Pov: Dafne White
— Daf, vas a deshidratarte —Grace frota mi espalda mientras creo que ya me he acabado un paquete entero de pañuelos.
— Es que no puedo creer que me haya hecho esto —sorbo por mi nariz.
— Es un idiota, no te merece, maldito cretino, espero se le caigan los testículos por una ETS —me río entre lágrimas porque ella es la mejor amiga que podría tener.
Grace debería ser la persona que todo mundo necesita a cada momento.
— Es que encima tiene el descaro de enviarme un mensaje pidiendo perdón —le muestro el teléfono a Grace.
"Daf, amor, por favor, perdóname, todos cometemos errores alguna vez, pero eso no implica que no te ame, ella solo fue, una gran equivocación que no pienso volver a cometer"
Grace rueda los ojos con fastidio.
— Que cosas, por error se la metió a tu compañera de trabajo —un sollozo se me escapa.
Pensé que ella era mi amiga, pero al parecer no, porque no dudó en acostarse con él, ni él con ella y lo peor de todo es que lo hicieron en mi trabajo, donde todos se enteraron, porque en las cámaras de seguridad se veía claramente a ambos en el depósito del restaurante.
Me dejaron como la idiota, eso es lo más humillante que me han hecho alguna vez.
— Bloquéalo, amiga, no le hables más, tienes que olvidarte de él —la miro con mis ojos rojos.
— En dos días era nuestro aniversario, tanto que él me reclamó que no tenía tiempo para él y yo...
— Daf, lo siento, de verdad, yo sé lo que ahorraste para comprar esos boletos —seco mis lágrimas.
Meses ahorré para comprar dos de los boletos más baratos en un crucero de una noche en la costa de Los Angeles. Quería sorprenderlo, hacer algo osado, salirme del esquema que es mi vida de trabajar y trabajar sin descanso.
Yo sé que a veces no he sido la más dedicada, que llego agotada de hacer turnos de 18 horas para conseguir más dinero y mantener a mi madre y hermano pequeño.
Ser camarera no da mucho que digamos, así que debo hacer horas extras, también a veces limpio la casas de personas que solicitan aseo de un solo día. Busco la manera, pero esto agota, no quiero imaginar lo difícil que sería si seguía en la universidad.
Dejé mucho por mantener mi estabilidad y pensé él lo entendía, al parecer no.
Siempre estaba ese reclamo de: "Nunca salimos a divertirnos" "Parecemos dos abuelitos, eres muy clásica, Daf" "¿Cuándo me sorprenderás?"
Hermosa sorpresa, pero yo me la llevé.
— Úsalos, Grace, lleva a alguien que quieras, por favor, pero no quiero que mi dinero se desperdicie —la mirada apenada de mi amiga se frunce.
— No me parece justo que tú no disfrutes de esto, te los ganaste con duro trabajo, cuando los compraste a ese revendedor recuerdo lo feliz que estabas —muerdo mi labio inferior porque ella tiene razón—, además, ¿Quieres que ellos ganen? ¡No, señorita! Tú te levantas, te pones guapa y haces tu bolso para ir a ese crucero —abro los ojos como plato.
— Qué dices, no puedo hacer eso, no estoy de ánimo, Grace —niega con un sonido y se levanta para empujarme a levantarme de nuevo.
— Basta de pañuelos, basta de lágrimas, le estás dando el gusto y haces que Ben tenga demasiada importancia. ¡No, no, no! Ese infiel no merece lágrimas, tú debes llenar tus rědēs s○ci@les con fotos de ese increíble crucero y todos los guapos solteros que te cruces allí —aprieto mis labios porque ese no es mi estilo.
— Debe ser creíble, Grace, no creo estar en las mejores condiciones para ir y ligar con desconocidos —mi amiga me toma de los hombros.
— Exactamente eso curará este pesar, ligar y follar con desconocidos sexys que te hagan olvidar de tu estúpido ex infiel —suena a mala idea.
Pero tampoco quiero estar aquí lamentándome por él, que de seguro ya está saliendo de fiesta sin importarle nada. No quiero que él vea que me afecta, que piense no puedo vivir sin él.
— Pero vienes conmigo, por favor, debes venir conmigo porque necesito alguien que me dé valor para hacer locuras —me mira dudosa.
— Eso es una grandiosa idea, yo... tendría que arreglar cosas del trabajo, quizás podría acompañarte —sonrío lo mejor que puedo—. ¡Cambia esa cara! ¡Quiero verte con cara de perra que saldrá de parranda este fin de semana! —zamarrea mi cuerpo y me carcajeo.
