SEBASTIAN Suelto un bostezo y me levanto lentamente dirigiéndome a la cuna que se encuentra al lado de mi cama. Eran las dos de la madrugada cuando escuché algunos gritos por parte de mi princesa. -¿Ya te despertaste, bebé?- Le pregunto a mi pequeña con una sonrisa, entonces su llanto para y un tierno puchero se forma en sus labios-. Seguro tienes hambre. La tomo con delicadeza en mis brazos y bajo las escaleras mientras voy meciéndola hasta llegar a la cocina. Con una mano preparo el biberón, lo que me resulta muy difícil, y con la otra cargo a mi pequeña. Luego de una semana en observación, Armonía finamente pudo venir conmigo a casa; Olivia aún está en el hospital, pero... ha pasado un mes en coma y los doctores, al igual que yo, han perdido la esperanza. No quiero que la desconecten

