-Espero no me malinterpretes, no te estoy insinuando sexo, solo deseo que pasemos la noche juntos, durmiendo solo eso.-
-¿Solo dormir?-
-Si, claro que estoy abierto a todo lo demás.-
-Dime por qué quieres dormir a mi lado.-
-Hace mucho tiempo que no duermo bien, paso las noches en blanco, pero por increíble que parezca cuando tú y yo dormimos
tuve un sueño placentero.-
-Soy como un somnífero.-
-Quiero probarlo hoy, por favor duerme conmigo.-
-No traje pijama.-
-Puedes dormir desnuda yo no tengo problema.-
-Que práctico.-
-¿Aceptas? Te juro que si funciona te doy lo que pidas.-
-Está bien, en verdad deseo que me debas una.-
-Me quité el vestido, él cayó al suelo, comencé a caminar hacia la cama, Kronox solo me observaba atento.-
-Ven que en verdad hoy tuve un día agitado y estoy cansada.-mencioné palmeando la cama.-
-Vi como se quitó su ropa, solo quedó en ropa interior.-
-Apagaré la luz para que podamos quitarnos los antifaces.- mencionó
-Me parece perfecto.-
-Una vez la luz se pagó Kronox llegó a mi lado.-
-Sentir su cuerpo tan cerca me tenía nerviosa, yo solo trataba de poner mi mente en blanco, no quiero que note mi vergüenza.-
-Me senté en la cama, el lugar en verdad quedó oscuro.-
-Comencé a quitarme el sostén, jamás he podido dormir con eso puesto.-
-¿Qué haces?- escuché
-Me estoy poniendo cómoda.-
-Volví y me recosté, Kronox puso su mano en mi mi cintura, sentí como enterró su rostro en mi cuello.-
-Buenas noches Lola, gracias por lo que estás haciendo.- susurro
-Descansa.-
-Cerré mis ojos, lo siguiente que supe fue la alarma sonar, al abrir mis ojos noté que Kronox no estaba a mi lado, supongo que ya se marchó.-
-Comencé a buscar mis cosas, había un rayo de luz que entraba por la ventana, al menos me permitía ver dentro de la habitación sin problema. -
-Una vez lista me dispuse a salir pero escuché que una puerta se abría, yo estaba a punto de salir.-
-Buen día Lola.- escuché a Kronox hablar, por lo visto estaba en la ducha.-
-Yo no tenía mi antifaz puesto, la verdad no quería dar la vuelta.-
-Debo irme ya.- Mencioné
-Lo sé, quiero darte las gracias por la noche.-
-¿Funcionó?- pregunté
-Si, te debo una.-
-Sentí como me movió el cabello hacia un lado, me dio un beso en el hombro.-
-Chao Lola.-
-Adiós Kronox.-
-Abrí la puerta y salí corriendo del lugar, tengo el tiempo contado para llegar a casa y alistarme para el trabajo.-
-Mientras conducía pensaba en lo que había pasado, no solo el durmió, yo también tuve una noche espléndida.-
-Tuve que correr para ducharme y vestirme, mi desayuno sería por el camino, revise la agenda de Alexander, el hoy iría a la oficina así que pedí dos cafés para llevar, mi acostumbrada torta de zanahoria.-
-Al llegar al juzgado pasé a mi escritorio, dejé mis cosas, dejaría el café de Alexander en su escritorio, una vez lo hice él llegó,-
-Buen día.- mencionó mientras pasaba a sentarse.-
-Hoy vestía totalmente de n***o, se veía muy apuesto.-
-Juez buen día.-
-El tomó el café en sus manos, le dio un sorbo y sonrió complacido.-
-Necesito que me acompañes a una reunión ahora en el mañana.- mencionó
-Si.- respondí saliendo.-
-Ese hombre me pone nerviosa todo el tiempo.-
-Me senté en mi puesto, lo mejor era comenzar con mis pendientes, hoy había una audiencia en la tarde, sería dada por Roberto.-
-Mientras disfrutaba mi café y torta llegó Marcela, alias la zorra.-
-Sabías que esa comida engorda.-
-Yo solo la observé de reojo.-
-Me puse de pie, le di la espalda, lo mejor era disfrutar mi torta mientras observo el paisaje.-
-Si que tengo razón, mira ese cuerpo tan horrible que tienes, toda esa grasa se está depositando en tus caderas, por eso son tan grandes, eres una cerda.-
-Nada me quitara mi paz.- me decía a mí misma.-
-Alex querido que bueno verte, deseo hablar contigo.- mencionó la zorra.-
-Supongo que Alexander estaba cerca.-
-Sentí como camino hacia mi, yo seguía disfrutando mi “desayuno”-
-Alexander tomó mi mano, llevó mi torta a su boca y la mordió.-
