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Todos están eufóricos por la fiesta que sera la última del año, se corre rumores de que será épica, como ninguna de las anteriores, está vez por ser la última invitarian a todos sin excepción, eso lo incluye a él.
Todos piensan que por fin podrán hacer realidad una de sus más alocados sueños, algunos en dejar de ser vírgenes, otros aunque sea algo mínimo, un beso con su crush.
Pero nadie sabe lo que en realidad pueda llegar a pasar ahí. Ahora mismo un grupo de 6 chicas se encuentran reunidas en la casa de una de ellas, arreglándose para la gran noche, cada una lleva un vestido de diferentes colores. Mientras hay un chico que no le parecía para nada bien ir a esa dichosa fiesta, ya que siempre lo han ignorado, es como si el fuera invisible y ahora que de buenas a primeras vengan a invitarlo a una fiesta le pareció muy extraño, por ende, no quiere ir.
— Chicas, ¿creen que Owen al fin se fije en mi? —
— Pero que cosas dices Catarina, es obvio que el se muere por ti —
— Pero entonces, ¿Porque no me ha dicho nada aún? Llevamos bastante tiempo en la escuela y apenas y me mira —
— ¿Será porque siempre que se quiere acercar tú te vas? — contestó otra de las chicas, haciendo que todas las demás la mirarán mal — ¿que? Es la verdad — se encoge de hombros y las chicas siguen arreglándose.
— Mejor hay que terminar de arreglarnos bien, que tenemos que llegar y hacer que todos suelten suspiros por nosotras — dijo otra arreglándose el peinado.
— Eso es fácil — miró en dirección de la chica que hasta ahora se había mantenido callada, ella era la popular entre todas, no solo tenía belleza, era inteligente, demasiado para su edad, pero aunque tenía para adelantar sus estudios, prefirió seguir como cualquier otra persona de su edad, quiso vivir sus etapas a corde con su edad. Todas la voltearon a ver, iba vestida con un sencillo vestido blanco resaltando sus curvas y apenas un maquillaje ligero.
— No chicas, lo siento pero saben que yo no me prestó para esas cosas —
— Sabes para ser la más popular, entre belleza e inteligencia, eres sumamente aburrida — dijo otra rodando los ojos.
— Estoy de acuerdo con Ximena — respondió Sabina.
— También yo — dijeron las demás al unísono, se comenzaron a mirar y terminar por reírse a carcajadas.
— Bueno pues así se juntaron conmigo, saben que soy así, no tienen por qué culparme de nada —
— ¿cómo que no? Eres rica, pero nunca hemos conocido a tus padres — al mencionar a sus padres, ella no pudo evitar pensar en ellos, y en cómo es que creció más con su nana, Marina, sus hermanos, Rocío y Robert, sus padres nunca están con ellos, se la viven en sus respectivos trabajos asegurando que es para que nada les falte a ellos — es más, ni siquiera hemos ido a tu casa en todos estos años, que hemos estudiado juntas ... — Sabina la hizo callarse al darse cuenta que Marilyn había cambiado su expresión por una de tristeza que se notaba a kilómetros, al darse cuenta de eso, ya no dijo más. Alzó las manos en son de paz y siguió con lo suyo. Sabina suspiro y se acercó a ella.
— No le hagas caso, todas sabemos cómo es ella — dijo abrazándola.
— Si lo sé, no te preocupes por mí, aún no terminas de arreglarte así que apurate, yo ya estoy lista —
— Sabes a veces me das envidia —
— Envidia, ¿porque? — pregunto confundida.
— Chica, no necesitas nada para verte bien, literal si estuvieras en un costal de papas, toda tu — dijo señalando la de arriba a abajo — se vería perfectamente hermosa, y no es por alabarte, solo digo la verdad —
Marilyn le agradeció para luego bajar la cabeza y seguir en su mundo. Mientras las demás ya estaban terminando de retocarse su maquillaje y peinado.
Una vez listas, todas se fueron en 3 autos, Catarina iba con Ximena, eran amigas inseparables entre todas, pero cada quien tenía sus reservas siempre, ya que al ser de familias adineradas las amistades no suelen durar por mucho tiempo, sin embargo ellas 6 rompieron esa situación. Sabina iba con Marilyn, Claudia con Mery, iban en sus autos en direcciona la gran fiesta que prometía ser inolvidable para todas, pero por sobre todo para Marilyn, con algo que cambiaría el rumbo de su vida.
Mientras tanto, el dichoso Owen intentaba convencer a su amigo de la infancia, Anthony, para ir a la gran fiesta, quería que vaya a como dé lugar, no le gustaba ver a su amigo a un lado, mientras los demás de divertían, quería hacerle ver que el tambien puede divertirse.
— Vamos amigo, por favor —
— Ya te dije que no, tengo que quedarme, mis hermanos están en casa y no los pienso dejar solos —
— Nosotros ya estamos grandes, además vendrán Rocío y Roberto a quedarse la noche aqui, ya que su hermana mayor también saldrá a una fiesta, así que no nos pongas de excusa y anda a divertirte por una vez en tu puta vida y ojalá se te quite esa cara de culo que tienes — intervino su hermano menor Roger, seguido de Sharon, quienes bajaban las escaleras hasta la sala donde se encontraban los amigos discutiendo sobre la fiesta.
— Peor aún, ¿creen que no se que andan de novios con ellos? , además yo ni conozco a su hermana, así que he dicho que no y punto —
— Claro que si la conoces hermanito siempre has babeando por ella — intervino esta vez su hermana.
— Claro que no ... — Owen de repente se dio cuenta de quién hablaban y no aguanto en palmearle el hombro.
— Ya se quién es, ¿Marilyn, verdad? — dijo sorprendido y mirando a los menores, esperando una afirmación.
— Si es ella, es una buena chica incluso cuando fuimos a su casa nos trato amablemente — contestó Roger mirando a su hermano.
— Es por que ella es así, es noble, educada, amable, sincera, no tiene filtro, no es doble cara, ella es ... —
— Si todo eso piensas de ella, ¿porque no vas conmigo a la fiesta y así puedas hablar con ella? —
— Ella nunca me prestara atención y lo sabes —
— Mejor aún, esta es tu oportunidad —
— Por dios Anthony, no seas aburrido y anda a divertirte, además en cuanto a Marilyn, si tú lo dices nada, dudo mucho que ella también te hablé, recuerda que es un hombre el que debe dar el primer paso — opino Roger, ya que el está seguro que Marilyn correspondía los sentimientos de su hermano ya que ella en una oportunidad que había ido a su casa, le pregunto sobre el.
Donde el todo sin filtro como es, le pregunto si en verdad estaba interesada en su hermano.
Ella se sonrojo ante su pregunta pero no negó sus sentimientos hacia su hermano mayor, no le dijo que el también sentía algo por ella, ya que ese era un tema que solo les tocaba a ellos hablarlo, el no tenía vela en ese entierro.
— Está bien, tu ganas Owen, nos vamos —
— Entonces que esperas, ve a cambiarte, ponte algo que te haga resaltar está noche lucirás como el mismo .... —
— Eso ni hablar, sabes que no pienso cambiar mi forma de vestir por esa estúpida fiesta —
— Ah no — dijeron los menores — si vas a ir, pero con un cambio de look radical — continuo la menor.
— Oh no, eso nunca — rebatió.
— Oh si, Owen tu nos ayudarás con la vestimenta, mientras nosotros nos encargamos del resto — dijo el menor.
— Si, esto será genial —
— ¿En que me metí? ¿es tarde para cambiar de opinión? — preguntó arrepentido de haber aceptado ir a esa dichosa fiesta, a la cual luego agradecerá y maldecía haber ido.
— No, no hay tiempo, ya es tarde, a tu habitación ahora —
— Si ya voy ... mamá — ironizó sus palabras en respuesta a la orden de su hermana, la cual negó con la cabeza sonriendo de oreja a oreja. Le guiño un ojo a Owen, el cual se ruborizó