— De acuerdo, cálmate que vas a matarme antes de que llegue ese día —ella comienza a revolver mi ropero para buscar ropa.
Yo solo trato de mejorar mi ánimo. No voy a dejar que él arruine todo, ni mucho menos darle el gusto de verme destrozada.
Grace tiene razón.
¡Iré a ese crucero!
..........
— Descuida, hija, debes salir y divertirte, tienes derecho a hacerlo —sonrío porque mamá es siempre tan dulce.
Ella no sale de casa, desde que papá murió no puede hacerlo sin tener un ataque de pánico.
— Gracias mamá, yo... solo será una noche y dos días, no es demasiado.
— Diviértete, mi amor, saluda a Ben de mi parte —aprieto los labios.
Aún no le digo a mamá que terminé con él, pero no importa realmente. Luego se lo diré.
— Adiós, ma, saluda a mi hermano, los amo.
— Y nosotros a ti, hija —corto la llamada y suspiro.
Miro el pequeño bolso que me preparó Grace, en donde de seguro solo hay ropa demasiado llamativa para mi gusto.
Pero no me importa, beberé, me divertiré, serán los mejores dos días de mi vida, me encargaré de que así sea.
La puerta del departamento se abre y Grace entra con mala cara.
— ¿Lista para irnos? —suspira y niega.
— No puedo, Daf, es que mi idiota jefe maldito dice que no puedo tomarme un día libre ¡Lo odio! Si falto solo una vez, dijo que va a echarme y no puedo perder este trabajo —suspiro derrotada.
— Grace, no iré sin ti.
— Eso si que no, tú irás a ese crucero, por favor, no perderás todo el dinero, al menos ve y aprovecha esto —dudo, pero ella y su cara de cachorrito—, por tu amiga que está atrapada en un trabajo que tiene una excelente paga, pero con un maldito ogro de jefe —sonrío y asiento.
— Sí, iré, Ben se arrepentirá de haberme dejado —sacudo mi pelo y mi amiga grita emocionada.
— ¡Eso es! Amo verte así, que reviente y vea lo que se perdió —me río con ella.
— Vendrá arrastrándose y yo le diré: "Lo siento, no eres suficiente para mí" —nos reímos.
Entre broma y broma termino de preparar mi bolso porque debo salir esta tarde.
Estoy nerviosa pero a la vez deseo hacer esto por mí.
Grace tenía trabajo extra que hacer porque su jefe, al parecer es un adicto y tuvo que ir a la oficina de último momento, así que solo me tomé un taxi hasta el puerto donde saldrá el crucero.
Al llegar veo a muchas personas abordando.
Suspiro y miro los dos boletos en mi mano. Es una pena, se desperdiciará un boleto, me apoyo en el barandal y miro el agua, por loco que parezca; el agua no me asusta, me da tranquilidad.
— Laminosamente no podré viajar —
Miro a mi lado y veo a un hombre apoyado en el borde mirando el agua.
— Da igual, la próxima será —me siento chismosa escuchando su conversación—, de acuerdo, adiós —corta la llamada y sigo mirándolo.
¿Se referirá a que no tiene boleto para el crucero? Solo estamos él y yo, los demás todos han abordado.
— Disculpe que sea entrometida, yo escuché su conversación.
— Lo estaría... —se voltea y sus ojos claros se cruzan con los míos.
Se queda viéndome con detenimiento.
— Sé que esto le parecerá raro, pero yo tengo dos boletos, solo usaré uno, la verdad es que me costó meses comprar y... iba a venir con mi ex novio, pero eso ya no importa, luego mi amiga, pero el idiota de su jefe no la dejo, en fin, se lo obsequio —arquea una ceja confuso.
— ¿Usted me regala un boleto para ese crucero a mí? —sonríe divertido.
— Sí, dicen que todo lo bueno que damos regresa y si quiere usarlo, se lo obsequio, de todos modos lo perderé y usted es el único que aún no ha abordado junto a mí —sigue sonriendo.
Tiene unos dientes muy blancos y de verdad es muy guapo.
— De acuerdo, lo acepto, pero con una condición —abro mis ojos llena de sorpresa.— Que usted sea mi acompañante, no quiero ir solo, me aburriría —abro mi boca sin saber que decir.
— ¿Yo acompañante? Pues... no lo sé, la verdad que...
"Ve y liga con el primero que se te cruce"
La palabras de Grace resuenan en mi cabeza.
¿Por qué no? Es guapo y, soy una mujer soltera.
— Sí, acepto.