Capítulo 3: La cena con Demetri

1648 Words
Capítulo 3: La cena con Demetri Lo primero que pensé fue; joder, esto no pude estarme pasando a mí, Demetri Klar, el dueño de las cadenas de hoteles me estaba invitando a mí a cenar, luego pensé en que era verdad, que posiblemente solamente le parecía guapa y decidió invitarme a una noche de sexo... ¿Acaso me creía una facil? Bueno, no lo era, sin embargo ¿como negarse a alguien que me atraía tanto? Además de que era millonario, por favor, yo no era materialista, pero sí tenía hormonas, y todas ellas me decían que estaba soltera y que estar con alguien jodidamente importante sería lo mejor que haría en mi maldita vida, sin embargo me asustaba. Sentía que dos seres que habitaban en mí estaban peleandose, discutiendo, y no sabía quién ganaría. -Pero si apenas me conoces -dije. -Por eso te estoy invitando a cenar, para poder conocerte mejor. -pero, es... es que yo... -aqui estaba nuevamente tartamudeando, ¿como era que no podía detener mi lengua cuando se pegaba solo por verlo? Que locura. -No voy a aceptar un no por respuesta. -Oh, pero es... -Vamos, una cena. Sonreí, bueno, si lo decía así. -Está bien -dije. -Paso por ti a las 8 ¿está bien? -Claro, sí, está bien. -Que tantas una linda noche, descansa. -Igualmente. Me bajé y estaba con una sonrisa de oreja a oreja completamente emocionada e impactada. El aire frio estaba en mi cara, y mientras caminaba solo me cuestionaba lo que había acabado de hacer, iba a salir con un completo desconocido. Bueno, no tanto, todo el mundo sabía muy bien quién era este hombre, era rico, guapo y también posiblemente mujeriego por que, ¿quién hace eso de acercarse con tanta confianza a una mujer y la invita a cenar sin dudar? Tal vez todo esto era un juego, yo no quería enamorarme, no quería, no tenía ni el tiempo para una relación, pero... esto no hablabamos de un compromiso, solo de una relación a ver qué iba a suceder. DEMETRI Todo iba perfecto, me había dicho que sí como todas, aunque tuve que presionarla un poco, parecía recelosa, pero... ¿por qué la invité tan pronto? Debía de haber esperado hasta que ella misma me lo pidiera, hasta que rogara que saliera con ella, esto de volver a cometer los mismo errores empezaban a facturarme, pero es que ella hacía que mi mundo enloqueciera, no pensaba, mis impulsos juntos a ella se hacían más grandes; cada vez que la veía lo único que quería era acorralarla, besarla y hacerla mía. ¿Por qué la deseaba tanto? Hace mucho que no sentía esta atracción. Tenía que dejar que ella empezara a desearme más de lo que yo lo hacía con ella, pero... ¿como detener este deseo ferviente que incrementaba dentro de mí? No importaba como iba a lograrlo, pero ella terminaría en mi cama, imaginarmela ahí, en medio de las sabanas, desnuda en su pelo suelto y espero esperando por mí, hacía que empezar a bajarme la sangre, nuevamente tendría que bañarme con agua fría, estaba jodidamente caliente solo con imaginarme aquello. DANKA ¿Por qué estaba tan nerviosa? Estaba pensando cada 3 minutos en cancelar la cena, ya eran las casi las 8, cancelar ahora sería descortés, además ya estaba vestida y arreglada, tendría que ir. Cuando dieron las 8 en punto escuché el golpe de la puerta resonar, mi estomago se revolvió, yo palidecí, mis manos temblaban. Cuando abrí la puerta, ahí estaba el hombre con el que había suspirado toda la noche, él llevaba un traje n***o que hacía que se amoldara como todo un muñeco perfecto; todo de él era muy atractivo, él era muy guapo. Sentía que junto a él estaba diminuta, es decir, solo me había puesto un vestido blanco de mangas largas y unas zapatilla, me sentía pequeña, como una verguenza a juzgar de mi aspecto junto al suyo. -¿Lista para irnos? -preguntó. -Mmmm, creo que iré a cambiarme. Él me dio una mirada la cual no pude descifrar. -Creo que estás demasiado sexy con ese vestido. ¿Sexy? Mis mejillas se sonrojaron intenamente. -Gracias... es que... -¿Lista para irnos? Estaba impaciente este hombre, al parecer. -Sí, sí claro. De nuevo me abrió la puerta del auto, en el camino ninguno de los dos habló, pero fue necesario, fue un silencio cómodo y suave, había la necesidad de hablar. Cuando llegamos al restaurando, me quedé impresionada, se notaba que era costoso pero quería disimular mi asombro de chica de salario minimo, entramos y nos llevaron la mesa. Unos momentos después llegó la mesera, tomó nuestra orden, cuando la mesera se fue, él dijo: -¿Estás aquí por las vacaciones? -sí, algo así, verano pero que no calculé que ya estaba acabando el verano y ahora hacía frio -comenté sintiendo que estaba hablando de