Como era costumbre cuando trataba con chicas en su situación, comencé a llevarla a ver a una terapeuta de relajación femenina en el centro, la Dra. Andrew, que tenía las habilidades y el equipo para tocarla y estimularla adecuadamente y llevarla al orgasmo en un entorno seguro y profesional, ayudándola a equilibrar la química de su cuerpo y cerebro, y a aliviar algo de la dolorosa necesidad natural que su cuerpo estaba experimentando, pero que debía esperar un poco más antes de que se le permitiera satisfacer por completo.
El tratamiento había sido un éxito y Serena disfrutaba que el Dr. Andrew trabajara en ella, y ahora la llevaba a citas permanentes en su consultorio los lunes por la tarde después de la escuela.
El Dr. Andrew se había tomado unos días libres en un breve viaje a Virgini
