Mi caso

1521 Words
-La audiencia continuó, el Juez reunió a los abogados defensores y la fiscalía, él pidió que se aplazara la sesión, no había suficiente pruebas.- -10 días fue el plazo que dio, informó que la próxima se haría a puertas cerradas.- -Salimos de la sala, mi estómago ya gruñía de hambre así que llegué a mi escritorio, dejé los archivos y salí en busca de un restaurante.- -Fernanda.- Escuché decir -Hola Manuel.- respondí- -¿Vas a salir almorzar?- -Si.- -¿Puedo acompañarte?- -Claro por qué no.- -Los dos salimos del juzgado, el mencionó que a un par de calles había un buen restaurante, fui honesta en decirle que mi tiempo era limitado, debía ir a mi audiencia.- -Almorzar con Manuel no estuvo mal, claro que la parte en que se me insinuó no me gustó pero le dejé en claro que no tenía intenciones de acostarme con nadie de ese juzgado.- -Al volver Roberto me esperaba.- -¿Lista para la audiencia?- -Si señor.- -Pase a retocar mi maquillaje, me cepillé muy bien mis dientes y salí.- -Primero fue la suya, la verdad estuvo aburrida sin novedad alguna, después me dirigí a la mía, al entrar a la sala vi al criminal, solo su presencia lo delataba.- -Buen dia señor Iván, soy Fernanda Castiblanco su abogada.- -Pero que mujer tan bella espero que sea buena.- -La mejor.- respondí -Le hice algunas preguntas, él hizo otras al final le mencioné que por ningún motivo hablara, yo llevaría el caso.- -La jueza llegó, por lo que veo es una mujer de armas tomar, su manera de caminar y su aura me indica que es difícil.- -Todos estábamos de pie, era momento de iniciar, la fiscalía iba a presentar su caso pero yo me adelanté.- -Señoría el juicio no puede proceder, ordeno que liberen a mi cliente.- -Toda la sala me observaba, a lo lejos estaban Roberto y Alexander Marshall.- -Vi como hablaban entre los dos, al parecer todos estaba confundidos.- -Abogada Castiblanco creo que está equivocada, supongo que es nueva por que jamás la había visto.- -Soy nueva aquí pero no en la profesión de igual manera no viene al caso, he dicho que no procede este juicio y ya le explico las razones.- -Saqué el expediente de Iván, las grabaciones y las actas de su captura, si bien es cierto lo sorprendieron en una casa con ese armamento pero no fue legal la captura.- -Mi cliente fue apresado el día 13 de junio a las 8:30 am, pero la orden de captura se generó el mismo día a las 4:00pm lo cual indica que entraron a una vivienda sin permiso, así que no es válida la captura ni se puede aceptar un registro de lo encontrado pues quedó en el acta sobre las 11:00am.- -Ahora bien, se pudo demostrar que mi cliente estuvo los días anteriores fuera del país, hay tiquetes de aerolíneas y videos de las cámaras del aeropuerto donde se ve cuando abordo y cuando volvió.- -Tan pronto entró a su vivienda la policía llegó y realizó el procedimiento dejando así un espacio para la duda razonable ¿acaso todo fue planeado?- -Por lo tanto pido que se cancele la audiencia basados en que no hicieron el debido proceso de la captura, las pruebas recopiladas no son válidas.- -La jueza y la fiscalía me veían.- -Por favor procedan a quitarle las esposas y dejarlo libre.- mencioné -La jueza estaba con su cara roja, ella sabía que yo tenía razón así que tuvo que ordenar la liberación.- -Sabe que ese hombre es un traficante, está cometiendo un error.- mencionó el fiscal, ese hombre estaba que me golpeaba.- -Señor Fiscal yo no estoy aquí hablando si es culpable o no, simplemente indicó que hicieron un pésimo trabajo así que le pido que vuelva armarlo y nos veremos para definir la culpabilidad de mi cliente.- -Libérenlo, esperaremos que la fiscalía vuelva a presentar las pruebas y reabriremos el caso.- -La jueza por fin dio la orden.- -Abogada muchas gracias.- mencionó Iván -No me agradezca, sé muy bien que eres culpable, te di un poco de tiempo, tú dirás si enderezas el camino o te llevo a la cárcel.- -Tome mi bolso y salí de la sala, la verdad no sé si se resistiría en este trabajo, es mucho para mí.- -Llegue a mi escritorio, los Marshall llegaron detrás.- -Alexander solo me miró de reojo y siguió a su oficina, Roberto si me habló.- -Lo hiciste bien, te ganaste un día más en este trabajo.- -Que bien.- respondí sin emoción.- -Alexander salió con su portafolio, supongo que se marcha.- -Señorita Castiblanco quiero presentarle formalmente a mi hijo, él es Alexander.- -Ya crucé palabras con él, supuse que eran familia.- mencioné -Mañana tengo dos audiencias, me acompañarás- fue lo único que dijo Alexander y salió.- -Roberto también se fue, decidí quedarme un poco más, en este momento haría investigación sobre el cartel.- -Los documentos que tenía acceso eran pocos, había un armario con seguridad, supongo que hay casos especiales, debo ganarme la confianza de alguno de esos hombres.- -Sobre las 8:00pm salí del juzgado, debía pasar hacer algunas compras de víveres al supermercado, pensé que tardaría pero fue muy rápido.- -Llegue a mi casa, preparé mi cena, tome una ducha y me senté a revisar la laptop.- -Coloque el nombre de Alexander Marshall en el buscador.- -Era poca la información de él, según hablaba que está comprometido con una súper modelo, de su niñez no había nada, tampoco tenía casi apariciones en público, era como un fantasma.- -Así que tengo un hermano algo misterioso.- -Esa noche me dormí cansada fue un día algo movido, sé que los demás serían igual o peor.- -Mi alarma sonó, tuve que correr para alistarme, creo que este fin de semana no saldré de mi cama, necesito dormir.- -Hoy me puse un vestido n***o, se ajustaba a mi cuerpo, el cuello era redondo, maga corta, tenía una cremallera en la espalda, mis tacones son rojos como mis labios, mi cabello lo recogí en una coleta elegante alta.- -Tome el bolso y salí.- -Pase por mi cafetería preferida, pedí un muffin de zanahoria acompañado con mi café negro.- -Al llegar al despacho iba tomando mi bebida, pude ver que no había nadie así que disfrutaba esos minutos de tranquilidad, pero todo se vino al suelo cuando escuché mi nombre.- -¡Fernanda!- -Caminé hacia la oficina de Alexander, él estaba sentado en su escritorio.- -Buen día juez Marshall.- -¿Ya tienes los informes de los casos de hoy?- -Si señor, están en su gaveta, la segunda bajando.- -El solo me observaba, este maldito hombre si me impacienta.- -Llegue a su lado, deje mi café sobre el escritorio, abrí la gaveta y saque los informes.- -Vi como agarró mi bebida y tomo un poco.- -La próxima con una de azúcar, no me gusta tan amargo.- -Le diré a la de la cafetería que te traiga uno.- -Lo traerás tú.- -¿También me pongo el uniforme mientras atiendo a todo el personal repartiendo bebidas?- pregunté molesta -Si quieres, pero todos los días traerás mi bebida.- -No se cuando vienes y cuando no así que sería un desperdicio de café y dinero.- -Dame tu celular.- -¿Para que?- -No me interesa su vida Fernanda así que dámelo.- -Se lo entregue, vi como comenzó a entrelazar las agendas.- -Ya puedes ver que días estoy aquí temprano, también cuando salgo de viaje y algunas reuniones.- -Comencé a revisar y tenía razón, toda su agenda estaba a la vista pero me molestó al ver que él también podía ver la mía.- -¿Es necesario que sepas mi agenda?- -Por supuesto.- -El hombre seguía bebiendo mi café, me dio risa al ver que sus labios estaban quedando rojos.- -Me acerqué a él, tome una toalla de papel y con cuidado le limpié los labios.- -Jamás se alejó ni se intimidó, solo sonreía.- -En media hora tienes una reunión, la familia Jiménez vienen hablar contigo.- mencioné saliendo.- -Tan pronto me senté llegó Roberto con compañía, una mujer de mediana edad que al verme distorsionó el rostro.- -¿Está quién es?- preguntó de una manera de superioridad.- -Yo me di la vuelta y seguí con mis asuntos.- -Oiga niña, ¿cómo se atreve a ignórame?- -Señor Marshall buen día, en su escritorio dejé los expedientes de hoy, por favor me informa si necesita algo más.- -Pase por el lado de la mujer, ella me tomó del brazo con fuerza.- -¡Estúpida quien te crees!- -Déjela Marcela, ella es mi asistente.- mencionó Alexander saliendo de su oficina.- -Alex cariño no sabía que estabas aquí.- -La verdad no quería seguir allí así que seguí mi camino, iría por un café para mi.- -El mío con una de azúcar recuérdalo.- mencionó -Yo quiero también uno.- mencionó la mujer -Ve tú por el.- fue lo último que escuché de Alexander.- -A regañadientes serví dos cafés, le llevé uno a Alexander que hablaba por celular, pasé a mi escritorio, era momento de averiguar por cada uno de los empleados de este lugar, necesito saber con quién me enfrento.-
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