PRIMER DIA DE INSTITUTO

1562 Words
NATHANIEL Bueno, el nuevo instituto no estaba mal, en verdad se parecía mucho a cualquier otro instituto, llegué con tiempo para buscar mi clase sin prisas, la puntualidad era para mí una de las cosas más importantes, que hacía que una persona fuera respetable. Encontré mi clase en el laberinto de pasillos. No me gustaba llamar la atención, sin embargo, era algo que parecía inevitable, me pasaba en todos los sitios que había estado, ser alto, rubio y tener los ojos grandes y claros no me ayudaba a pasar desapercibido en ningún sitio, yo procuraba esconderme poniéndome capucha, bajando la mirada y caminando un poco encogido pero no parecía funcionar nunca. No sé por qué seguía intentando desaparecer en los pasillos, siempre me daba la impresión de causar el efecto contrario al deseado, podía sentir como las miradas se clavaban en mí, cuando pasaba.  Esperé a que todos tomaran asiento en el fondo de la clase, y cuando el profesor entró por la puerta me acerqué a él y me presenté con educación, me indicó cual sería mí asiento y me dirigí a él. Por suerte estaba en primera fila, justo mi lugar favorito, junto a mí se sentaba una chica que parecía no saber dónde meterse, también estaba acostumbrado a ese tipo de reacción en las chicas, se ve que no le caía bien a ninguna, en fin, yo dediqué mi tiempo a lo que tenía que dedicarlo durante las horas que siguieron, en el recreo fui a la biblioteca a hacer los deberes y repasar lo aprendido en clase, la biblioteca estaba muy bien, y vacía, justo como a mí me gustaba. De vuelta a casa encontré que mi padre ya estaba en casa y había estado sacando los muebles de la casa para meter los nuestros. Comí deprisa y subí a organizar mi cuarto. Era muy pequeño e instalar todas mis cosas allí iba a ser complicado, pero después de unas horas de trabajo conseguí colocarlo todo. Habían sacado el sofá-cama y el mueble bar como era de esperar y habían metido mi dormitorio barco, mi cama estaba en alto y bajo ella estaba el escritorio, la cómoda y algunas estanterías, también tenía más estanterías repartidas por toda la habitación. Me gustaba el orden y poder encontrar lo que buscaba rápidamente. Coloqué el microscopio y sus accesorios en una estantería con puertas de cristal que tenía bajo el estante unos cajones, en los cajones metí los diarios y las pruebas de ensayo.  Ahora que todo estaba en su sitio,  podía empezar a trabajar. Saqué del cajón de la estantería uno de los diarios, el que me parecía más antiguo, y me senté al escritorio con él.  “Por fin el sujeto está listo, lo sacaremos del tubo de ensayo para comenzar con su desarrollo, no ha sido fácil, tres veces intentamos ya su evolución sin conseguirlo, apenas quedaban muestras para continuar la investigación”. Vale, la primera parte de aquel diario ya estaba resuelta, habla de un experimento ¡qué guay! , a ver en que sigue. “El sujeto parece evolucionar favorablemente, aparentemente es humanoide, su alimentación es lo que difiere del ser humano. Ha demostrado no poder digerir correctamente una alimentación basada en lactancia como cabría suponer en un sujeto de su edad, probamos con una nodriza obteniendo un resultado desastroso, el sujeto tomó su sangre en vez de su leche”. ¡Pero qué…!¿QUE CRIATURA HABÍAN CREADO?, ¿se había comido a una mujer?, espera , espera, seguro se refería a otra cosa, a lo mejor es otro tipo de animal, no, ahí pone que era humanoide, pero no dice que la nodriza fuese humana ¿O sí? “No quedan bancos de sangre donde adquirir alimentación para el sujeto y he probado a alimentarlo con sólidos ya, le di carne picada cruda y la comió sin hacer reproches. Tendré que esperar para ver si la digiere adecuadamente, a fin de cuentas Tártalo también se alimentaba de ovejas”. ¿Tártalo?, ¿quién era ese? ¿Ovejas crudas…? Porque le han dado carne cruda…, en fin .Quizás no estaba traduciendo esto del todo bien. Levanté la vista del montón de folios que tenía delante y me percaté de que la luz del día ya se había ido, miré el reloj y comprobé que eran las ocho de la tarde ya, mejor era recoger todo aquello y reanudar mañana la investigación, porque aquello no me estaba cuadrando demasiado, estaba deseando que instalaran Internet ya para poder averiguar cómo usar el microscopio y ver por mí mismo esas pruebas de ensayo, además