—¡Gané! —chillé dando saltitos. Me debes una nutella y la más grande por favor. —lo miré, pero su expresión era neutra y miraba un punto fijo en el suelo. —¿Qué pasa? —pregunto acercándome a él. —Es que... todo este tiempo estuve tan alegre porque pensé que estabas embarazada. ¿Sabes lo que significa para mi tener un hijo tuyo? Y ese tonto negativo me desilusionó. —suspiró pesadamente y pasó sus manos repetidas veces por su rostro. Verlo de esa manera me entristecía, más aún con sus palabras, pero si la prueba dió negativo es porque no hay bebé. —Tranquilo ¿Sí? Todo a su tiempo, más adelante podemos tener un bebé ¿No crees? —besé su cuello y sentí como se tensaba. —Podemos ir encargándolo. —murmuró sobre mis labios. Me tomó de las piernas elevándome haciendo que mis piernas se enros

