te quiero hasta El infinito y más alla

Me despierto con los gritos de Chloe, solo son las siete de la mañana, pero de hace unos meses Chloe ha dejado de ser la niña cariñosa, ya tiene 11 años y ya se esta haciendo mayor, hemos dejado atrás los cuentos, el levantarse de noche para colarse entre nosotros, y de contarle los cuentos a su hermano Ayden, la quiere con locura, y ella solo le hace desprecios. Me estiro en la cama, y Marie está ahí, es igualita a su papa y tiene el pelo alborotado sobre su cara. Ayden no está a mi lado y se que los gritos de Chloe van disparados sobre Ayden. Salgo disparada de la habitación, no quiero que despierten a Marie, lleva tres días con fiebre y no ha dormido bien. Observo que a Ayden enfrente a la puerta de la habitación de Chloe, sigue igual de guapo, ya lleva su traje puesto y ha elegido el que mejor le queda. Desde la habitacion veo que salen disparados muchos objetos Ayden intenta esquivarlos y Chloe le sigue gritando. - ¿Qué pasa? Van a despertar a los niños solo son las siete de la mañana. Ayden me hecha una mirada, su mirada sigue siendo azul, pero hoy me mira con desprecio. - Ahí tienes tu querida hija, ha suspendido todas solo aprobó música. - Ella no es mi madre – escupe Chloe. Y si esas palabras me hieren el corazón, siempre la quise y siempre la querré, pero hasta el infinito y más allá, lo dejamos atrás hace algunos meses. De un día para otro dejo de llamarme Mama, sin explicación, sin mas y ahora soy Patricia. El pequeño Ayden se despierta y Mili la niñera lo coje enseguida. - Mili prepara lo yo le llevare al cole hoy, Marie sigue enferma y se quedara en casa. – le digo amablemente. - Chloe, un día me contaras que te pasa conmigo, pero tenemos un papel que pone que soy tu madre, hablaremos de tus notas cuando vuelvas del colegio. - Claro tu trátala así, y prémiala si quieres también. Hazle una fiesta. – me bufa Ayden con un enfado monumental. Ayden sale de allí con dirección a nuestra habitación, Marie ya se ha despertado y sale corriendo. Le doy un beso y le digo que se vaya con Mili. - Nunca serás mi madre. – me grita Chloe. Me giro y las lagrimas se me salen solas, Ayden esta en la habitación y está muy cabreado. - A un internado va a ir. – me grita – me da igual lo que tu digas, esta niña se nos va de las manos, si la dejamos así cuando tenga quince no podremos con ella. Lo abrazo por detrás, espero que se tranquilice, y noto que su respiración se relaja. - Ayden, ten paciencia con ella. Ayden me mira y me da un beso, esos besos me siguen sabiendo a menta como el primer día. - No se porque te hace daño con esas palabras, tu la quieres como nadie, tu has pasado noches sin dormir por ella. - Y es nuestro pequeño milagro. – le digo mientras una lagrima cae por mi mejilla. Ayden me abraza, nos hace falta ese contacto, aunque Ayden sigue siendo muy ardiente, con tantos problemas llevamos mas de un mes sin tocarnos. Le beso, me besa, nuestros besos son desesperados. Pero Marie entra en nuestra habitación. - Mami, mami. – dice llorando. Vuelve a tener fiebre, su pediatra dice que es solo un virus, pero ya llevamos tres días así. Cojo a Marie le doy un beso, y su medicina. - Ayden, me voy contigo a la oficina, llevamos a Chloe y a Ayden al colegio. - Tengo una reunión en media hora, no puedo esperar. Se va, sin despedirse, lo siento lejos, distante, antes esperaba para irnos juntos, ponía sus reuniones mas tarde. Me quedo triste por un momento. - Patricia, hoy me voy sola al colegio. – me dice Chloe en modo autoritario. - Ni lo sueñes, tenemos una conversación pendiente. Chloe sopla desesperada, termino con el pequeño Ayden, está cada día más guapo, tiene la mirada Azul de papa, y el