estaba traduciendo el primer diario porque era sencillo de traducir, pero los otros tenían un código mucho más complejo . Bajé las escaleras y mi padre estaba ya preparando la cena, tal y como esperaba, mi hermana estaba en su cuarto, haciendo los deberes a última hora, muy típico en ella. Me detuve frente al espejo de la entrada y estudié sus runas nuevamente, no todos los dibujos parecían runas, algunos parecían símbolos de alguna escritura oriental. Saqué fotos con mi móvil a los distintos garabatos y se los envié a Elfo, Elfo era uno de mis colegas cibernéticos, yo no conocía su nombre real, igual que él no conocía el mío, a fin de cuentas eso era lo menos importante. Era un compañero muy, muy bueno descifrando enigmas, uno de los mejores aliados en mis juegos favoritos,  muy rápido y sabía dónde buscar la información adecuada.  -Elfo-escribí tras enviar las fotos –Estas son las runas del espejo, pero hay algo en ellas que no me encaja ¿Puedes decirme que es? -Ya las estaba viendo-respondió desde el otro lado de la línea-, lo que no me parece lógico es que son dibujos de procedencias muy distintas, tenemos dibujos de origen celta, de origen oriental y de origen egipcio, después están esas líneas entre los dibujos que parecen arañazos, pero si las miras muy de cerca y con lupa, verás que es un tipo de escritura ¿De dónde has sacado ese espejo? Como obra de arte es una birria, sin duda, pero es curioso. -¿Qué crees que significa todo eso?-le pregunté. -Bueno, veo varios pies de bruja, son esas estrellas de cinco puntas rodeadas de runas celtas, eso se solía usar para invocaciones demoniacas. Por otro lado veo algunos símbolos elementales de origen oriental y también de origen occidental ¿Para mantener un escudo?, y por último los símbolos egipcios, esos sí que no los conozco bien porque nunca los encontré en ningún juego hasta ahora, tendría que comprobarlos, pero en general tienes un demonio encerrado en el espejo, o eso pensó el que lo pintarrajeó, o un portal al inframundo tal vez. -Jejeje , bueno –respondí mientras miraba los garabatos mencionados –creo que no vas desencaminado, como siempre eres el primero en ver esas cosas, yo llevo aquí desde ayer comiéndome el coco y no se me había ocurrido todo eso. -¿Cuándo te ponen Internet? Se te echa de menos en los túneles-se refería a los túneles de la ciudad cibernética dónde cazábamos zombis todas las tardes . -Espero que pronto, ahora voy a cenar, ya sabes cómo es mi madre, que no quiere móvil en la mesa, así que te dejo hasta después y me cuentas cómo va la cacería. -¡Ok, ciao!. ¡Qué raro! , por un lado un científico y por otro un creyente de espíritus, bueno, antes, en la Edad Media, las dos cosas estaban entrelazadas. Me encaminé hacia la cocina y a medio paso observé a mi hermana bajar las escaleras, iba en su mundo como siempre pero al menos bajaba despacio para no caer, ya desde arriba miraba el espejo y no le quitaba ojo, cuando terminó de bajar se acercó a él y acarició sus bordes, a todo esto, no me había mirado ni una sola vez y de pronto aquello no me gustó, sentí ¿Miedo?, ¿por mi hermana? -¿Abi?, ¿estás bien?-Abi me miró distraída y asintió con la cabeza, acto seguido fue a la cocina. Aquella noche cenó en silencio y eso nos escamó a todos, no estábamos acostumbrados a que mi hermana callara más de diez minutos de seguido y aquella noche no abría la boca, mi madre preguntó varias veces si se encontraba bien y las primeras veces sólo asintió con la cabeza, ante la insistencia de mi madre por preguntar terminó diciendo que estaba cansada, que la noche anterior no había conseguido dormir, así que mi madre se dio por satisfecha con esa explicación, pero yo no. Después de lo que me acababa de decir Elfo no podía estar tranquilo, normalmente no habría creído en historias de esas pero… no sabía explicar por qué sentía temor por el alma de mi hermana, decidí no dejar que se acercase al espejo. Con esa idea me fui a la cama, no para dormir, sino para cotillear sobre cómo iba la cacería de zombis, la invasión de países y el descifrado de códigos de mi mundo virtual. Había dejado a los compis a cargo de mis cuentas mientras me instalaban Internet, por suerte todo parecía ir bien y ahí estuve unas horas hasta que todos nos fuimos a la cama.
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