Capitulo 2. Sr. Williams

886 Words
Subí a la habitación luego que Harry se fuera, tome una ducha corta y me puse un vestido fresco recordé que mis clases empezaban la siguiente semana y estaba muy emocionada de estar en mi tercer año en la universidad, uno más y seria toda una profesional. Mi celular vibro en la mesa de noche. Mensaje de texto mamá: "no te pierdas pequeña, te extraño" - “te visitare en cuanto pueda” - respondí. Desde el día de mi boda con Ian . La no boda . No la había visto de nuevo, talvez porque me había dedicado tanto a Harry que tenía miedo de estar sin él. De pronto me encontré pensando en cómo todo había cambiado, y para bien, creo. Mi relación con Harry era muy complicada o quizás yo le daba tantas vueltas al asunto que lo complicaba todo, creo que podría considerarme su novia ¿no ?, si algo así. Pase de ser su esclava, a ser su prometida, a ser nada y luego a hacer su novia. Me daba un poco de miedo preguntar que éramos; Harry no me había vuelta a decir te amo, pero me trataba como a una reina en todos los aspectos posibles. Luego de almorzar mire el reloj de la cocina, eran la 1:27 pm no sabía a qué horas vendría el señor Williams así que no sabía si esperar o ir por los trajes; decidí ir por la ropa ridículamente cara de Harry y como estaba a solo unas calles, fui caminando. Tome mi bolso pequeño y me puse unas sandalias cómodas, aprovecharía a pasar bajo el sol antes de que a Harry se le ocurriera comprarlo. Me volvía loca, en un buen sentido . –Buenas tardes– me saludo uno de los empleados de Barneys . –Hola– sonreí. - vengo por el pedido del señor Baxter–, el hombre no pudo ocultar su asombro y en seguida fue en busca de los trajes, en menos de un minuto me los entrego con una gran sonrisa de comercial. –Aquí tiene hermosa– me sonrió. - tarjeta o efectivo? - pregunto. Lo mire con asombro y preocupación Harry no me había dicho nada acerca de pagar. –Tar – tarjeta– respondí, tenía mis dos tarjetas de crédito en una contenía dos mil y otros mil dólares que con mucho esfuerzo seguían allí ya que eran para los gastos de la Universidad. Le entregue la primera tarjeta al empleado. Por favor que no sea mucho, por favor, por favor ... Deslizo la tarjeta por el aparato y marco unos números, me la entrego con una sonrisa. –Solo ofrece mil más– dijo como si nada. Lo mire muy sorprendida y le entregue la otra tarjeta. Genial en banca rota por dos jodidos trajes . –Aquí tiene, gracias por preferir Barneys - dijo. –gracias– murmure. Sali de la tienda estupefacta, cada traje costaba mil quinientos dólares, y no eh, no era un traje con pantalones si no solo la americana. No me gustaba pedirle dinero al “señor puedo comprar un ferrari de oro”, pero tendría que hacerlo. Estaba un poco molesta Harry debía de aprender a dejar de derrochar el dinero solo porque sí. –Hey Maddie!– dijo alguien desde un auto gris. Me pare en seco y visualicé al señor Williams en el. –vamos sube– me sonrió haciendo un ademan con la mano. Me acerque con una sonrisa. –Buenas tardes– le salude. El me miro de pies a cabeza con esos ojos azules. –ese vestido te sienta muy bien– musito, mientras ponía el auto en marcha. No lo mire, –muchas gracias– respondí manteniendo la distancia. Al llegar ingrese el código para que las puertas se abrieran y luego nos bajamos del auto. –gracias– repetí al entrar a la casa. –wow… hace mucho que no te veía– dijo como si fuéramos amigos. A diferencia de todos los empresarios el era un poco más vivaz y dinámico.  No me quitaba los ojos de encima, estaba a la espera de que yo lo viera como si fuera a cazarme… –bienvenido– dije y lo deje pasar a la sala de muebles negros y paredes blancas. –en seguida le traigo el portafolio– informe con una sonrisa. –por favor tutéame– me sonrió. Asentí y camine hasta la cocina, tome el portafolio y se lo entregue al señor Williams. – gracias– dijo dando una hojeada al contenido. –es increíble que aun estés con Baxter, debes de ser muy tolerante– aseguro. –si, se podría decir que si– mentí. –hasta luego– dije, dándole por sentado que era hora que se fuera. El me miro por unos segundos y luego asintió. –¿no me ofreces un whisky?– dijo con ironía por lo que asumí que bromeaba. –fue un placer volverte a ver Maddie– dijo después de un rato y beso mi mejía. – espero verte en la fiesta este fin de semana– dijo. –eso espero– dije con una sonrisa fingida.  Así que había una fiesta este fin de semana y el bastardo de Harry no me había dicho…  El señor William que parecía que llevaba al mismo cielo en sus ojos salió por la puerta y en cuanto él y su auto salieron cerré con el código de seguridad. Últimamente me había vuelta una paranoica cuando estaba yo sola. Pero ¿Qué tal si yo estaba mal? ¿Qué tal si Ian ya había hecho su vida en estos meses y yo seguía aquí, pensando en lo mucho que lo lastime? ¿Cómo podía asegurarme?
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