pelo le ha aclarado mucho desde que nació, pero no llega a ser el mismo rubio, su sonrisa enamora y con seis años ya ha empezado primero de primaria, como su hermana Chloe es un niño amable y excelente, y esta aprendiendo a leer, quiere que pare en todos los carteles para leerlos y su hermana se desespera. - Patricia, puedes dejar de parar cada cartel que veas, tienen dinero cómprale un libro. - Chloe, tu hermano se parece a ti, tu pedias lo mismo. - No es mi hermano. – lo dice con mucho desprecio, Mirando por la ventana del coche. Dejo a Chloe en el colegio, ni se gira para decirme adiós a mi mente vienen recuerdos de cuando su carita angelical me volvía a mirar solo para decirme que me quería, Ayden si lo hace y lo disfruto, se que llegara el día que haga lo mismo que Chloe. La profesora de Chloe esta en la puerta, le pido una tutoría, me la da para esa misma tarde. Voy para la oficina, Ayden ya habrá llegado y yo tengo bastante trabajo, tenemos unas propuestas muy interesantes de España, pero Ayden se niega a aceptarlas, no hemos vuelto allí, desde hace cinco años salimos corriendo, y tengo una reunión con él a media mañana. - Haber Ayden, estúdialo de verdad son interesantes, creo que sería una buena inversión. - Me niego a volver allí. Ayden se tensa. Me levanto y le hago un leve masaje en sus hombros, da la vuelta a su silla y se queda enfrente a mí, le beso, le beso desesperadamente, lo hecho de menos. Tocan a la puerta de la sala de reuniones y nos apartamos. - Señor Williams, tiene una reunión con personal en diez minutos. – dice su secretaria. - Aplázala una hora, que nadie entre en esta sala. Su secretaria cierra la puerta, el me vuelve a mirar, y su mirada azul me estremece, nos necesitamos y yo me siento encima de sus piernas, noto su erección justo en el centro de mi deseo, y solo al notarla noto que me mojo, ya un mes que no lo siento, y tengo muchas ganas. Se desabrocha la cremallera, no tenemos tiempo para muchos preámbulos. Yo me subo mi falda y Ayden me rompe el tanga. - Ayden, tengo que seguir trabajando. – le susurro. - Lo hará usted muy fresquita, señora Williams. – me dice muy ronco por la excitación. Me clavo en su pene, gimo, gime, los dos nos damos placer. - Te hecho de menos. – me susurra mientras me muerde el cuello. - Y yo a ti. Llegamos rápido al orgasmo, los dos llevábamos un mes sin tocarnos y se notaba. Después de nuestro encuentro, el semblante de Ayden se veía más relajado. - Bueno señor Williams, creo que debería estudiar lo de España. – le digo dando mi último beso. - Señora Williams, no vamos a volver allí, si cogiéramos esos proyectos tendríamos que ir mínimo un año, y no pondré nuestra familia en riesgo. - Mi madre me ha dicho que Pedro ha ido a la cárcel, Alex por fin a denunciado no tendremos porque preocuparnos. - No lo sabía. - Si, hace tiempo que no nos sentamos a hablar de nosotros, solo peleamos por Chloe, o porque Marie duerme con nosotros. - Me duele que Chloe te trate así, y Marie me recuerda a Chloe cuando la conociste, te tiene dependencia, ese cuento que siempre le cuentas, porque sino llora toda la noche. - Y echo de menos contárselo a Chloe – sonrío. – Ya no es la niña pequeña de antes y quiere algo más de dependencia. - Cariño, si sigue así la pondré en un internado, se nos está escapando de las manos. - Pronto llegara las vacaciones de semana santa, déjala respirar. Me suena el teléfono, es un numero desconocido, pero es de España, me asusto pensando en mi Madre. - ¿Señora Robles? - Si ¿quién habla? - Le llamamos del hospital, a su madre le ha dado un infarto, ¿podría venir? - ¿Qué? Si claro si, tardare unas horas no estoy en el país estaré en Barcelona en un par de horas.