Mi compañero

2132 Words
JESSICA POV Mi corazón comienza a latir rápido mientras ascendemos más por las escaleras, mi pulso retumba en mis oídos y el olor a humedad se intensifica. Cuando llegamos arriba, hay una sala de estar en el centro y luego dos pasillos, pero el olor aquí arriba es más fuerte... —¿Qué es ese olor? —pregunto a Louis sin vacilar. Él se vuelve hacia mí, frunciendo el ceño con las cejas arqueadas. —¿El olor a sudor? Debe ser Nate, mi alfa, pero por favor, llámalo Alfa Nathaniel, no le gusta que los extraños lo llamen Nate, ni nadie más. Como su mejor amigo, tengo ciertos privilegios. —Me guiña un ojo, su sonrisa tan genuina y parece ser un chico totalmente diferente en su propia manada que en la fiesta. Humedezco mis labios y todavía me arden, está tardando mucho en sanar, pero puedo sentir cómo empieza desde adentro. —¡Louis! ¿Has visto mi teléfono? —La voz de Nate viene desde el pasillo opuesto. —¡No, he estado fuera haciendo tu trabajo! —Louis responde gritando y el poder que queda en el aire me sofoca. Estoy rígida y molesta con el estúpido vestido que creí que impresionaría a Nick. —Ven... —Louis me tira del otro pasillo, lejos del Alfa Nathaniel y una vez que entro en su habitación, estoy impactada. Todo es tan blanco excepto por algunas decoraciones. —Guau. —Respiro, su habitación es más grande que la de Nick y yo. Él se dirige hacia su armario y agarra una camisa, lanzándomela. —El baño está allí. —Asiente hacia atrás y yo me giro, sonrío antes de mirar por encima de mi hombro hacia él. —Vuelvo enseguida. —Se dirige hacia la puerta y yo entro en el baño, las paredes de mármol blanco me dejan sin aliento y me quedo allí dos minutos mirando todo. La bañera parece enorme, casi como un jacuzzi, la ducha tiene bancos incorporados y es amplia con un gran equipo de ducha, el lavabo está integrado en una gran encimera blanca con hermosos armarios grabados debajo. Me desnudo rápidamente y me pongo la camisa blanca de Louis que me queda como un vestido. Cuelgo mi vestido sobre mi brazo y recojo mis tacones antes de salir del baño, de pie incómodamente mirando la cama... preguntándome si volverá para besarme... Sé que no debería pensarlo, pero me he sentido tan sola... No importa que Nick durmiera a mi lado anoche, su mente no estaba conmigo... no me quería en su cama... quería a ella. Ni siquiera se acercó a mí cuando lo único que quería era que me abrazara, que me dijera que también sigo siendo importante... pero no lo hizo. Cuando se metió en la cama, me dio la espalda y se quedó dormido, pero parecía forzado, como si no quisiera verme en absoluto. La puerta se abre y Louis está allí, sus ojos recorriéndome de pie con su camisa. —Eres pequeña, ¿verdad? —Entra, extendiendo su mano y yo la cojo—. Arreglemos ese vestido. —Sonríe y me guía por el pasillo de nuevo. Antes de dar el primer paso, un carraspeo nos hace detenernos. —Louis, ¿quién es esta? —La voz del Alfa Nathaniel hace que un escalofrío recorra mi espina dorsal y Louis se gira primero. —Jessica. —Sonríe y, antes de que pueda explicar algo, yo me giro, quedándome helada cuando nuestros ojos se encuentran. Mis labios se separan mientras miro fijamente los hermosos ojos verdes oliva de Alpha Nathaniel, su lenguaje corporal cambia por completo, su aspecto relajado ahora tenso. —Mate —gruñe en voz baja y yo respiro con fuerza, miedo y emoción mezclándose dentro de mí. Mi estómago se agita y Louis me suelta, apartándose. —Nate, no lo sabía. —Se aleja de mí y los ojos de Alpha Nathaniel se fijan en mi labio partido, sus ojos se vuelven de color plata brillante mientras mira a Louis. —¿Qué le pasó a su labio? —Suelta entre dientes, la ira clara en su tono. —Ella... —¡Espera! —irrumpo, mirando a Louis con