Estaba amaneciendo y los rayos del sol entraban por la ventana, Samantha con ojos hinchados trataba de incorporarse, ya que estuvo en vela toda la noche, pensando en Ian y Álexander. Nada había ocurrido lo que era un alivio. Sin embargo, no estaba completamente segura, por lo debía mantenerse oculta ante cualquier visita y esperaba con ansias la hora de volver a Hampshire, suspiró y bajo con su mejor sonrisa. —Buenos Días— con tono alegre. —Sami ¿tas bien?— preguntó Álex . —Samantha ¿Te encuentras mejor?— replicó Álexander. —Estoy bien, disculpen por hacerlos preocupar— —Por favor, toma asiento— dijo Álexander con una sonrisa— Hoy quisiéramos ir a Hyden Park, es necesario que Álex conozca la ciudad. —Siii— dijo alegremente el niño. Samantha esbozó una sonrisa —nada malo podría pasar—

