EL MAGNATE

2009 Words
Peter Adams     He sido un estúpido durante demasiado tiempo, detrás de Dalia, mi compañera en la agencia ella es la encargada de nuestras transformaciones, fui él hombre más detallista del mundo, y el mas caballero buscando su atención y poco le importo.      Estoy estacionado frente al edificio donde ella vive, le traía un regalo, y me encuentro a Alex Smith, saliendo de su apartamento y arreglándose la ropa, dos más dos son cuatro ¡no me traicionaron! Porque en realidad no tenía nada con ella ¡pero es sabido mi interés por ella! Los dos sabían y ¡me hicieron actuar como un estúpido!      Tengo 26 años, nadie volverá a jugar conmigo, me siento decepcionado, pero se esconder perfectamente mis emociones, fui entrenado perfectamente, a veces la gente me cree sin sentimientos ¡si los tengo! Muy profundo ¡pero los tengo! Creo que merezco un trago en este momento…      Me es muy difícil enamorarme, me es muy difícil sentir empatía por alguien más, desde el asesinato de mi padre ante mis ojos, soy incapaz de trasmitir emociones, por lo que estoy en control con un psicólogo, el tiene distintas teorías, pero yo solo soy incapaz de demostrar mis sentimientos, esto y mi trabajo absorbente dificultan que pueda establecer una relación sana con alguien más.      Arranco el auto, mientras Alex me observa, yo no cambio de expresión y lo saludo como siempre, él sabe que no soy estúpido por lo que sus ojos se abren de forma desmesurada, cree que podría actuar en su contra, se que en la guerra y el amor todo se vale, dirán que estoy loco, pero esto me debería de doler más, creo.      Asisto al mismo Club de siempre, en el cual mi compañero Elías es el dueño, es él con el que tengo más empatía, ¿será porque mi padre y el suyo murieron por las mismas manos? Tal vez medito mientras ordeno un brandy al barman — Buenas noches señor Adams. — Me dice el barman que me atiende poniendo mi trago al frente, en realidad no tengo que ordenarlo me lo sirve, porque sabe exactamente mis costumbres, no soy un alcohólico, solo tomo un trago cuando vengo y dejo una propina considerable, acá no me esfuerzo por buscar una mujer o ser empático, ellas solas se me ofrecen, bailo y hago todo como cualquier hombre pero mi rostro carece de emociones. — Hola guapo quieres bailar. —Se me acerca una rubia sensual con un vestido que solo cubre lo necesario — Me encantaría. —Le respondo sonriendo falsamente ¡todas mis sonrisas son falsas! Ensayadas frente a un espejo. Bailo un par de piezas y cuando me doy cuenta una morena se nos une en la pista y acaricia mi abdomen desde atrás, ¡va a ser una noche interesante pienso! — ¿Quieren ir a mi casa?— Invita la rubia besándome, yo solo respondo besándola y paseando mis manos por su hermoso cuerpo, me toma la mano y la morena me sonríe besando mi cuello — Vámonos queridas. —Les digo mientras salgo de la mano de la rubia, sujetando a la morena por la cintura, ellas se miran cómplices, creo que estaban de cacería esta noche, y yo acabo de convertirme en la presa… Pasamos toda la noche follando como conejos, me levanto cuando ellas duermen plácidamente, me visto en silencio y les dejo una nota: “Gracias por una noche inolvidable son fantásticas” A.      S.     Soy un hombre de costumbre por lo que me voy a mi casa a bañarme y cambiarme para trabajar, no me afecta no dormir mucho… sigo siendo el más eficiente, me gusta trabajar en mi empresa, allí desarrollo al máximo mi creatividad, diseñando las más exquisitas joyas, es un oficio que ha pasado de generación en generación en mi familia, me ocupo de administrar este negocio y además trabajo como agente de la CIA, mis habilidades son muchas, pero me destaco, en combate, hacker hablo seis idiomas y soy el más manipulador de todos, la gente hace lo que yo quiero y cuando yo quiero.      Entre a la CIA cuando tenía apenas 18 años, gracias a Marco Black, y recientemente nos hizo saber que es Mikhailov y su objetivo es recuperar el control de su legado, la Bratva con él al frente, mi objetivo pierde el norte ya que se comprometió a legalizar sus negocios, según me explico muchas personas dependen de la Mafia Roja, si esta desaparece por completo se pierde el equilibrio. Es de eso casos en que el mal es necesario.     Conduzco a mí la sede de mi joyería en Atlanta y mi secretaria me recibe con mala cara, parece mi versión femenina — ¿Novedades?—Pregunto sin dar los buenos días ¡ella nunca los da! — Tienes unos encargos especiales. — Me dice pasándome los documentos     Enseguida me pongo a trabajar en los diseños, hay mas diseñadores pero las cosas más exclusivas salen de mi oficina, tengo los clientes mas exigentes y dispuestos a pagar lo que sea para uno de mis diseños, me he ganado el respeto y nombre por mi mismo, por lo que tengo un imperio de joyería, también una cadena de hoteles cinco estrellas, cinco restaurantes y un par de clínicas.     No soy doctor pero me preocupa la salud, estas tienen los mejores científicos y yo tengo los recursos necesarios para financiar sus proyectos, lo que me es satisfactorio.     