-Quiero todos los días lo mismo que tú comas ¿entendido?-
-Yo solo asentí.-
-En media hora salimos, por favor pásame el expediente del caso González.- mencionó
-Si.-
-Alexander volvió a su oficina, Marcela se fue detrás de él, yo en verdad no entiendo a este hombre, es arrogante y frío con todo el mundo pero conmigo es diferente, podré decir que cálido.-
-Saqué el expediente del caso que me pidió, lo mejor era llevarlo de inmediato, toque la puerta ligeramente, al abrirla Marcela estaba como loba en celo, trataba de insinuarse de todas las maneras posibles.-
-Aquí está el expediente Juez.-
-Gracias.- mencionó
-Me di la vuelta y salí, creo que pasó al rededor de 2 minutos cuando Marcela salió, ella trataba de arreglarse un poco su traje y cabello.-
-Oh lo siento, creo que esto es incómodo.- mencionaba mientras se arreglaba.-
-Yo solo la observé de reojo.-
-Ya sabes cómo es Alex, tan pronto me ve, me hace el amor, es un loco siempre haciendo estragos en mi cuerpo, es imposible que tenga sus manos alejadas .-
-No la entiendo, ¿Desea que yo tenga una imagen suya como de sinvergüenza?- mencioné
-¿Qué? ¡No! Alex y yo tenemos algo así como ya relación.-
-¿Por qué me lo cuenta? La verdad me da igual que haga el Juez.-
-Eso dicen todas, pero siempre las asistentes se les ofrecen a los jueces, he visto pasar muchas por tu puesto.-
-¿Solo las asistentes son las ofrecidas?- mencioné
-La mujer quedó roja, sé que no le gustó mi comentario.-
-Comenzó a caminar hacia el ascensor.-
-Ah una cosa más Jueza Marcela, si un hombre dura dos minutos en la hora de tener sexo, no es un buen partido, supongo que debe pensar en eso.- mencioné con risa burlona.-
-¡Idiota!- la escuché decir, tomo el ascensor y se marchó.-
-Roberto llegó, venía con cara de pocos amigos, fingí que estaba buscando un expediente y no lo vi pasar, el ingresó directamente a la oficina de Alexander.-
-Minutos después Alexander me llamó.-
-¿Qué puedo hacer por usted Juez?- mencioné
-Un cliente llegó a nuestro bufete, él insiste que solo permitirá ser representado por usted, Fernanda.- mencionó Roberto
-¿Por mi?-
-Así es.-
-¿Cuál es el problema? ¿Acaso temen que lo haga mal?-
-Alexander se levantó de su silla, él me pasó su celular.-
-El problema es el cliente.- Mencionó
-Reinaldo Santos, narcotraficante, se le relaciona con múltiples homicidios, extorsiones y tráfico de personas.-
-Por Dios, no sabía que este hombre me buscara, es el diablo en la tierra.-
-Es un caso muy complicado para ti.- mencionó Roberto
-¿Entonces cuáles son las opciones?- pregunté
-Si no lo tomas sería una amenaza de muerte para el bufete, si lo aceptas y pierdes el caso sería tu muerte.- habló Alexander
-Bueno aquí la pregunta es ¿cuánto gano yo representándolo?.-
-¿Lo tomarás?- preguntó Roberto.-
-¿Acaso tenemos opción?-
-La verdad es que no.-
-Lo tomaré, quizás sea algo de aprendizaje en mi vida.-
-Fernanda por lo visto no te alcanzas a imaginar lo peligroso que es.-
-Se que lo es, pero supongo que ustedes no me dejarán sola, ¿o si ?-
-Por supuesto que no.- mencionó Alexander.-
-Entonces vuelvo y pregunto ¿qué gano yo?-
-Si ganas el caso te otorgaremos el 50% de los honorarios.-
-Acepto ¿y si pierdo?-
-No creo que lo hagas.- mencionó Alexander.-
-Quiero evaluar mis posibilidades.-
-Seguirás siendo una asistente.- mencionó Roberto
-Bien pues me pondré en contacto con ese hombre, lo mejor es ponerme al día con el caso, si no es nada más me retiro.-
-Salí de la oficina, comencé a investigar de ese hombre, lo mejor era poner toda mi atención en ese caso, escuchaba a Alexander y Roberto discutir, al final salieron los dos a darme un comunicado.-
-Fernanda serás la asistente exclusiva de Alexander.- mencionó Roberto.-
-¿Ya no seré la suya?-
-No, pronto llegará una para mi.-
-Entiendo señor.-
-Roberto ingresó a su oficina yo quedé con mil incógnitas, ¿ahora cómo hago para descubrir sus delitos? ¿Acaso Alexander estará implicado?-
-Lo mejor será acercarme a Alexander, quizás mi hermano esté más involucrado de lo que parece.-