No sé por qué lo hago...creo que ni siquiera quiero saberlo. Me pregunto a mi misma por qué demonios me entrego siempre a él, por qué rayos confío en que no me romperá el corazón otra vez cuando todavía no he terminado de recoger los pedazos irreparables de la ocasión anterior pero es que con Dante me faltan sentidos. Con él no soy yo...soy nuestra versión de mi misma y esa es la clave con la que él toca la melodía de nuestra historia.
Estampo mi firma en el papel y le veo de soslayo sonriendo. Los dos sabemos que acabo de empeñar mi vida otra vez en la suya pero, ¿acaso no es eso lo que más juego le da a nuestra historia...?
Puedo negar muchas cosas...demasiadas pero esta, esta sensación de plenitud asustada que él me provoca no puede parecerse a nada que sea esto, y no me sé resistir.
