5- Alex y Nolan, mejores amigos

3269 Words
ALEXA Son las 8 pm y la noche está cayendo sobre Bahía Azul. No estoy trabajando y tengo toda la tarde por delante. Mañana es lunes, uno de mis días libres, y por ahora. Flor aún no me ha pedido que cuide a sus hijos ni que le compre la comida. iría al estudio, pero no tienen clases los lunes, así que me siento particularmente libre mientras bebo una cerveza helada que Nolan me puso en la mano en cuanto me estacione en su complejo de apartamentos. Además de libre, me siento particularmente confundida. La sencilla camiseta negra de Nolan es de la tela de la que están hechas las películas porno mientras apoya las manos en el chasis de mi coche e inspecciona el motor. Se seca la frente con el antebrazo mientras continua la conversación silenciosa con mi coche. Estoy sentada en la acera observándolo como una fan enloquecida o la aprendiz más patética. –¿Todo se ve bien? – le pregunto. Gruñe en respuesta, supongo que por protocolo de mecánico y juguetea con cosas cuyos nombres desconozco. Dejo mi cerveza y me recuesto en la acera. Todavía llevo el atuendo completo de El lago, que incluye pantalones negros con pedales y un polo azul suave de manga corta. –Creo que voy a cambiarme– digo. Asiente con la cabeza, pero no me mira. Es un poco excitante que Nolan me ignore mientras realiza esta tarea hipermasculina. Porque si, me atraen perdidamente los tipos sudorosos y gruñones. No digo que me siento tremendamente atraída por Nolan, por supuesto. Solo de forma distante. Es más bien un concepto; algo así como la teoría de los científicos sobre la materia oscura. También teorice sobre sentirme perdidamente atraída por mi mejor amigo. Estoy reflexionando sobre esto mientras subo a su apartamento. Tengo una llave desde hace un año. Andy se enteró y pensó que era super raro, y casi peleamos por ello, hasta que le recordé que necesitaba la llave para regar las plantas de Nolan cuando se fue de vacaciones hace un año y nunca la devolví. Durante los dos años que Andy y yo estuvimos juntos, mi amistad con Nolan nunca fue un problema. Es tan evidente lo platónicos que somos Nolan y yo que no creo que la idea de que algo así pasara entre nosotros se le haya pasado por la cabeza a Andy. Y no debería haber pasado. Porque soy una novia leal, y, además, quedo más o menos en última en la lista de chicas con las que le gustaría follar de Nolan. El agradable aroma del departamento de Nolan me invade al entrar. Respiro hondo: es cuero, almizcle y algo terroso, una combinación de su gel de ducha y feromonas masculinas y puras. Dejo mi bolso en su sofá y me quito los zapatos, seguidos de la camisa. Tengo el cinturón desabrochando y los pantalones medio quitados cuando se me ocurre sacar mi ropa normal. Excepto que no puedo contratarla. Mis pantalones se deslizan hasta mis tobillos y estoy hundida hasta los codos en mi mochila cuando se abre la puerta principal. Nolan entra, con las cejas alzadas. –Uhh, ¿perdón? – –No, no, está bien– busco a tientas mi ropa y finalmente recupero mi camiseta negra sin mangas. Nolan me ha visto en traje de baño antes, así que no es que esto sea escandaloso ni nada por el estilo. Aún así, juro que puedo sentir su mirada ardiente sobre mi mientras camina hacia su habitación. –No me había dado cuenta de que usabas tangas– dice Nolan, con la voz apagada desde el interior de su habitación. Mis ojos se abren de par en par. Mierda. Hoy sí que use tanga. Es un poco más revelador que mi traje de baño. Aún así, no debería sentirme avergonzada, aunque si lo estoy. –Si, bueno, ya casi es día de lavar la ropa. Me estoy quedando sin opciones– Fuerzo una risa. No estoy segura de por qué esto se siente como un fracaso personal, pero lo es. Sus botas resuenan contra el suelo cuando regresa a la sala. Todavía no tengo pantalones puestos y mi corazón late tan fuerte que apenas puedo mover las manos. ¿Por qué actuó así? deja de caminar, el repentino silencio entre nosotros me absorbe por completo. Mis mejillas arden mientras su atención me recorre de nuevo. –Olvidé esta llave inglesa. Voy a bajar– dice, y camina pesadamente hacia la puerta principal. –De acuerdo, genial, nos vemos allí abajo– digo, con voz innecesariamente brillante y hueca. Una vez que la puerta se cierra tras él, entierro la cara entre las manos. ¿Qué me pasa últimamente? Culparía esto al atuendo sexy de