Termino los pedidos lo coloco en la mesa de la secretaria Margareth, y mi asistente tropieza “accidentalmente” conmigo lleva días coqueteándome y yo no mezclo en el trabajo, es una de mis políticas — Volteo a ver a Margareth que se ríe del destino de la desdichada asistente —Despídela. —Le ordeno al salir y la chica esta estupefacta viéndome — Mucho duraste querida. —Le restriega Margareth, mientras yo salgo por la puerta principal, cuando logra reaccionar la chica yo estoy arrancando mi auto sale corriendo a suplicar y yo solo la veo a través del retrovisor de mi Audi 3. Llego al aeropuerto y todos están preparados en su personaje excepto yo, con nosotros viaja, Dalia — Buen día a todos. —Saludo de a todos en general y tomo asiento, los demás agente responden casi al mismo tiempo, todos concentrados en la planeación del nuestro operativo. — Hola. — Saluda con su habitual sonrisa — Buen día. —  Saludo mientras ella toma sus cosas y comienza con mi transformación su cercanía no me afecta, sin embargo ella luce nerviosa — Quería hablarte de lo que sucedió ayer. —Me dice con pena ¡Smith abrió la boca! — ¿Qué sucedió ayer?— Le pregunto haciéndome el loco — Sabes de lo que hablo. — Dice temblando un poco — No, no sé de que hablas. — Le digo — Smith y yo— dice en un susurro, cada quien anda en lo suyo y no se dan cuanta lo que pasa entre los dos, en este caso lo que nunca paso. — Te deseo suerte.— Le respondo, sé que Smith no quiere nada serio con nadie y yo quería con ella, ¡me resultaba cómodo!, no tendría que ocultar mi doble identidad además ella es preciosa. — Lamento, no haberte dicho antes dice colocándome una horrorosa peluca. — — No te preocupes, no paso nada. — Le informo sincero Ella comienza a parpadear con rapidez, sin comprender lo poco afectado que me encuentro. Veo a Paola y me sorprende su transformación en este momento es una femme fatale, Díaz babea. Dalia sigue mi mirada y Dalia mal interpreta mi expresión. — Todos son iguales. —Dice haciendo una línea con su boca, esta amargada ¿que pensaba que iba a estar detras de ella para siempre?     El avión, se eleva a lo más alto del cielo, en pocas horas pisaremos suelo Ruso, está totalmente dominado por la mafia Rusa, incluso el gobierno les sirve, tienen razón en estar preocupados, estamos jugando con fuego, es el enemigo más grande que tenemos y para mas tenemos ahora la certeza de que Víctor Mikhailov aun vive…     Cada uno tiene sus propias preocupaciones, yo tengo la seguridad que podremos con la mafia, esta vez y estoy dispuesto a todo por acabar de una vez por todas con mis enemigos. Dalia me observa con los ojos entrecerrados y yo sigo ensimismado en mis pensamientos aun recuerdo la muerte de mi padre: Flash back     Estoy en la joyería atendiendo a los clientes al lado de mi padre, su legado no era nada comparado con el imperio que hice crecer con mis propias manos. — Esos se ven bien. — Le dice el caballero que atiendo, señalando unos en forma de lágrimas con piedras de color verde — Depende ¿para qué? O ¿Para quién los quieras?— Le explico — Esas según tu ¿para qué son?— Me Indaga él, con ojo crítico. — Las esmeraldas simbolizan la esperanza, se puede regalar a personas que quieren un futuro, juntos. —le cuento para que sepa que piedra regalar según el interés. — Entonces definitivamente, no son esos los que debo regalar. —Le digo riéndome de la situación. — ¿Cuál es la situación? —Cuestiono yo. — Despedida— — Oh, para eso lo ideal es esto. — Menciona señalándome unos bonitos que él no había visto. — ¿Qué son?— Pregunta disfrutando la situación. — Son jade, para que los acompañe la buena suerte. —Le dije con sencillez, era tan fácil sonreír en aquel momento. — Entonces, son las que necesito. —Dice con seguridad, dándome la tarjeta. Mientras observo como entran unos hombres, con los tatuajes que los identifican como miembros de la Bratva  — ¿Qué hacen ellos aquí?.— Me pregunta curioso el caballero. — Son gente peligrosa, quieren obligar a mi padre a trabajar con ellos, para lavar su dinero. — Le explico en un susurro. — ¿Qué ha hecho tu padre para detenerlos?.—Me  pregunto él. — No les tiene miedo, los ha mandado al diablo varias veces, este negocio es legal. —Le explique yo — ¿Cuándo vas a ceder?, es mejor que lo hagas por las buenas joyero. — Le dice uno de forma amenazante, son tres en total. — Jamás me prestare a su sucio negocio. —Les dice  mi papá. — Esta es la última vez, que nos ves joyero. — Dice el que está hablando con él con una sonrisa. — ¡Gracias a Dios! — Exclama mi padre elevando sus brazos al cielo — No gracias, a la orden de Víctor Mikhailov, dice al dispararle rápidamente en la cabeza. —Al mismo tiempo caen los tres atacantes de la mano del caballero que atendía no puedo entender como la vida puede cambiarte en un instante. — ¡Padre!—Grito y abrazo a mi papá sin importar que me ensucie con su sangre. — Lo siento mucho Peter. — Me dice con sinceridad. — Esos desgraciados mataron a mi padre ¿Cómo es posible que haya tanta maldad en el mundo?— Le grito llorando — ¿Sabes quienes son ellos?—Me pregunta él. — No tengo, ninguna idea señor ¿Quién es usted?—Le pregunto yo desde el suelo. — Yo limpio al mundo de basura como esa. — Me explica, señalando a los tipos que yacen en el suelo. — Yo también quiero hacerlo. — le digo con honestidad. — Eres joven para eso —Me rechaza él. — No lo soy, Víctor Mikhailov dio la orden de matar a mi padre acabare con él, con o sin su ayuda. —Le digo con seguridad. — Tengo una propuesta para ti, pero solo si superas en entrenamiento entras a mi equipo. — Me recalca él, ¡y yo di mi mejor esfuerzo!, soy uno de los mejores espías del país y pertenezco a la Élite de la CIA, el que me recluto fue Marco Mikhailov.    
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD