planta y fui asignado a este proyecto.
Así comenzó nuestra charla, después el comenzó a hablar de ciertas cosas que yo no entendía, pero no quise verme ignorante o estúpida, así que solo prestaba atención a lo que me decía mientras lo observaba, tan apuesto, tan varonil, mis pensamientos no me permitían concentrarme en lo que me decía yo solo podía pensar en lo guapo que era.
Ese día en el trabajo se me hizo mucho más corto que algunos otros, mi jefe me preguntó qué tanto estaba platicando y porque me había retirado tanto de mi área, yo solo me excuse diciendo que había ido al servicio.
Ese fue el primer día que pude sonreír después de tanta tristeza que había vivido esos últimos años, justo cuando había dejado de creer en el amor, llegó el a adueñarse de mi corazón, y a enseñarme que él amor a primera vista si existe.
Los siguientes días transcurrieron de manera normal y yo comencé a acostumbrarme a verlo seguido en el área de trabajo, comenzamos a hacer amistad no solo entre nosotros sino también con mi jefe norteamericano, solíamos pasar bastante tiempo los tres juntos debido a problemas de ingeniería en el proyecto, eso hizo que Irving y yo comenzaramos a ser aún más cercanos, hasta el punto en el que llegamos a considerarnos buenos amigos.
Conforme nuestro trato en el trabajo comenzaba a crecer, también lo hacían mis sentimientos por el, pero vamos yo estaba llena de inseguridades, y un hombre como el jamás se fijaría en una mujer como yo, éramos totalmente polos opuestos, además de que algunos empleados de la obra murmuraban ciertas cosas referentes a su orientación s****l.
Hasta cierto punto esos chismes me molestaban mucho, no sólo porque me parecía irrespetuoso, sino porque me daba miedo el solo pensar que podrían ser ciertos, y ahí si no tendría ni siquiera la más mínima oportunidad de que el se fijara en mí.
Cuando llegamos a mediados del proyecto comenzamos a tener un trato más allá de lo laboral, comenzamos a salir los tres ya que mi jefe era extranjero y no conocía la ciudad, yo me ofrecí a llevarlo a conocer algunos lugares y eso lo usaba de pretexto para poder invitar a Irving con nosotros.
Nuestras salidas no eran muy a menudo, pero en cada una de ellas yo hacía todo lo posible por llamar la atención de Irving, aunque yo no veía mucho interés de su parte, de hecho mantenía un trato muy cordial hacia mí, eso me ponía bastante triste, aunque en el fondo yo sabía que un hombre como el jamás se fijaría en una mujer como yo estaba casi segura de que el no pasaría de ser un amor platónico para mí.
Comencé a hablarle a mi jefe sobre mis sentimientos hacia Irving, ya que para ese tiempo además de mi jefe en el trabajo ya nos considerábamos muy buenos amigos, el era muy cercano a mi familia y siempre me decía que podía contar con él.
Cuando le conté de mis sentimientos por Irving, note que el no se encontraba sorprendido en lo absoluto, preferí no preguntar porque, solo me limite a contarle y el me dijo que tal vez sería bueno contarle a Irving y ver que opinaba el al respecto.
Yo solo respondí que tenía miedo, de que yo no fuera de su agrado, o algo peor, que los rumores sobre su sexualidad fueran ciertos y al final sólo terminara haciendo el ridículo.
Los siguientes días mis charlas con Bill eran sobre sí me animaría o no a ser honesta con Irving y contarle de mis sentimientos por el, yo solo intentaba desviar el tema.
El miedo que tenía de perder su amistad era lo que me detenía, pues no quería que se alejara de mi, el me hacía mucho bien, desde que lo conocí volví a sonreír como hacia mucho tiempo no sonreía, supongo que no quería que la poca felicidad que tenía, se esfumara.
Era una lucha interna constante, pues una parte de mi, deseaba en verdad contarle, pero la otra me decía ni lo sueñes el jamás se fijaría en alguien tan insignificante como tú.
Con el pasar de los días nos fuimos haciendo más y más cercanos tanto que un día decidí invitarlo por un cafe solo nosotros dos en esta ocasión.