Nolan en la boda de River, pero esa no es toda la verdad. Honestamente, he estado pensando en Nolan así durante unos meses. Mas tiempo del que Andy y yo llevamos separados. Pensamientos fugases. Destellos de luz de luciérnaga en el fondo de mi mente. Pero una cosa es segura: no puedo seguir esta línea de pensamiento. Respiro hondo y vuelvo al presente, donde las verdades son sólidas e inflexibles: Nolan es mi mejor amigo, y es atractivo, y eso es todo. Nunca arriesgaría nuestra amistad de toda la vida simplemente porque me dió un pequeño caso de lujuria caprichosa y empecé a pensar que Nolan esta de alguna manera en mi radar. Me pongo los pantalones cortos y me calzo mis zapatillas bajas negras Chuck Taylor. Cuando vuelvo a salir, Nolan está enterrado bajo el capo del coche trasteando con algo. Tarareo para mi misma. Me doy la vuelta y vuelvo a mi cerveza abandonada, bebiéndome el resto de un trago. –Bien, entonces, ya lo arreglaste todo y esta perfecto, ¿verdad? – pregunto después de haber repetido la incomodidad en su apartamento cincuenta veces en mi cabeza. Hace una mueca, entrecerrando los ojos al ver algo en el lateral del motor a la luz menguante del día. Mechones de su cabello oscuro le cruzan la frente, y luego apoya las manos en los laterales de mi coche, con las venas abultadas en los antebrazos. –Creo que sé que pasa– dice frotándose el hombro contra la boca. –Pero no puedo terminarlo hoy. Me estoy quedando sin luz– El tono serio en su voz es una extraña emoción. –Pero no es fatal, ¿verdad? – Finalmente se gira para mirarme, con un hoyuelo en la mejilla. La sonrisa que me dedica es del tipo que podría poner nerviosa a Ariana Grande. –No es fatal. De hecho, ni siquiera es caro– –Oh, ¿me estás cobrando? – –Mil por hora– Se levanta y busca la capucha, dejando al descubierto una tentadora y cremosa franja de sus abdominales. Baja la capucha y recoge sus herramientas dispersas, señalando con la barbilla el edificio de apartamentos que está detrás de mí. –Bien, vamos a resolver el resto de nuestras cosas ahora– Me pongo de pie de un salto y volvemos a su apartamento del segundo piso. Una vez dentro de los acogedores cofines de su piso de soltero, me dirijo a mi lugar favorito, que es el sillón mullido frente a un sofá de dos plazas mullido. Siento que cualquier extraño desliz que tuvimos aquí antes ya se ha olvidado. Las cosas se sienten normales de nuevo. Que Nolan viera mi tanga no cambio nada. Uf. Me acurruco en mi lugar, con la piel de gallina en mis muslos. ¿Tienes frío, Alex? – la suave voz áspera de Nolan me anima por completo. Se dirige al refrigerador, y ni siquiera me di cuenta de que me había notado. –¿Por qué lo preguntas? – –Estas temblando como un gatito recién nacido– –Si, tengo un poco de frío– –Espera– Abandona lo que sea que está haciendo en el refrigerador y se dirige al dormitorio. Regresa un momento después con una camiseta de manga larga negra. Sonríe mientras la deja caer sobre mi regazo. –Gracias por cumplir con mis requisitos de vestuario– digo con una sonrisa cursi. –Se que no debo darte algo rosa– –¿Tienes algo rosa? – –No. Pero cuando digo “rosa” me refiero a cualquier cosa que no sea negra– –Buen chico– le digo antes de sacarme la camiseta por la cabeza. Nolan se burla de mi por no tener nada más vibrante que el gris, pero simplemente no le veo el sentido a sumergirme en una paleta de colores cuando la ropa negra proporciona todo lo que mi alma necesita. Me acurruco en la comodidad, que se ve mejorada por el hecho de que huele a Nolan. –De acuerdo. ¿Qué sigue en la agenda? – –Me estás ayudando– se acerca al sofá de dos plazas y deja dos cervezas en la mesa de café entre nosotros. –¿De verdad quieres participar en la competencia ? – Se encoge de hombros. –Lo he investigado un poco mas esta mañana. Creo que podríamos lograrlo– Ahí está esa palabra de nuevo: podríamos. Nunca tuve la intención de dedicarle cada gramo de mi tiempo libre cuando lo animé a participar, pero ayudar a mi mejor amigo vale la pena. –Se que podrías lograrlo– –No soy solo– aclara. –Te necesito conmigo– Frunzo los labios. –De verdad no…– –Ese es el trato. Si lo haces conmigo, voy a por ello. Si no…– Descarto con un gesto las palabras que quedan sin pronunciar. –Lo sé, lo sé. Lo recuerdo– –Excepto que ya lo olvidaste una vez– –Fue un olvido temporal. Ahora lo recuerdo permanentemente– La sonrisa de