Sin levantarme, tomo de nuevo el folder y lo abro en las fotos, sus ojos contienen una molestia clara —¿Por qué tienes estas fotos? No son de vigilancia —¿Podrías retirar? ¿Y dejar mis cosas? —Resulta que esta es mi casa… —Eres una puta niña mal criada. —Vaya, buena descripción—Le digo poniéndome de pie—¿Por qué me tomaste esas fotos? Lo veo pasar saliva, pero no cambia su mirada fría, me burlo de él. Pelear con este hombre no va a ayudarme en nada. No me gusta las fotos que me tomó, y ni investigación tan detallada que ha hecho de mi y mi familia. Suspiro —Siento desquitarme contigo—Le digo, abre los ojos en sorpresa —¿Qué? —Me estresa regresar a la mansión, y reaccione de manera desproporcionada… —¿Tu crees? —Pregunta relajándose un poco—¿Estabas celosa? —¿Celosa? —Le pregun

