SALVATORE Sin duda alguna Giuseppe no tiene un pelo de pendejo, el muy cabrón me manda a las vacaciones donde Zita debe estar con Vicente, y yo tengo que tragarme las ganas de matarlo. Además de que esa tonta confidencialidad que tiene Zita con Bastián me vuelve loco. ¿Cómo es que el no tiene problema para casarse con ella? No es un maldito juguete por el que peleas con tu hermano. —Salvatore, ven conmigo—Me llama Giuseppe, suspiro para mi, y lo sigo a su despacho, donde afortunadamente, no hay nadie mas, si me va a golpear, al menos solo será él. Se para frente a mi, sus ojos reflejan su enfado, tal vez hay un traidor en el FBI, y otro infiltrado, pero mi tiempo en la organización Vannicelli, esta contada. Giuseppe esta apunto de darme un tiro, por lo que siento por su hija—¿Qué fue lo