Nolan es de oreja a oreja. –De acuerdo. ¿Cómo nos llamamos? – parpadeo unas cien veces. Mi cerebro es un tapiz expansivo de nada, a pesar de lo mucho que me cuesta pensar en un nombre ingenioso para un camión de comida. –Uhh– –Alex y Noly– dice. –El nombre menos creativo de todos los tiempos– digo, –Además, eso significa que tendremos que trabajar juntos para siempre– –Es solo para la competencia– –No, esto es lo real– le recuerdo, señalando con el cuello de mi cerveza. –La competencia solo lo está impulsando. Estás empezando tu negocio de camión de comida aquí; el reality show es justo lo que lo hará funcionar más rápido– –Créeme, no puedo dejar mi trabajo por algo así– –Nunca se sabe. Podría terminar funcionando– Simplemente niega con la cabeza y agarra un cuaderno, haciendo clic en la punta de un bolígrafo. –Volveremos al nombre. Ya tengo un menú preparado– –Eso fue rápido– –Ha estado rondando en mi cabeza durante un año o dos– Empieza a garabatear, lo cual es una prueba más de que necesita seguir este camino. –Aunque esta es la primera vez que lo escribo– Mientras escribe, me doy cuenta de que realmente necesitamos la guía de la aplicación en sí. –Oye, ¿Dónde está tu portátil? – –En el dormitorio– dice, frunciendo el ceño al mirar el cuaderno. Paso junto al sofá y me dirijo a su dormitorio, enciendo la luz. Sus sábanas están arrugadas, las sábanas gris oscuro parecen extra suaves por alguna razón. ¿Qué se sentirá estar abrigada con el aquí? Me detengo en medio de la habitación, olvidando para que vine. A pesar de ser mi mejor amigo, nunca hemos compartido una cama, ni siquiera en una noche de borrachera accidental. Normalmente vengo a su casa y no al revés, y si me quedo aquí, siempre opto por el sofá. ¿Cuántas otras mujeres han visto esta cama o manchado estas sábanas? El pensamiento es aleccionador, actuando como un impulso para mis piernas de nuevo. Agarro su computadora portátil de un pequeño escritorio metido junto a su tocador. Tessa fue probablemente la más reciente en honrar su apartamento. No quiero ni imaginar las cosas que probablemente hicieron en esta habitación. Entre estas sábanas. Su cabello extendido contra el gris oscuro de su funda de almohada. No voy a pensar más en eso. No estoy segura de por qué se me está ocurriendo en primer lugar. De vuelta en la sala, abro su computadora en mi regazo y me recibe la pantalla de contraseña. –¿Tu contraseña sigue siendo amolastetasgrandes? – suena como si estuviera bromeando, pero no lo hago. Sonríe con suficiencia. –Si– Otra razón más por la que él y yo estamos mejor como amigos. Nunca estaría satisfecho con mis débiles copas B. Abro un navegador web y busco la aplicación del concurso. Anota algunas cosas más en su cuaderno y luego me mira. –No te metas en mi porno, ¿de acuerdo? – –Créeme, no quiero ver que te acelera el pulso– Busco el sitio web oficial del concurso y hago clic en las pantallas de información hasta que encuentro la página de inscripción oficial. –Nada raro– responde Nolan. –Solo la mierda erótica común y corriente que disfruta el hombre estadounidense promedio de sangre caliente– –Y se lo repugnante que son la mayoría de los hombres, así que preferiría no ver evidencia de que eres como el resto de ellos– Resopla. –No tenía idea de que tuvieras tan buena opinión de mi– –Solo en ocasiones– Sonríe mientras garabatea hacia el final del cuaderno. El silencio se instala entre nosotros mientras nos perdemos en nuestras propias tareas. Tengo la lista completa de requisitos de entrada, que nos envíe por correo electrónico a ambos. la imprimiré más tarde. Finalmente, Nolan rompe el silencio. –¿Así que Andy también era bastante repugnante? – La pregunta hace que algo helado me cubra el estómago. –Andy era asquerosamente normal– Los hombros de Nolan se sacuden con una risa silenciosa. –Eso sí que es una asquerosa noticia. Pensé que era un buen tipo– Le contaba a Nolan todo sobre las cinco ocasiones que Andy me hizo sexo oral y lo hizo a medias, o el sexo aburrido que se convirtió en nuestra norma complaciente. O como siempre insinuaba que teníamos que empezar a tener hijos antes de que yo fuera demasiado vieja. La forma en que me advertía que no me pusiera demasiado delgada o en forma, o de lo contrario parecería una preadolescente. Y luego, la gota que colmó el vaso, la burla que me dedica cuando descubrió mis pagos mensuales de