Capítulo 2: ¿Quieres cenar conmigo?
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Capítulo 2: ¿Quieres cenar conmigo?
DEMETRI
No podía creer lo que mis ojos estaban viendo, desde que había entrado al salón ella llamó mi atención, brillaba, resaltaba, no era un destello, era una estrella, el universo. Tenía una presencia que hacía que quisieras llegar a conocerla. La seguí de lejos mientras ella iba caminando alrededor del salón, entonces ella tomó la dirección para irse, no podía dejarla a un lado, tenía que ir con ella, saber quién era.
Noté que paraba y vi que era mi momento. Me acerque a ella, lentamente y cuando chocó conmigo, lo sentí.
Esa descarga electrica por todo mi cuerpo, esa mujer... sí, no me equivoqué, era toda una belleza con esos deslumbrantes ojos y esa boca de labios voluptuosos... su cabello suave, necesitaba esto, quería conocerla.
Todo el trayecto de regreso a mi hotel pensé en ella, nunca había sentido nada parecido. Cuando llegué parecía que estaba en automático, mi cerebro no funcionaba.
Estaba atrapado, necesitaba volver a verla.
En la entrada el portero me saludó, le correspondí. De todas las cadenas de hoteles que me pertenecían el de Francia era mi favorito, como dueño de ellos, visitaba todos los hoteles por lo menos un día al año, pero en el de Paris casi me quedaba 2 semanas; aquí estaba tranquilo y el ambiente era bastante relajante.
Cuando llegué a mi habitación, me di una ducha fría, ¿desde cuando una mujer se colaba tanto en mis pensamientos? Sentía que estaba demasiado colado por esta mujer. Cuando llegué a la cama no pude dormir, la iba a encontrar. Pero no sabía como se llamaba ni donde se hospedaba y tampoco se lo había pedido, joder, iba a ser una búsqueda larga.
Sonreí un poco, me gustaba que esto se sintiera como el inicio de una intensa obsesión, ni siquiera me sabía su nombre, su edad o de donde venía. ¿Amor u obsesión? Yo no podía enamorarme, no desde lo que me ocurrió la última vez... caer por esta mujer se sentía como un error muy llamativo el que quería cometer.
Era para divertirme, solo eso, la convencería de hacerla mía, solo tenía...
Que encontrarla.
DANKA
Nueva mañana en Paris soportando que había perdido una de mis zapatillas afuera de este sitio, una de mis favoritas solo porque me había distraido de lo hermoso de ese hombre y esa belleza surrealista. Cuando me levanté me puse unos vaqueros, una playera de manga larga, tenis y un abrigo, la temperatura había bajado y el frio empezaba a ser intenso amenazando con empeorar, decidí dar un paseo.
Caminé un tiempo por el parque cerca de la casa, era bastante amplio y grande, podía pasar horas caminando por aquí, todo parecía como si fuera hecho para mí; como si supieran que me encantaba caminar por horas viendo cosas hermosas. Paé bastante tiempo caminando, llegué a una esquina y ahí había un pequeño café y decidí que sería bueno tomar una taza; cuando entré sonó el timbre de una campana.
Llegué al mostrador y pedí un café expreso para poder terminar de desperarme, no tardaron ni 5 minutos en darme el café, cuando saqué mi billetera para pagar escuché detrás de mí una voz que dijo:
-Yo pago por ti.
¿Uhm?
Cuando me di la vuelta me quedé en completo shock, como toda una estatua, era él; el adonis con el que tropecé anoche. Sin poder evitarlo, mi mirada fue desde su pantalón oscuro a su playera del mismo color, y a su chaqueta, parecía un chico malo pero demasiado sexy y encantador para mi salud mental, este hombre parecía tan irreal que tenía la palabra “terapia de por vida” en la frente.
Dios, creí por medio segundo que me iba a desmayar con esos ojos azules que me miraban con tanta intensidad.
-Yo... yo... no, ehm, sí, ehm, gracias -dije y apreté los ojos.
¿Por qué estaba tartamudeando?
-No hay por qué.
Él me sonrió, ¿se acordaba de mí? Sus dentes blancos, su sonrisa que podía matar de un infarto a cualquiera.
-Por cierto, ayer no nos presentamos. Soy Demetri Klar.
¿Klar?
Un momento, ¿el dueño de los hoteles Klar?, iba a darme algo.
Mi corazón latía demasiado deprisa, sentía que los nervios me estaba dominando.
-Hola, un placer, soy Danka, Danka Martinez.
Estrechó mi mano y cuando su piel tocó la mía sentí una corriente por todo el brazo y muchas mariposas revolotear por mi estómago ; tenía que salir de aquí antes de que yo misma me pusiera en verguenza frente a todos.
-Un gusto conocerte, es un poco tarde y desgraciadamente, debo irme ahora.
Lo miré, sin saber por qué estaba esperando que me respondiera.
-Vale, te llevo, hace bastante frio.
¿Irme con él? No, no lo conocía.
-Gracias, pero voy a caminar, no está muy lejos de aquí en lugar en donde me estoy quedando.
Solo quería alejarme de él lo más rápido posible.
-Cuando llegues te vas a congelar.
-No tranquilo, no quiero que pierda su tiempo -insistí, ¿por qué no me dejaba en paz?
-No pierdo mi tiempo, m agradaría conocerte.
Ay madre mía.
Me iba a morir aquí infartada.
-En verdad, no tienes por qué...
Él se rió y me interrumpió diciendo:
-¿En donde vives?
-A unas cuantas cuadras de aquí.
Me tomó del brazo y de nuevo sentí una descarga por todo el cuerpo, me siguió a una esquina donde estaba un auto de lujo.
Dios mio, este era el auto más caro en el que posiblemente alguna vez me subiría. Me abrió la puerta y lo miré sorprendida, realmente pensé que la caballerosidad estaba muerta, él me hizo una seña para que me subiera.
¿En verdad iba a ir con un extraño a mi casa? Aunque... ¿qué más daba? Era Paris y una parte de mí quería vivir esta aventura alocada con un hombre de un auto lujoso.
Me subí y él le dio la vuelta al auto para subirse en el puesto de piloto, al encender el auto la calefacción empezó a andar, tardamos menos de 5 minutos en llegar a donde vivía, como el traecto fue corto casi ni hablamos, cuando se estacionó voltee a verlo y lo unico que se me ocurrió decir fue:
-Gracias, muy lindo hueles.
Eso había sonado muy torpe.
-Es decir, eres guapo.
Eso sonó peor.
-Que fue un placer conocerte, es... lo que quise decir. -completé.
No quería ni mirarlo.
Él se sonrió, mi mano ya estaba en la manija del auto cuando me tomó del brazo y dijo:
-Espera, ¿quieres cenar conmigo mañana?
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