—No hace falta, tío, arreglaré esto en un minuto —Al oír la negativa del doctor Ryan, continué mi camino. —Está bien, me voy —dije después. —¡Espera Del! —Al darme la vuelta, vi que el Sr. Darwin agarraba con fuerza las llaves del coche del Dr. Ryan que estaban colgadas dentro y luego empujaba el cuerpo de su sobrino hacia mí, este casi se estrella contra mí. —Tío ¿qué demonios? —refunfuñó molesto el doctor Ryan. —¡Ahí tienes! Del, deja que mi sobrino vaya contigo, entiéndelo, es un poco tímido —bromeó. Me quedé callada y confundida ante lo que el Sr. Darwin le estaba haciendo al doctor Ryan. Pero no me molesté y me subí al coche. —Tío, devuélveme las llaves del coche —pude oírlo quejarse desde el interior del coche. —Señora ¿nos vamos ya? —preguntó Juan. —Espera —dije, mirando al

