Samantha, se apoyo un momento en el árbol, mientras veía alejarse a Álex, aún estaba atontada por haber dado tantas vueltas, cuando se alisaba la falda, sintió un fuerte agarre en el abrazo, que la estaba llevando entre unos arbustos. —Suelteme—gritó, tratando de zafarse de su agarre. El hombre, la soltó imprevistamente, mientras ella giraba para ver quién se atrevió a sujetarla de esa manera. Los rayos del sol, la cegaron por un momento, pero cuando reconoció la figura del hombre, sus ojos se pusieron en blanco y sus piernas comenzaron a temblar. Era Ian, quién la había encontrado, con lo poco de fuerzas que le quedaba, dió unos pasos atrás hasta tropezar y golpearse contra unas maderas. —¡¿Que haces aquí?!— dijo con tono nervioso. —Pensé que te daría gusto verme—arqueando una ceja. —

