Los días transcurrían en una nube de tensión para todos, desde que Abby y Bastián sospecharon del posible escape de Paul, la familia no había conocido la paz. Los guardias de seguridad habían aumentado, y los escoltas vigilaban cada movimiento, incluso la familia Lancaster-Doinel y los Lefebvre también incrementaron su seguridad, dispuestos a proteger a sus seres queridos de cualquier amenaza. Abby, sin embargo, no podía apartar de su mente la afirmación de Leana de haber jugado con "su tío Paul". ¿Cómo era posible que su hermano hubiera estado cerca de su hija sin que nadie lo notara? La incertidumbre la mantenía alerta en todo momento, sintiendo que el peligro acechaba en cada rincón. El aire en casa estaba cargado de ansiedad, y cada vez que sonaba el teléfono o alg

