— Bueno, lo importante es que no hay arrepentimiento, me encantó hacer el amor contigo y además de que seamos amigos, porque así te siento— dijo él— puedo considerarte mi amiga, ¿Verdad? Ella sonrió y respondió: — Claro que somos amigos. — Por éso me atreví a escribirte, hubo buena vibra entre nosotros y el alcohol como tú dijiste, fue un mal consejero, nos hizo confundir los sentimientos— explicó él — lamento haberte faltado el respeto. — ¡Oh no!, como tú mismo dijiste, sin remordimiento— dijo ella— ya todo está olvidado. — Que bueno, empecemos de cero entonces — dijo él— ¿podemos decir nuestros nombres? — Me parece buena esa idea, empiezo yo mi nombre es Karen y el tuyo? — Mi nombre es Randolph— dijo usando el nombre de su hermano. Pensó, ojalá este juego no se complique y mi he