ojos suplicantes y la cabeza de Alpha Nathaniel se gira hacia mi dirección, la curiosidad visible en su mirada. —¿Por qué esperar? —Alpha Nathaniel pregunta, su tono tranquilo al dirigirse a mí. —Simplemente... creo que debería contarte. —Me muerdo las uñas con nerviosismo, esperando que no me rechace. Louis se acerca a mí. —Dame el vestido, lo llevaré a limpiar. —Sonríe y Alpha Nathaniel le mira de forma extraña mientras se lo entrego. —Disculpa —murmura Louis antes de trotar escaleras abajo, dejándome sola con Alpha Nathaniel. —Así que, ¿qué pasó? —pregunta, tensando sus músculos. Quiero acercarme, cada fibra de mi ser quiere estar cerca de él... pero su mirada cae en mi cuello, observando la marca bordada en mi piel. —Mi compañero, Nick, me golpeó accidentalmente mientras bailábamos... yo estaba en medio. —Sus ojos brillan intensamente, la ira estampada en su rostro, —¿Accidentalmente? —Frunce el ceño, pasando su gran y veteada mano por su cabello n***o. —Sí, así lo creo. —Trago saliva, su aura me hace sentir como si quisiera huir. —Y tienes un compañero... —Sus ojos se estrechan en mi marca y siento la necesidad de arrancármela. —Mi compañero encontró a su compañera y ahora yo solo soy... la luna de nuestra manada. —Mi barbilla comienza a temblar mientras las lágrimas se forman en mis ojos. No debería estar llorando, pero sé que él no me aceptará. Estoy arruinada... estoy marcada, reclamada por alguien más... —¿Por qué estás llorando? —Se acerca un poco y solo se detiene cuando está frente a mí. Quiero caer en sus brazos, suplicarle que no me rechace, que me salve, pero cómo puedo hacerlo cuando ya me han reclamado... —Me vas a rechazar. —Mis ojos se aprietan mientras succiono mis labios en mi boca. Me estremezco cuando sus dedos rozan mi mejilla, limpiando las lágrimas y chispas estallan en mi rostro, enviando una sensación de calma por mi espalda. —Puedo arreglar eso, aunque estés marcada. —Su mano mueve mi cabello n***o azabache hacia atrás por encima de mi hombro, su pulgar roza mi marca y arde ligeramente porque él no es el hombre que me la dio... —¿Cómo? —Lo miro fijamente con ojos llorosos. —La quitamos. —Se encoge de hombros, sus ojos llenos de lujuria. Retrocedo. —¿Cómo? —repito sin aliento. Nunca había oído hablar de quitar una marca... y si alguien lo hizo, seguramente no sobrevivió para contarlo. —Es un ritual raro, pero pareces lo suficientemente resistente. —Se encoge de hombros, haciendo que se me hiele la sangre... No soy resistente. Era una omega antes de ser una luna. —Yo era una omega antes de ser una luna —suelto, sintiendo como si fuera un hecho que él tiene que saber. —Pero eres una luna, eso cambia tu estatus. ¿No sentiste cómo cambiabas? —Sus dedos recorren el costado de mi brazo antes de tomar mi mano y siento como si pudiera lanzarme sobre él aquí mismo. —Me voy a sacar la camisa de Louis... sé que es amable, pero oler a él me molesta. —Sus ojos se abren de par en par, su mandíbula tensa y lo sigo sin dudarlo. Entrar en su habitación es como entrar en una habitación de diseño de interiores elegante y negra, las paredes son negras, su ropa de cama es negra, sus armarios son negros... todo es n***o con hermosos detalles en dorado. —Wow. —Suspiro mientras camino distraídamente hacia las puertas dobles y las abro sin pedir permiso. Salgo al patio, mirando el oscuro bosque que nos rodea. Estamos lejos del suelo y giro, mirando el oscuro exterior. El Alfa Nathaniel se une a mí afuera con una camiseta negra, como era de esperar, —Aquí, esto te quedará mucho mejor. —Sonríe, entregándome la camiseta negra. —¿Dónde está tu baño? —Frunce el ceño ante mi pregunta. —Adentro. —Asiente hacia detrás de él y le sonrío, sus ojos color esmeralda brillan mientras