Capítulo 4: La visita de Demetri

1302 Words
Capítulo 4: La visita de Demetri ¿Pero que estaba pasando conmigo y este hombre? A todo le estaba diciendo que si cuando a la vez quería huir por mi vida sintiendo que este hombre me iba a enloquecer. Ansiedad, estuve reviviendo el toque de sus labios en mi boca, el leve roce, su mirada, nuestras conversaciones, sentía que me había vuelto una adolescente otra vez pensando en un hombre mayor, pensando en las fantasías de una adolescente con un hombre que sabía qué decir y hacer para que enloquecerme, es que joder, era tan intenso, tan sexi tan sensual... Pero entonces todo se reducía a recuerdos de eso, y a mi necesidad de ansiedad hacia él empeorando cuando lo veía, preguntandome qué estaba haciendo o donde podía estar, preguntandome si esto podía ser real, si este hombre no fue solo un sueño o una ilusión, porque había sido un click, algo grande que pensé que no solo yo había sentido. Habían pasado 2 semanas desde aquella noche y luego contacto 0, completamente ignorada y echada a un lado, seguro que se dio cuenta de con quien estaba saliendo y por eso no quiso verme más, tal vez no legustó verme comer, tal vez no le gustó mi vestido, sentía que me llenaba de inseguridades por un toxico que sabía que en este momento estaba enloqueciendome, que estaba haciendo que mi cabeza volara en miles de preguntas sin sentido de lo que a él le estaba ocurriendo conmigo. Giré los ojos, ¿como arrancar esos recuerdos de mi mente? Quería solamente dejar de hacer que mi cuerpo reaccionara ante el recuerdo de su sonrisa, de sus ojos claros al mirarme, al coquetearme, al reirse, de su simpatía y de su mirada seria, mordí mis labios, no lo conocía casi, ¿como podía tenerme en este estado? Tenía que hacer algo para dejar de pensar en él, además no lo conocía, no podía pensar tanto en una persona a la que poco conocía, ¿cierto? Mis ideas eran un completo lio, necesitaba pensar en otra cosa. Sí, perros, gatos... uhm, cuando me besó ¿sería malo? ¿lo encontraría malo? otra vez, aquí estaba pensando en eso, pensando en lo que él estaría pensando en este momento y si era o no en mí. ¿Por qué no volvió? ¿por qué dudé cuando acepté que viniera a verme? tal vez notó que no estaba siendo accesible y solo se fue de mi lado. Me sentía tan estúpida y tonta de hacerme estas preguntas a mí misma. Decidí salir a caminar para recuperar mi alud mental, me fui al parque que estaba cerca, el aire fresco me hacía sentir mejor junto con el olor de las flores. Seguí caminando y fui al parque, me di cuenta de que estaba de hecho yendo al hotel de Klar,y fue... lo que vi que hizo que comprendiera porque ese hombre despues de esa cena y ese beso me dejó de buscar, era Demetri con otra mujer, abrazandose. Me quedé ahí sin saber qué hacer, no podía ir a reclamarle, no podía decirle nada, él y yo no eramos nada. De repente como si lo hubiera llamado Demetri volteó y me miró. -Danka, ¿qué haces aquí? -Estaba paseando -logré decir, pero joder, dolía. -Espera. Me di la vuelta y me fui, había sido una estúpida, él nunca se fijaría en alguien como yo que no estuviera a su altura. Me sentía ridicula, estúpida, sentí mis mejilla ardiendo de verguenza por la tremenda ilusionada que me hice. Que estupida. -Danka. Su mano tocó mi brazo, me detuve, su agarre era fuerte. -¿Por qué te fuiste? Te estaba llamando -dijo don fantasma despues de ese beso de hace 2 semanas. -Sueltame. -¿Por qué? No me soltó. -Me hace daño -inventé. Él evidentemente no me creyó, sin embargo, aflojó su agarre pero no me soltó. -Dejame ir. -¿Por qué? -¿Por qué, qué? -¿Por qué quieres que te deje ir? -¿De verdad preguntas? La chica se acercó y se despidió de Demetri besandolo en los labios sin importarle lo que estaba pasando aquí. Pero qué mierda. Demetri me miró, me separé de su agarre, me sentía burlada. Me di la vuelta y corrí lo más lejos posible del lugar. Escuché como mé llamaba a la distancia, pero no voltee y él no me siguió, tampoco esperaba que lo hiciera, bueno, una parte de mí, tal vez sí. Que estupida al creer que habría algo más despues de que se desapareciera. Estaba más que claro que esa mujer era su amante, la que le quitó las ganas que posiblemente pude haber levantado y él me cambió por ella. No podía quedarme, aunque ¿por qué debería irme? No podía huir, ¿o síe? No, tenía que irme, no podía verlo más, no iba asufrir innecesariamente por esto cuando vine a sanar. Tomé todas mis cosas y las coloqué en mi maleta, no importaba si me quedaba en la casa o no, ya había depositado todo. Terminé de guardarlo todo y agarrando mi equipaje fui a la entrada dispuesta a irme lo más lejos que pudiera. Lamentablemente no fui tan lejos. Cuando abrí la puerta para salir, una pared de musculos estaba afuera. Demetri, no se veía anda feliz, me veía con extrañeza, como si fuera paranoica. -¿A donde vas? -No te importa. Le giré los ojos, pero él no se apartó de mi camino. -¿Te vas? -No te importa -respondí- dejame irme. Al lado suyo estaba un hombre, Demetri le hizo una seña y dijo: -Lleva las maletas al auto por favor. -Sí señor -respondió. -¿Qué? No vas a llevar mis cosas. Cuando el hombre intentó agarrar mis cosas, le di un golpe con mi bolso. -Oye -dijo Demetri. -No toquen mis cosa o te golpeo ahora a ti -lo amenacé- no puedes simplemente aparecerte así y pretender que nada pasó. Me dio una sonrisa el muy estúpido, de nuevo le hizo una seña a su agente pero esta vez Demetri me agarro de las muñecas y me atrajo a su cuerpo. Fue el mayor error de mi vida. Olía demasiado bien para que fuera verdad, se sentía bien estar entre sus brazos, era como si me estuviera pasando su calor corporal. Morí y fui al cielo, cuando de repente me metió a su auto. -Yo no voy contigo. -Sí. -¿Quien te crees? No pienso estar ni otro minuto discutiendo contigo, alejate. -Por favor, colabora. -¿No me escucharte? No. -Subete. -No piedo ir contigo -repliqué. Soltó mis muñecas solo para llevar sus manos a mi cintura y me alzó. -¡Bajame! -Dime si quieres que realmente me aleje. No le respondí, no fui capaz. Para ser sincera, estaba disfrutando mucho de la vista que me daba, de su culo bien tonificado. Cuando estábamos dentro del auto, me volteó a ver yo estaba furiosa, era una estupida al creer que podía haber algo más con él. Me había ilusionado yo misma,yo era una chica común y corriente, él alguien importante. Tenía que ¡ahg! Dejar de sobrepensar. Él tomó mi mano y la llevó a su boca, metiendo uno de mis nudillos a sus labios y besandolos, una corriente de pasión pasó por todo mi cuerpo junto con una necesidad de tenerlo dentro de mí, mierda, no. Tenía que alejarme. Aparté mi mano de él con mis mejillas ardiendo, y pregunté: -¿A donde me llevas? Tengo que irme. Frunció el ceño. -No vas a irte, te convenceré de no hacerlo. -¿A donde me llevas? -volví a preguntar. -Ya verás -dijo y entonces dandome por vencida y concibiendo las migajas de su atención, me quedé tranquila.
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