más. Él se rio. -Suena poco calculado. -Sí, mi padre falleció hace unos meses y yo, necesitaba olvidar... quería despejarme, esto fue de improvisto. -Lo lamento. -Está bien, ya no duele tanto, ha pasado tiempo. -¿De qué murió? -Estaba siendo operado por el corazón, estaba muy debil y no sobrevivió la cirugía. -Debió ser cansado para ti. -Un poco, pero aprendes a vivir y lidiar con eso. -¿Y tu madre? -Murió cuando yo nací así que solo eramos mi padre y yo... Sonreí tristemente, ahora no había nada. -¿Y tu? -me atreví a preguntar. -Uhm ¿yo qué? -¿Tienes familia? -Es una historia algo larga. -¿No vinimos a cenar para conocernos? -sonreí- a ver, quiero escucharte. -Es cierto, bueno, mi madre murió cuando yo era joven; debí haber tenido 10 años. Murió en un accidente, mi padre nunca superó la perdida, se dedicó a la bebida, a la mala vida, ya despues... servicios infantiles me llevó y me dejó en adopción. Fui a la escuela, me gradué y aquí estoy, queriendo superarme. No podía imaginarme su vida turbia, su padre alcoholizado, él desnutrido y probablemente golpeado. -lo lamento. -Está bien. -No debí recordarte tu pasado. -Está bien, ¿no vinimos a eso? -respondió. Estuvimos hablando por horas, reimos, y seguimos parloteando, me di cuenta de que a mis 24 años no había hecho tantas cosas, había terminando una carrera como administradora pero no pude presentar tesis por lo tanto no tenía un título, mi padre enfermó, él en cambio me contó de sus hoteles y de su trabajo que practicamente era su vida, se enfocaba mucho en sus cosas. Me imaginaba que era información que todo el mundo sabía. Al salir del restaurante dijo: -¿Queres venir conmigo? Te enseñaré mi hotel en paris. Lo miré, una cosa era invitarme a una habitación de hotel, otra muy diferente, era invitarme a su hotel. Cuando llegamos, noté lo lujoso que era, la decoración, todo era impresionante. Candelabros colgando, el piso era hermoso y brillante. En el elevador Demetri pasó su mano sobre mi cintura y el calor subió a mis mejillas, sentí toda la descarga electrica. Pero fui distraída al darme cuenta de que el elevador era transparente y se veía una deslumbrante vista de la torre Eiffel con distintas luces, me quedé sin palabras. Estaba tan perdida viendo el paisaje que no me di cuenta hacia donde ibamos. Cuando voltee a ver los botones, él había colocado una llave que iba a su pent house. Estaba más nerviosa que hace un momento. Se abrieron las puertas, y era mejor de lo que podía esperar. -Aquí estamos -dijo. -Es hermoso. -¿Quieres tomar algo? -No, creo que he bebido ya mucho por hoy. Unas copas en el restaurante me tenían al borde. Nos sentamos en la sala y vaya que era comoda, junto a la acogedora chimenea. -No sé si te lo han dicho, eres hermosa. Mis mejillas intensificaron sus color. -Gracias. Claro que lo sabía, pero me gustaba que me lo dijera. Hablamos mucho hasta que vi el reloj, era demasiado tarde. -Tengo que irme, ya es muy tarde. Me levanté y tomé mis cosas, iba hacia la puerta cuando sentí que me tomó el brazo. Me voltee y lo miré notando que estaba más cerca de mí de lo que i cordura permitía. -Quiero volver a verte. -No creo que sea correcto. -¿Por qué no? Cada vez se estaba acercando peligrosamente a mí, iba a nublar mi moral y me iba a lanzar a sus brazos. -¿No estás comprometido? -pregunté. Recordaba haber leido en los chismes algo sobre el magnate de los hoteles comprometido. -No, sabes que la gente inventa cosas, más los chismes. -Ah. Me sentí de repente ridicula, si sabía que tenía novia ¿por qué lo acompañé hasta su casa? Él miró lo cerca que estabamos y relamío sus labios, tragué pesadamente saliva cuando él dijo: -Dejame llevarte a tu casa. Lo miré. -Okey. ¿Entonces esto era todo? De regreso, ninguno habló, pero no se sentía como si fuera malo, se sentía bien bajo la sueva musica. Cuando llegamos me abrió la puerta del auto, al tocar su mano sentí que el corazón se me iba a salir del pecho. -¿Nos vemos mañana? -Yo, es que... realmente, yo, eh... -No quieres. -No es eso, está bien, sí, solo... que no te encariñes conmigo, tampoco me quedaré tanto tiempo. -Cuenta con eso, vendré mañana. -Será mejor que entre -dije- gracias por la cena. -Adios. Nos miramos fijamente, iba a avanzar cuando de repente él se inclinó y me besó tomandome completamente desprevenida. Lo más vergonzoso es que él había notado mi reacción y se estaba burlando poniendo una sonrisa en su rostro de mi sorpresa, entonces se separó rozando su nariz con la mía y se subió el auto para irse, dejandome más encendida que las luces de navidad.
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