me ve pasar junto a él. Puedo sentir sus ojos en mí mientras desaparezco en el baño y es incluso más grande que el de Louis... Me parece extremadamente extraño que el chico que me trajo a casa sea el beta de mi pareja... ¡por el amor de la Diosa! ¡Incluso pensé en besarlo! Me tomo unos minutos para mirar alrededor del baño, mirándome en el espejo de cuerpo entero frente a mí. Al menos mi labio está casi curado... Nick... oh Diosa, ¿qué le digo a Nick? Zola resopla. —No pensó en nosotras, ¿verdad? —gruñe y solo me encojo de hombros. Tiene razón, pero no soy así... Lo amé desde que éramos jóvenes y ahora solo tengo que dejarlo ir... Parece imposible y ahora estaría rompiendo esa promesa también. Un golpe en la puerta me hace girar, mi mano sujetando la camiseta sobre mi corazón que martillea en mis oídos. —¿Todo bien ahí dentro? —La voz del Alfa Nathaniel calma mi pulso acelerado. —¡Sí! —grito a través de la puerta, dándome cuenta después de que probablemente podría haber hablado normalmente y él me habría escuchado. Él es un licántropo, sus sentidos son mucho más superiores que los de cualquier lobo. Cambio rápidamente de camiseta y salgo de nuevo, encontrando al Alfa Nathaniel sentado en la cama, con las rodillas separadas y los codos apoyados en ellas mientras se inclina hacia adelante, mirándome justo cuando salgo del baño. —¿Tú y Louis... se besaron o algo así? —La pregunta cae como una bomba, como si lo hubiéramos hecho, él explotaría. —No... pensé que tal vez pasaría, pero no. —Me encojo de hombros, siendo honesta y veo cómo su mandíbula se tensa—. Lo siento, solo estaba siendo honesta. Se levanta, su altura se alza sobre mí. —Un simple no habría sido suficiente. —Se aclara la garganta y veo cómo su manzana de Adán se mueve. —Lo siento. —Miro hacia el suelo y él sujeta suavemente mi mentón. —¿Te vas a ir a casa? —inclina mi cabeza hacia arriba, haciéndome mirarlo. —Tengo que hacerlo. —No quiero, pero esa es mi manada y mi vida. —Quédate, solo por esta noche. —Me gustaría pensar que está preguntando, pero algo me dice que no lo está haciendo. —No puedo... no... no quiero que pase nada aún. —Retrocedo, su sujeción en mi mentón desaparece y su mano cae a sus costados. —¿Significa... que no quieres besarme? —Levanta las cejas. —Sí —suelto, mis mejillas ardiendo de vergüenza. Una sonrisa se desliza por su rostro, formando un simple hoyuelo en su mejilla—. Pero no puedo... —continúo y su sonrisa desaparece. Él me da la espalda. —Lo amas a él —jadea, señalando lo obvio. —Sí... él era mi mejor amigo. —Suspiro, lo que lo hace detenerse y girarse hacia mí de nuevo. —¿Era? —¿Qué? —Frunzo el ceño. —Dijiste “era”. —Él se acerca de nuevo y silenciosamente deseo que mantenga su distancia. Es difícil controlarme. —Sí... —dije eso, pero no sé a qué quiere llegar. —¿Sigues siendo su mejor amiga? —Probablemente no, ni siquiera me reconoce a menos que baile con alguien más. —Resoplo. —¿Qué tal si volvemos a esta fiesta? ¿Puedes mostrarme quién es? —Sonríe, haciendo que se me hiele la sangre. —Alfa Nick, somos de la manada del Oeste. —Sus ojos se abren como si se diera cuenta de quién estoy hablando—. Lo conoces. —Lo he conocido —señala. —¿Y? —pregunto, deseando desesperadamente su opinión sobre mi pareja. —Es un buen alfa. —Es todo lo que dice—. ¿Pero tú qué dices? —pregunta, sus ojos brillan. —Cambiaste de tema —respondo. —Tú lo hiciste primero. —Sonríe y suspiro, mirando a mi alrededor. —Está bien... —Realmente no quiero volver después de todo lo sucedido, pero mi labio está curado y supongo que mi vestido estará listo en cualquier momento. —Vamos a conseguirte un vestido. —Sonríe—. Espera aquí —murmura antes de salir de la habitación.
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