Capítulo 3

1458 Words
El citofono interrumpe mi conversación con Franco, estamos revisando documentos. - Carmen! Dije que no quería interrupciones... - Señor, lo siento... Es la tercera vez que llaman de la clínica a la señora Anaís, la secretaría dice que es importante y no han podido comunicarse con ella. - pasa la llamada aquí...- Franco, me mira impaciente... - Buenos días, Señor Luca Santorini?... - Si con él. - Señor, llamamos de la clinica Santa Marta... del departamento de ginecología. Su esposa vino hace poco más de un mes a hacerse un examen y llevamos semanas tratando de contactarla, pero ha sido imposible. - Que exámenes son esos... - Es información confidencial señor, todo diagnóstico de los pacientes lo es. - Soy su esposo, señorita... Con ella no podrá comunicarse, pues está un poco delicada de salud... - Lamento escuchar eso... Su bebe está bien?- Golpe bajo... un bebe? - Si, tan sólo que no ha podido controlarse cómo es debido. - Si quiere puedo averiguar con el doctor, para enviar las indicaciones a su correo, según el examen, su bebe tiene 2 meses y 2 semanas, debería estar tomando ácido folico... ojalá este bien pronto, para que empiece los controles. - Gracias...- Mi mente grita... Sé exactamente el día y bajo que circunstancias quedó embarazada y también sé exactamente lo que dije después... La llamada se corta y no tengo ni puta idea que dijo la mujer, al final de la conversación. - Luca... qué pasó? - Franco, no... - Cálmate Luca, necesitas un trago. - Necesito ir a mi casa. Me siento en su cama, todo está en orden, sólo falta lo que se llevó, que obviamente no fue mucho... Suelo venir aquí, por las noches, a veces da la impresión de que entrará por la puerta, vistiendo sus típicos pijamas con gatos. Recuerdo bien ese día, llegué del trabajo tarde y agotado mentalmente. ~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~ Junio 2018 "La encontré nadando freneticamente, de un lado a otro, una y otra vez. La observé unos 20 minutos... No sé detuvo, más que un par de ocasiones, en las cuáles se impulsaba en picada hasta al fondo de la piscina, y salía al poco tiempo, para seguir su rutina. No puedo negar que su pequeño bikini, me llamó la atención, más de lo que debía... Sus pechos pequeños, su piel blanca... su pequeña cintura y su perfecto trasero, es una de las mujeres más hermosas que he conocido, eso es algo que nunca pude negar, por años pensé que era hermosa por dentro también, hasta que todo esto comenzó. La observo dar un par de vueltas más y luego hundirse en picada, con más fuerza, su trasero, tan levemente cubierto, para el deleite de mis ojos... Había estado bebiendo con Franco y Marco, por unas tres horas, antes de venir a casa. Hace poco menos de un mes, también después de una tarde de copas, la había tomado por primera vez, en ocho años, por primera vez consumábamos nuestro matrimonio y no es que haya sido con ella dispuesta... Se entregó: si; no opuso resistencia: no... pero sé que lo hizo sólo porque era su "obligación" cómo mi mujer. Sé también que no era lo que esperaba... su tonta cabecita romántica debió imaginar esto, de una manera totalmente distinta. No el animal que fui... rudamente tomando su virginidad, sin ninguna contemplación, sin buscar su placer... sólo mi liberación, sin ninguna veneración a su cuerpo y ciertamente sin besos o caricias. Qué si fue un error?, el más grande de mi vida... su cuerpo perfecto y suave, ha atormentado mi cabeza constantemente desde ese día... su interior cálido, estrecho y acogedor... De pronto algo me saca de golpe de mis pensamientos... cuánto tiempo ha pasado desde que se hundió hasta el fondo? Mierda, Anaís!... Me quito la camisa y los zapatos, vacío en una tumbona el contenido de mis bolsillos y me lanzo, sin pensar... La encuentro en el fondo, sus manos afirmadas a una barra que ella misma mandó a instalar, su largo pelo n***o suelto y flotando a su alrededor y sus ojos cerrados. La tomó del brazo y la cintura, aún sin pensar... una especie de pánico me inunda, uno que no sentía hace años. Y tiro de ella para sacarla. Al sentirme, empieza a luchar contra mi agarre y suelta el aire que estaba conteniendo. Se desespera por salir, veo un poco de miedo en sus ojos, antes de impulsarse hacía arriba. Salgo tras ella y la veo tomar aire, mientras su mano en su pecho, intenta en vano, calmar su respiración. - Qué pasa contigo???