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2060 Words
Chan se despertó más temprano de lo usual puesto que primero debía pasarse por la oficina de correos a dejar todos los paquetes para que se enviaran. Cuando terminó de desayunar empezó a mover las cajas hacia fuera donde tenía el coche aparcado. No solía conducir mucho, le gustaba ir caminando a los sitios pero se sacó el carné porque le parecía que le sería util en determinadas ocasiones como la de hoy. Acabó de meter todos los paquetes dentro y se dispuso a coger su mochila para poner rumbo de una vez hacia correos. Estaba encendiendo el coche cuando de golpe recordó algo. Bajó y volvió a abrir la puerta de su casa y justo en la entrada estaba el paquete que olvidaba; le quitó el post-it, regresó al coche y lo colocó en el posamanos de la puerta del conductor. Ahora si que podía poner rumbo a su destino. En 5 minutos llegó a la oficina y enseguida se puso a descargar. ― ¡Chan! ―llamó un chico saliendo de la oficina. ― ¿Hoy toca reparto? ―preguntó mientras se unía a él y lo ayudaba a entrar las cajas. ―Si... Ya voy con retraso... ¿Y tú, qué haces hoy aquí tan temprano Bam? ¿No tienes clase? ―preguntó llevando dos cajas de una dentro de la oficina. Una chica que los vio desde dentro fue a abrirles la puerta. ―Buenos días Yeji. ―Buenos días sunbae ―saludó la chica alegre. ―Hoy me he tomado el día libre de clases y me pondré a hacer horas extras... ―explicó BamBam. ―La matrícula no se paga sola. Acabaron de entrar todas las cajas y Yeji se encargó de repasar que todo estaba correcto y con la ayuda de BamBam las movió hacia el departamento de envíos. Chan se despidió de ambos y tomó rumbo hacia la universidad. Poca gente sabía que poseía ese pequeño negocio, solo sus amigos y las personas que trabajaban en esa oficina de correos como Bhuwakul y Yeji la cual a veces también le compraba algún que otro manga. Subió al coche y tomó rumbo hacia el departamento de Felix el cual no quedaba muy lejos de ahí, unos cinco minutos en coche. Cuando estuvo abajo del edificio se apresuró a marcar el número de su amigo. ―G-day mate ―saludó Felix desde el otro lado. ―Estoy abajo, ¿vienes? ―preguntó Chan a la par que daba un toque al claxon y sacaba la cabeza por la ventana. En eso que Felix se asomó por la ventana y ondeó sus brazos de modo que Chan lo viera desde la ventanilla. ―Ahora bajo ―dijo mientras se oía claramente como cogía la mochila e iba directo a la puerta. Chan escuchó a través de su teléfono como pasaba las llaves a la puerta y empezaba a bajar las escaleras. ―Perfecto, ¿sabes si tenemos que ir a por Chang-...? ―no tuvo tiempo de acabar la pregunta que vio como de la puerta del edificio emergía una sombra negra con gorra la cual se trataba de su amigo Seo Changbin. Colgó y saludó desde el coche mientras ambos subían al coche, Felix de copiloto y Changbin detrás. ―Buenos días chicos ―saludó Chan mientras volvía a encender motores. ―Los serán para ti ―contestó Changbin molesto. ―Uuh... Alguien tuvo mala noche... ―dijo Chan canturreando mientras miraba hacia Felix. ―Está molesto porque ha dormido poco y le he obligado a ir a la uni ―dijo Felix cariñoso mientras se giraba lo justo para poder pellizcarle levemente las mejillas a su novio. ―Ayer tuvo una noche agitada ¿verdad? ―Vale, no quiero saber más ―pidió Chan medio poniendo cara de asco. No tenía ganas de saber que hacían sus amigos en privado. ―Pero si te gusta el yaoi, deberías estar pidiendo los detalles ―expresó medio indignado medio en coña Felix. ― ¡Asco, no! Una cosa es el yaoi hard que leo lo otro es saber que cosas pervertidas hacen mis amigos entre ellos ―expresó Chan con repugnancia de solo imaginar a sus amigos como en uno de sus múltiples yaoi hard que había leído. ―Anda, cállate y avísale a Jisung que vamos. Felix obedeció y marcó el teléfono del chico mientras lo ponía en altavoz. ― ¿Hola...? ―preguntaba un perezoso Jisung al otro lado de la línea. ― ¿Por qué estás llamando a las... ―hizo una pausa para poder ver la hora claramente. ―... 