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1281 Words
 - ¿Seguro que no arriesgas nada? Lily puso su teléfono en el borde del fregadero para poner sus últimos alfileres en su moño trenzado. - No, al menos no lo creo. - Mira, no estoy seguro de tener .. - ¿Sandrine? Ella interrumpió, apoyando las manos en el borde del fregadero. Ya es demasiado tarde, y me gustaría señalarles que fuiste tú quien sugirió que fuera en busca de un buen artículo para tener la posibilidad de abrir mi blog, ¿recuerdas? Sandrine suspira por el altavoz. - Sí, pero estás en Rusia y solo .. Lily reprimió un tirón cuando la tubería comenzó a aflojarse de nuevo. - Fue Sandrine hace seis años. Ella respondió con un suspiro, una mano en su corazón. He crecido desde entonces, y entonces dejemos de hacer clichés. Hay tanta delincuencia en Estados Unidos como aquí.26 - Sí, pero de todos modos, no me tranquiliza. Sandrine replicó, cuya voz reflejaba una sucesión de remordimientos. - Sandrine por favor, estoy bien, no estoy arriesgando nada. Lily dijo tomando el teléfono en su mano. No estoy en un viaje escolar, ya no tengo dieciséis años y tengo una bomba de autodefensa en mi bolso.66 - ¿Qué pasa si no puede conseguir una entrevista? Dime que vas a volver Lily respiró hondo mientras se miraba en el espejo. Esta pregunta, se había hecho cientos de veces sin haber podido encontrar una respuesta. - Creo que sí... Sandrine susurró algo inaudible antes de responder: - Si alguna vez hay el más mínimo problema, sobre todo llámame, ¡Dios mío! Lily dime, ¿me llamarás mañana?3 Su corazón se apretó dolorosamente. Sandrine fue una mujer y una madre ejemplares. Todavía recordaba su reunión en la asociación de la que era presidenta. Ella lo había ayudado a enfrentar sus miedos, nunca los había dejado ir durante los últimos tres años. - Te llamaré, te lo prometo. Asegura un susurro. Y gracias por ayudarme a encontrar un estudio. - Lo lamento ahora. Confesó esto último. Lily sonrió y puso los ojos en blanco. - Tengo que dejarte ahora, mañana te llamo ¿vale? - Está bien, nos vemos mañana mi pequeña Lily, te beso. Cuando se cortó la comunicación, Lily se enfrentó a su reflejo por segunda vez. Se tocó la mejilla y supo que hoy más que otro día, ya no se parecía a la joven de otros tiempos. Su teléfono se encendió, indicándole que la fiesta de disfraces que tuvo lugar en el club nocturno del hombre que lo perseguía había comenzado oficialmente. Lily cerró la página de Twitter y tomó su diadema para pasarla suavemente por su peinado. Se quitó el velo n***o de rejilla, que se suponía que debía cubrirle los ojos ligeramente, respiró hondo y salió corriendo del baño, temiendo que pudiera retroceder. Un cuarto de hora después, el taxi la dejó frente al lujoso club nocturno del vecindario, ya lleno. Todos compitieron con elegancia, hermosos autos estacionados uno tras otro frente a la alfombra roja para salir. Lily hizo una mueca al ver pasar a su pobre taxi. Es con una valentía insospechada que tomó prestada la alfombra roja a su vez y fue registrada por un guardia en la entrada. - Medida de seguridad sencilla. Ella había dicho cuando encontró su bomba de autodefensa. Cuando entró en el pasillo, la música ya resonaba en las paredes. Entonces vino a su mente una pregunta cuando descubrió la garganta seca, el lujoso interior. ¿Cómo pudo este hombre pasar de mafioso a multimillonario reconocido en todo el mundo?44 Levantó la cabeza hacia el artesonado de al menos ocho metros de altura y se detuvo en seco en su contemplación del lugar cuando una mujer enmascarada le ofreció una copa de champán. Ella estiró su brazo sonriendo para mostrarle las