—Me pones muy difícil el no partirte la cara —masculla Dante soltando la copa para mi tranquilidad —. Espero que por lo menos lo entiendas.
—No pretendo llevar a tu mujer a la cama —replica el otro hablando de mi como si no estuviera presente, como si tampoco pudiera elegir con quien y para que paso mis noches —, si eso es lo que te preocupa.
—Entre otras cosas —responde Dante —. Pero debes saber que ella nunca se acostaría con nadie que no fuera yo y no porque se lo prohíba...sino porque el amor es así, solo te entregas a tu amado así que no confundas mi reticencia con un vago ataque de celos que no es el caso.
Me silencia su declaración. Poco a poco hace que entienda o recuerde porqué le amo tanto y como es que logró enamorarme de él, es tan guapo como directo. Sabe entender y decir