7:47 de la mañana? ―Es lunes Sung ―repuso Felix. No podía creerse lo empanado que podía llegar a ser su amigo. ―Espera, ¿lunes? ... ¡Oh no, mierda! ¡Minho levanta vamos tarde! ―se oyó como alguien a su lado replicaba y luego la línea fue invadida por sonidos extraños y ruido. ― ¡Minho! ¿Y mis pantalones? ... ¿Qué? ... ¡Yo que sé dónde dejaste tu camiseta! ¡No, no, no me des las culpas ahora a mi! Los otros tres se encontraban en el coche, rumbo al apartamento del mayor mientras escuchaban todo el alboroto que se había formado en el apartamento. ―Eeeh... Oye Felix, te cuelgo que... ¡No, desayunamos ahí! ¡Me da igual que quieras tortitas ahora, no hay tiempo!... Eso que tengo que llamar a Chan para que nos lleve ―dijo un alborotado Jisung. ―Sung estamos abajo del apartamento de Minho ―respondió con toda la calma Felix. Chan se apoderó del aparato y habló hacia Jisung. ―Bajad ya, pero cagando leches. Si en 30 segundos no os veo saliendo por la puerta os vais andando ―dejó claro Chan. No se oyó respuesta al otro lado, es más, Jisung le colgó. Chan resopló, esos chicos siempre desorganizados nunca cambiaban. Y como advirtió al cabo de 30 segundos se encontraron a Jisung saliendo por la puerta mientras tiraba de un dormido Minho que iba atrás suyo. ―Venga... Para dentro ―decía Jisung mientras empujaba a Minho para que se metiera en el coche. Él subió después y tan pronto como cerró la puerta Chan arrancó. El trayecto se sumió en un silencio sepultral interrumpido solo por el sonido de Sung al comer unas galletas. ― ¿Quiefez galletaz Shanfin? ―balbuceó con la boca llena Jisung a lo que Minho lo regañó. ―No ―contestó seco y mirando hacia la ventana. ―Uy... Alguien tuvo mala noche, ¿algo que decir al respecto Felix? ―preguntó Jisung terminando de tragar. Básicamente la vida de Chan se resumía en hacer de sujetavelas siempre. Antes solo eran Jisung, Changbin y él pero luego el amor flechó a los tres; y sí, a los tres, porque Chan también estaba enamorado. Jisung y Changbin consiguieron sus parejas haciendo que Chan se quedara más solo que la una. ―Llegamos ―declaró Chan apagando el coche y bajando de él. Habían llegado justo a tiempo, pasaron por la puerta justo cuando el profesor se dirigía ahí para apuntar a los que llegaban tarde. Se despidieron en la entrada y cada uno fue a su aula correspondiente. La mañana de los lunes siempre era larga y hasta que no llegaba la hora de irse se le hacía eterno a Chan. Se encontraba en la puerta, esperando a que los demás salieran. Mientras estaba ahí cruzó algunas palabras con algún que otro compañero suyo de clase pero poco más ya que tampoco se hacía mucho con los de su edad. Estaba revisando el teléfono cuando inconfundiblemente oyó las voces de sus dos amigos Jisung y Felix dirigiéndose hacia él. ― ¡No! ―exclamó de golpe Jisung cuando llegó a su lado. El mayor levantó la vista del teléfono y se lo quedó viendo. ―Seguro que te has olvidado algo ―dijo Chan a lo que Jisung respondió asintiendo frenéticamente. Chan sacudió la cabeza de un lado para otro. ―No tienes remedio Sung, anda ve. ― ¡No tardaré! ¡Esperadme! ¡No os mováis! ¿Eh? ―iba gritando Jisung mientras empezaba a correr girándose a cada rato para asegurarse de que no se iban. ―Ve ya y haz el favor de mirar hacia adelante que vas a... ―Chan no pudo terminar la advertencia que esta ya se cumplió. ―Chocar con alguien... ― ¡Lo siento, lo siento! ―exclamó Jisung mientras se iba corriendo. El otro solo bufó con molestia, como si chocarse le hubiera supuesto un gran esfuerzo. Chan se quedó mirando fijamente a quien había chocado Jisung. De todos los chicos posibles y tenía que ser él. Woojin se giró dispuesto a seguir su camino cuando su mirada se encontró con la Chan; se quedaron un rato así, estáticos, como comunicándose a través de ondas cerebrales hasta que Woojin apartó su mirada y Chan salió de su ensimismamiento. Todo se había vuelto tenso después de aquello. ―No sé cómo te has podido enamorar de él otra vez ―replicó Felix a su lado. ―Después