- Me dice en un patético intento de grito, mientras sube la escalera para salir de la piscina. - Qué te pasa a ti???... Tratabas de matarte?? - Qué??? - Qué hacías bajo el agua tanto tiempo??? Estamos parados frente a frente, su cuerpo temblando al contacto del frío aire de la noche. - Qué te importa??...- Su grito es enojado y fuerte, pero su voz tiembla.- Desde cuándo te importa, lo que me pase o no?... Y sólo para que lo sepas, estaba practicando mi resistencia, idiota!- Parece notar por primera vez, que mi traje está empapado y eso me hace notarlo a mí. En qué estaba pensando?... Qué me movió a hacer semejante estupidez? Tomo la bata que está junto a la tumbona y la envuelvo. Sus labios están morados y sus temblores se están intensificando. También necesito cubrir de mi vista esa pequeña tentación que me está endureciendo cierta gran parte de mi anatomía. -Qué pasa?... - pregunta y da un paso atrás... Está huyendo de mí. - A tu habitación, ahora! - Luca, yo... - Ahora! Subo despacio detrás de ella. La desnudo para mí... No quiere, pero no tiene mucha opción, sé que igual lo hará. La tiendo en la cama y me arrodillo a los pies. Abro sus piernas, necesito probarla, quiero saber cómo se siente su placer. La pruebo sin aviso... Y su espalda se arquea, siento una corriente recorriendo mi cuerpo y su sabor, Maldición! Es la jodida mujer más dulce y sabrosa que he probado. Ataco su sexo con mis dedos y mi lengua, sin piedad, hasta que la hago venirse en mi boca, descontrolada y agitada... Su pecho sube y baja frenéticamente y sus ojos nublados de placer, me miran con incredulidad, si, cariño, puedo poner tu mundo de cabeza, sólo con mi lengua. Subo lento, mordiendo y besando cada centímetro de su piel, hasta llegar a sus senos, pequeños, firmes, perfectos, sus pezones son dos puntas rosadas que me invitan a probarlos. Me entretengo arrancando sus gemidos y enloqueciendola, mientras entró en su sexo, caliente, estrecho, mojado y mi nombre cae de sus labios, cómo un conjuro que me hechiza. - Luca, por favor... - Por favor que Anaís?... Quieres que me detenga? Empujo un poco más y su cuerpo se retuerce arqueandose debajo del mío. "Dios, porque eres tan malditamente sensible a mí...". Me muevo lento y suave, mientras sus manos se aferran a las sábanas de su cama... Puedo ver la lucha en sus ojos por no tocarme, sé que aparte bruscamente sus manos de mi cuerpo, la primera vez y me gusta que tenga miedo... yo soy quién dirige este juego. De eso, hace 2 meses y unos días... No use preservativos y la maldita me embrujo con su hechizo, cuatro veces la tomé esa noche. Cuándo la alarma de mi reloj sonó, estaba acurrucada en mi pecho. Me puse de pie de golpe, nunca habíamos dormido juntos... Busqué mis cosas por la habitación. - Luca... - Que pasa? - Que haces...? - Irme... - Luca! - Escúchame bien, Anaís... Soy hombre y tengo necesidades. No puedo acostarme con una mujer que de verdad me guste, una mujer bonita... por el maldito contrato... - Por favor... - Toma la pastilla del día después. No necesito que de esto salga un hijo al que no quiero..." ~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~ Probablemente a estas alturas ya se haya liberado de él... El sólo pensamiento me estremece... Pero mis palabras fueron claras... Y por más que no quisiera aceptarlo, cada cosa que dije e hice, calaron muy profundo en ella. Este sentimiento de vacío no me abandona. Logré todo lo que me propuse... obtuve el divorcio, la destruí y me quedé con todo... Ahora que me queda... Buscar a Mariana? Y dejar a Anaís ahí donde siempre debió estar, muy lejos de mi vida. Mañana cambiaré mi propósito... Talvez eso sea todo lo que necesito.
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