UNA GRATA COMPAÑÍA

1303 Words
Alfonso queda viendo a los padres de Janet, y luego le dice a ella: — ¿Por qué me desprecias? Janet se queda callada. Cuando Fanny coge la cadena de la mano de Alfonso, y le dice: — No te enojes con ella Alfonso, esta confundida. De inmediato, Janet les dice a todos: — Yo no estoy confundida. En seguida, Adal le grita a Janet: — No seas grosera, ¡discúlpate con Alfonso! — No tengo porque hacerlo papá. Adal intenta darle una bofetada a Janet. Cuando Alfonso le dice: — No haga eso señor, yo soy un hombre muy paciente y se esperar… me retiro, que tenga usted y su esposa, un buen día… Janet, que pases un buen día. En ese instante, Alfonso se va y Janet es regañada por sus dos padres, los cual piensan que Alfonso es el hombre para su hija. Janet se vuelve a encerrar en su habitación y no sale ni para comer. Minutos después, Fanny y Adal calman su enojo con Janet, y se ponen hacer pan. Para repartir el próximo. Mientras sus padres trabajan amasando el pan, Janet se sienta en la cama, piensa: — Joaquín, es el primer hombre que hace que me inquiete… me gustaría verlo de nuevo. El día siguiente, Adal se dispone a repartir el pan a los clientes. Cuando Janet le dice: — Espera papá, yo me encargo de hacer las entregas. — Janet, encárgate de sacarle leche a las vacas, ya que no tenemos queso. — ¿Pero? — Pero nada Janet, ¿qué pasa?, ¿a ti no te gusta estar con los animales? — Es que me estaba a costumbrando a vender las cosas que producíamos. — Ya volverás a salir, pero hoy necesito que ordeñes a las vacas, ya que tu madre sigue haciendo pan. — Está bien, ve con cuidado. Adal se va a vender el pan, mientras Janet va a donde están todas las vacas, y les dice: — Canela, Luli, Blanquita, Paca, Lindre, Zora, Sidora y Glotona… ¿cómo están?, vengo por más leche, y espero que se sigan portando como siempre lo han hecho. Janet organiza las vacas y escoge a Lindre para ser ordeñada. Luego de varios minutos, Janet ordeña también a Canela y a Zora. Por primera vez, Janet se cansa de ordeñar y decide llevar solo un envase de leche a la casa. Al ver que Fanny no estaba en la casa, Janet deja la leche en la sala, y va a donde están los caballos y encuentra a su mamá. Janet cruza sus manos y le dice a Fanny: — ¿Qué haces aquí? — Ayudándote a organizar todo esto. — Mamá, acaso no recuerdas como te encontramos la última vez, Lona, Marrón y Fuego, están últimamente muy nerviosos. — Tranquila hija, ellos ya están calmados, mejor dime… ¿ya recogiste la leche? — Solo la mitad, estoy un poco cansada. — Yo voy a remplazarte hija, esta vez necesitamos mucha leche. — Bueno. En su carruaje, Adal pasa por la calle real. Cuando se encuentra con Ana María, la cual hace parar el carruaje, y le expresa en ese instante: — Hola vecino. — Hola Ana María, ¿cómo estás? — Bien… un poco apenada con usted por ese bochornoso incidente que propicio mi esposo antes de su viaje a Alemania, perdónelo, el no quiso agredirlo… fueron los tragos. — No te mortifiques por eso Ana, en esa reunión política de esa noche. Yo también había bebido algo. Además, yo no soy rencoroso. — Gracias Adal, estaba tan preocupada con eso. — Dile a Antonio que cualquier día hablamos. — Bueno. En el Arca, Fanny busca a su hija por todas partes de la casa, pero no la encuentra, y dice: — ¿Qué se hizo? En ese instante, Janet deja sus caballos en el establo, para que su mamá no la fuera a descubrir. Y se va por el bosque, hasta la quebrada. Janet siente que alguien la está mirando, y rápidamente coge un palo del suelo. Cuando escucha: — No te asustes Janet, soy yo Joaquín. — ¿Pero cómo has llegado hasta aquí? Joaquín se acerca a Janet, y le responde: — Preguntado… veraz, parece que en este pueblo no hay tantas jóvenes hermosas. Vendiendo en un carruaje queso y pan, fue fácil llegar a tu casa, que por cierto está muy bonita. — Gracias. — Una pregunta. — Dime. — ¿Por qué la casa se llama el Arca? — Es algo simbólico, la casa estaba pensada en tener más animales. — ¿Algo así como el Arca de Noe? Janet se sonríe, y dice: — Algo así… yo le he puesto nombre a todos los animales que están en casa. Joaquín también se sonríe, y le dice a Janet: — ¿Qué nombre le has puesto a todos? — ¿Por qué quieres saber? — Tengo curiosidad Janet, me parece muy gracioso que le hayas puesto nombre a cada uno de ellos. — Ellos son parte de mi familia, hablo con ellos todos los días. — Así, ¿y cuantos animales son? — Tengo ocho vacas, y se llaman: Blanquita, Paca, Lindre, Zora, Canela, Luli, Sidora y Glotona… también tengo tres caballos, ah, y contando con el del carruaje, serian cuatro, los cuales se llaman: Marrón, Lona, Fuego y el del carruaje se llama Bronce. Él es el caballo más fuerte. Joaquín queda encantado con la sencillez de Janet, que le dice: — ¿Y tienes muchas amigas? — Solo una, se llama Cecilia y es mi mejor amiga, con las demás jóvenes del pueblo no me entiendo… es mejor así, paso mejor con mis animales. — Parece que no has tenido tiempo de salir de Pedraza, de conocer más lugares de España. — Tienes razón, he vivido toda mi vida aquí y muchas veces siento que no me falta nada. — Eso es porque no conoces el resto del país. — Puede ser. — Janet, a todas estas, ¿a dónde vamos? — ¿Vamos? — Si, yo te estoy acompañando, ¿qué tiene de extraño? — Recién nos estamos conociendo Joaquín. — Yo ya te conozco lo suficiente para saber que eres una mujer como ninguna otra, la cual habla con los animales. Y que con su gran belleza de ojos claros y cabello largo, no se acompleja, y vende pan y queso por el pueblo. Estupefacta, Janet no le queda más de otra que decirle a Joaquín: — Bueno, vamos a una quebrada que queda en los límites de mis tierras, con los límites de mi vecina Carmen. — Perfecto. En ese momento, Janet y Joaquín caminan más de veinte minutos por sus tierras, hasta llegar a la quebrada. Maravillado al ver la belleza del lugar, Joaquín le expresa a Janet: — Con razón vienes a este lugar, es precioso. Janet se sienta cerca de un árbol de almendra, y dice: — Este lugar es mi preferido, aquí vengo a pensar… también a refrescarme un poco. Joaquín se sienta junto a Janet, y le dice: — Este también va hacer mi lugar preferido. — Pero estas de paso Joaquín, muy pronto te vas a recorrer otros lugares de España. — Ya he recorrido muchas partes de España… pero en algún momento quiero navegar el Océano Atlántico. — ¿Cuándo te vas? — No he dicho que me voy ahora. — ¿Qué quieres decir Joaquín? — Que voy a ponerme a trabajar en este pueblo, para quedarme un buen tiempo aquí. Janet se sonríe, y le expresa a Joaquín: — ¿Por qué te quieres quedar? — La pregunta es obvia… — No sé qué quieres decir Joaquín. — Me quiero quedar en Pedraza, porque encontré el amor de mi vida, el cual estoy viendo en estos momentos…
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