de lo que te hizo... ―No me he vuelto a enamorar de él, nunca me ha dejado de gustar ―puntualizó Chan con la vista siguiendo al rubio. ―Y tampoco fue tan grave... Supongo que fue una reacción normal. Felix no quiso añadir nada más. Ya habían tenido varias veces esa discusión y sabía que no podía sacar a Chan de esa casilla. Se sentía mal por él, porque Chan pensaba que lo que le hizo Woojin fue normal y se echaba la culpa de que su amistad se fuera al traste. Jisung apareció luego de un par de minutos con su libro de matemáticas bajo el hombro y acompañado de su novio y de Changbin. ―Me he encontrado a estos dos por el camino ―dijo Jisung señalando a sus espaldas. ― ¿Cómo que "estos dos"? ―preguntó su novio indignado hacia Jisung. ― ¿Vamos al cibercafé hoy? ―preguntó Jisung ignorando a Minho por completo. ―Desde que Felix te enseñó el Fortnite tienes una obsesión con ese juego ―repuso gracioso Changbin mientras Felix sacaba pecho orgulloso de haber introducido a Jisung en el hermoso mundo del Fortnite. ―Si vamos yo tendré que irme antes de las 6 ―dijo Chan yendo hacia el coche y cogiendo las llaves. ― ¿Por? ¿Acaso tienes alguna cita? ―preguntó inquistivo Jisung mientras subía al coche. ―Más o menos ―dijo simplemente al encender los motores. ―¿¡Qué?! ―preguntaron a la vez todos. ― ¡Bang Chan! , ¿Tienes una cita y no nos lo has dicho!? ―exclamó indignado Felix poniéndose una mano al pecho. ―Te has olvidado el Christopher ―puntualizó Minho. ―Bang Christopher Chan, Chrispy para los amigos ―dijo Changbin entre risas causando que los demas también rieran aunque Chan solo los miraba con resignación. ―Qué gracioso, pues, ¿sabéis que? Ahora no os cuento nada ―dijo molesto Chan. ― ¡Venga Chan, colega! Dejemos de engañarnos, ¿qué tienes a las 6 realmente? ―preguntó Jisung acercándose al asiento del piloto y dándole unas palmaditas al hombro. ―Vale, no es una cita ―asumió Chan apagando el motor mientras los demás empezaban una horda de "Lo sabía" "Nos estaba tomando el pelo" "No sabe mentir". ―Bueno, ¿tan imposible parece que tenga una cita? Nadie dijo nada y el silencio se hizo en el coche ya aparcado delante del cibercafé al que solían asistir. ―Tengo que entregar un pedido en mano a las 6 ―informó saliendo del coche. ―En plan... ¿En persona? ¿Irás y se lo darás tu mismo? ―preguntó Minho siguiéndole el paso. ―Sí ―afirmó Chan cerrando el coche luego de ver como los otros dos bajaban. ―Pero si nunca has mostrado tu identidad ―dijo Jisung poniéndose al lado de su novio. ―Bueno, siempre hay una primera vez para todo ¿no? Además no será tan malo, he visto la dirección que me dio y está a las afueras de Seúl ―dijo Chan mientras abría la puerta del local. ―4 pases de 5 horas y 1 pase de 2 horas por favor ―pidió a la chica de recepción. ― ¿Y qué quieres decir con eso? ―preguntó Changbin mientras pagaba su parte y la de Felix. ― ¿Por qué no pagas la mía también? ―le preguntó Jisung a Minho susurrando a lo que él solo se encogió de hombros y siguió a Chan por las escaleras. ―Quiere decir que vive lejos de aquí y es poco probable que sea alguien de nuestra universidad ―precisó Chan adentrándose por los laberínticos pasillos llenos de sillas giratorias, ordenadores, servidores y de gamers. ―Bueno, si tu estás seguro de revelar quién eres ―dijo Changbin tomando asiento en una silla giratoria y metiendo sus 5 fichas por una ranura del servidor. ―Tampoco es que sea nada tan grave, además, ¿qué va hacer con saber quién se esconde tras esos pedidos de mangas yaoi? Nada ―respondió Chan sentándose al otro lado de Changbin, espalda contra espalda (con un espacio en medio para el pasillo). A su lado se sentó Jisung y al lado de este Minho, Changbin y Felix se sentaron juntos al otro lado. ―Bueno, empecemos la partida ―declaró Felix entrando ya en el Fortnite. Después de esa revelación no tocaron más el tema y apenas se dieron cuenta de cuando Chan abandonó el lugar para irse a encontrarse con su cliente.                  
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