21. El contrato

1823 Words

Haarón agachó la cabeza y se miró las manos; en esta ocasión, nadie los había importunado y ella había mostrado la dura postura de hacer un contrato, para poner límites entre los dos. Levantó el rostro y asintió con la cabeza; ya no había nada que pudiera hacer, todo había claro entre ellos y, nunca más, le podría volver a tocar, una sola hebra del sedoso cabello rubio. —Está bien —dijo Haarón, con voz ronca. Entendía cuando era rechazado de manera contundente, sin posibilidad de intentar acercarse más a ella—. Hagamos ese acuerdo de voluntades. El corazón de Honey, no quería hacerlo, pero su cerebro, le ordenaba realizarlo; era lo prudente para una pareja, que no se amaba, y, en donde, se habían casado de manera apresurada. Pero, le permitiría una luz de esperanza a Haarón, porque, ta

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