dos puertas rojas de donde venía la música. Fue con una sonrisa forzada que caminó hacia las puertas y bebió su copa de champán de una vez, antes de colocarla en un pequeño estante justo en la entrada. Una vez en la discoteca, se sorprendió al descubrir que era grande, de más de cuatro pisos, mucho más grande que en las fotos. Al ver a todos sus hombres enmascarados, Lily comprendió con desesperación que llegar a Vladimir Yankovsky sería mucho más difícil de lo que pensaba. - Americana ? Lily volvió la cabeza hacia la camarera detrás de la barra y asintió con perplejidad. La última vez que le preguntaron eso, terminó en un todoterreno en la oscuridad. - Que quiere beber ? Preguntó ella sonriendo. Se acercó a la barra y se sentó en el taburete. - Algo que me pueda ayudar a enfrentarme a un hombre. La camarera le guiñó un ojo y le sirvió un vodka. Nerviosa, hizo girar el vaso en el mostrador antes de lanzar: - ¿Conocía al Sr. Yankovsky? La miró como si estuviera loca. - Claro ! ¡Es el dueño! Ella puso la compostura y se pasó la mano por el moño. - ¿Sabes dónde puedo encontrarlo? Esta vez fue el turno de la camarera de desconcertarse. - ¿Quién lo pide? Preguntó, descorchando una botella de vino. - por. - Y por qué ? - Me gustaría entrevistarlo, estoy abriendo un blog y me gustaría tener una entrevista casi .. imposible para .. - Desafortunadamente, me temo que el Sr. Yankovsky no está disponible esta noche y ciertamente no para una entrevista. Ella cortó, cambiando drásticamente su tono. - ¿Es él quien dice esto o eres tú? Con desdén, inclinó la cabeza hacia un lado y forzó una sonrisa.1 - Ese es él, muy pocos periodistas han logrado sacar siquiera una parte de un artículo sobre él. Yankovsky no es del tipo que confía su vida a los periodistas. - Pero no soy periodista. Replicó Lily. - Razón de más para no responderte. Preguntó ella con frialdad. ¿No crees que aceptará de todos modos? Créame señorita, es hora de que salga de aquí. ¿Tiene al menos una tarjeta de invitación?24 Lily no parpadeó, se puso el velo de rejilla para ocultar su mirada lo mejor posible, se tragó el vaso rápidamente y le dio un breve asentimiento, fingiendo irse. Pero cuando la camarera apartó la mirada de un hombre, Lily caminó entre los invitados y subió los escalones, deslizándose entre la multitud reunida cerca de las escaleras. Subió las escaleras hasta que se encontró en un pasillo oscuro, iluminado por neón rojo. Un guardia no la vio, estaba demasiado ocupado coqueteando con una mujer. Golpe de suerte, pura casualidad? Lily aprovecha su única oportunidad de posiblemente tener acceso a la oficina privada del propietario. Cuando entró por la puerta prohibida, Lily sintió que se le encogía el estómago. Se llevó una mano al cuello, mirando el escritorio n***o al fondo de la habitación dorada. La música sonaba lejana, rebotaba por la puerta. Su respiración comenzó a temblar cuando decidió dar un paso hacia las profundidades de la oscura oficina. Contra las paredes, la sombra del sillón de cuero se multiplicó, allí no había nadie. ¿Podría ser que la camarera estaba diciendo la verdad? Lily estuvo tentada a levantarse el velo, pero reprimió su gesto. Rodeó el estudio y se acercó al enorme armario n***o. Se quedó sin aliento, su corazón dejó de latir por un momento cuando descubrió un arma apoyada en un pedestal. Vieja, ligeramente dañada, esta arma todavía tenía el poder de hacerte temblar. Lily lo tomó imprudentemente y apoyó los dedos en las insignias. Frunció el labio y lo bajó para distinguir los grabados de la cruz. - Sigue así y te dispararás entre las piernas ..  
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