membresía al gimnasio de sedas aéreas. La forma en que me había criticado por ser irresponsable, idealista y tonta con el dinero. Que podríamos haber estado a medio camino del pago inicial de nuestra futura casa si no hubiera gastado todo ese dinero. Pero no hablamos de esas cosas. Y honestamente, las palabras de Andy bien podrían ser de Flor o de mi mamá, de cualquier otra persona importante en mi vida. Es por eso que me niego compartir, mi pasión por la sedas aéreas o el hecho de que mi instructora presentó mi solicitud para el puesto de suplente, con nadie. Quiero que ganemos el concurso y usemos mi parte del dinero estrictamente para impulsar mi carrera en sedas, como un gigante y palpitante JODETE a todos los que intentan controlar mi vida, mis sueños, mis pasiones. Encontrar el uso perfecto de las ganancias para que solo se usen de forma creativa. –Es un buen tipo– respiro hondo, mientras reviso a lista de requisitos. –Simplemente no es adecuado para mi– Nolan vuelve a guardar silencio mientras termina su menú. Luego lo arranca del cuaderno y me lo pasa. –¿Qué te parece? – NOMBRE: por determinar. Definitivamente no es Alex y Noly. WRAP DE ATUN AHÍ: filete de atún ahí sellado a la sartén con semilla de sésamo, ajo, jengibre, cayena, enrollado en una tortilla de trigo integral con aguacate y ensalada de wasabi. REVUELTO DE CHORIZO PICANTE: chorizo español desmenuzado, huevos revueltos, queso de cabra, siracha, servido con tortillas de maíz. DESPEGUE DE BISONTE: hamburguesas de bisonte, cubiertas con cebollas caramelizadas y queso cheddar blanco. LA PROPINA DE LA VACA: hay tanta carne en esta hamburguesa que ¡una vaca te dará propina! Sonrió cuando leo su menú de prueba. –¡Esto es increíble! Pero olvidaste agregar los ravioles– Me mira fijamente. No hay nada que Nolan odie más en el mundo culinario que los ravioles. Una especie de aversión infantil que lo siguió hasta la edad adulta sin ninguna buena razón, así que, por supuesto, tengo que burlarme de el por eso. se frota la nuca. –Probablemente lo cambie todo– –No, creo que esto está realmente a la altura de la competencia. Es ¡Desafío de camiones del oeste! ¿Cómo no jugar a dar propinas a las vacas? – –Aunque nunca hemos estado en una– –Puede que tengamos que hacerlo antes de que empiece el espectáculo, solo para reforzar nuestra reputación callejera– Nolan se reclina en el sofá de dos plazas y asiente. –¿Reforzar? Más bien alimentar– Resopla ante su mal chiste. –Lo llamaremos una actividad para levantar la moral– –Bien. ¡Vamos, equipo! ¡Den propinas a las vacas! Y todo eso– Chasqueo la lengua mientras reviso las reglas oficiales del concurso. –Oh, Nolan. Aquí dice que todos los hoteles serán pagados por el show, pero que se extiende solo a los participantes oficiales. A cualquier otro visitante se le negará la entrada y se le prohibirá utilizar las adaptaciones patrocinadas por el programa– Frunce el ceño. –¿Y? – –Eso significa que no podrás tener encuentros casuales programados, si te eligen para competir– Parece imperturbable. –¿Te refieres a si nos eligen? – –Bien. Así que eso sería– me desplazo de nuevo hasta la parte superior de la página. –Cinco semanas de celibato. ¿Crees que puedes soportarlo? – Entrecierra los ojos. –Pensé que habías dicho que tenías una buena opinión de mi– –Si. Solo que no, como cuando se trata de acostarse– Levanta una ceja. –No soy un maldito maniaco, ¿sabes? Sobreviviré– –De acuerdo. Solo quería asegurarme de que tienes claras las reglas– Es divertido burlarse de el en general, pero es aún mejor cuando se enfada de verdad, como ahora mismo. –Tessa no puede venir, por mucho que intentes colarla– Pone los ojos en blanco. –Tessa no vendrá, no te preocupes– –¿Oh, ¿no? Es tan divertido escucharla reír. ¿Qué le pasa? – Hace una pausa por un momento, con algo pesado y eléctrico en sus ojos azul hielo. –Asquerosamente normal– En ese momento, ambos nos partimos de risa. En momentos como estos, juro por Dios que estamos hechos el uno para el otro. Como si pudiera leer lo más profundo de su corazón y alma con solo pequeñas miradas que compartimos. Se siente tan evidente, tan real, tan obvio. Pero creo que soy la única que lo siente. Y aunque lo haga. Estaría demasiado asustada para arruinar lo que tenemos. Alex y Nolan necesitan seguir siendo mejores amigos, y eso es todo.
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