Día 9 Me desperté en la cama, aturdida y rígida. Abrí los ojos entreabierta e hice una mueca, cerrándolos rápidamente para protegerme de la luz que entraba por la ventana de mi habitación. Era de mañana y estaba de vuelta en la cama. Gemí, con la cabeza dando vueltas y todavía un poco aletargada por el día anterior. Mamá y Tori me habían dado mucho Crepúsculo, no es que no lo hubiera disfrutado. Me forcé a abrir los ojos y vi un vaso de agua y dos pastillas junto a él en mi mesita de noche. Mamá debió haberme dejado unos analgésicos. Veinte minutos después de tomarlos, debería estar como nueva. Me incorporo lentamente para alcanzarlos y descubro que me duele todo el cuerpo. Me duelen los abdominales del entrenamiento del día anterior y me arden los muslos por dentro de los muslos de mant

