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1180 Words
Lily saltó e inmediatamente volvió a poner el arma en su base con una mano temblorosa. La voz que acababa de alzarse en la habitación era aún más madura que en sus recuerdos, más ronca, cuyo acento no había cambiado. En lo más profundo de su ser, Lily habría dado cualquier cosa por estar en otra parte. No era así como quería conocerlo y, desde luego, no luciendo como un ladrón. Su corazón resonaba tan fuerte en sus sienes que ya ni siquiera podía escuchar la música. Sin duda era él, solo que ella no pudo encontrar la fuerza para darse la vuelta y enfrentarlo. Ni él ni sus ojos verdes. - Vamos ? Mírame ! Lily se dio la vuelta a cámara lenta y discretamente metió la mano en su bolso. Debió haber enfrentado una escena aún más aterradora de lo que recordaba. Las sombras proyectadas por las luces del techo lo hacían más imponente de lo que había imaginado, su sangre se congeló cuando solo vio sus zapatos de cuero y el comienzo de los pantalones. - ¿Cómo entraste? Las imágenes la asaltaron entonces, cuando él le había hablado con esa misma lentitud aterradora. Estaba dificultando el momento permaneciendo oculto en las sombras, quizás divirtiéndose a propósito para asustarlo. ¿Debería decirle que ya lo estaba y que lo ha estado durante seis años? - El guardia no estaba mirando, mi curiosidad me impulsó a entrar. Dijo finalmente, controlando el temblor de su voz. Como él no respondió, Lily abrazó su bomba de autodefensa mientras trataba de distinguir su figura desde ese rincón oscuro. - ¿Ey tú? No te escuché entrar. - Eso es porque ya estaba .. adentro cuando entraste. Dijo con un toque de ironía en su voz. Ella reprimió un hipo. Qué ? - ¿Qué .. pero .. cómo? ¿Te encuentras a menudo en la oscuridad? Él se rio .. tan suavemente que ella solo notó algunas migajas. - Solo cuando entras a mi oficina de manera desigual. Finalmente, dividida entre el miedo y la impaciencia, Lily lo vio emerger lentamente entre las sombras, con las manos en los bolsillos. Trató de reprimir el estremecimiento que se deslizó por sus venas mientras él se destacaba en las sombras, más orgulloso y más fuerte que nunca. Ella escuchó un gemido, luego él la empujó para presionarse contra el gabinete cuando dio un paso adelante para bloquearla. Prisionera, Lily se dio cuenta de la importancia del peligro sólo cuando lo vio totalmente a la luz. Tenía veintiséis años cuando fue secuestrado. Hoy tenía que enfrentarse a un hombre formidable, con un traje oscuro cuyos anchos y musculosos hombros pedían alivio. Sus ojos estaban más verdes que nunca, sus espesas cejas impedían su mirada. - No quería… susurró Lily, viéndolo acercarse peligrosamente. La miró sin miedo, inmóvil como una estatua de hielo. Recordó todo, los pocos recuerdos que había olvidado reaparecieron de repente. - ¿No querías pero lo hiciste de todos modos? ¿Puedo saber el motivo de tu venida? Lily tragó saliva cuando su voz gutural inmovilizó todos sus sentidos. - Acabo de abrir un blog, estudié periodismo y quería entrevistarte. Él arqueó una ceja, Lily decidió mirar hacia abajo a su sobria camisa para darse fuerzas para reanudar. - La camarera me dijo que te ibas a negar, quería asegurarme de que estaba diciendo la verdad o si era una forma de deshacerse de mí. - No doy entrevistas. - Y por qué ? No soy periodista. Dio una sonrisa que decía mucho sobre sus pensamientos. - Ciertamente no lo pareces, razón de más para no confiar en ti, pequeña .. Se echó hacia atrás, lanzando una mirada intensa y desvergonzada por sus piernas y luego hacia la parte superior del pecho. Lily pensó en irse, angustiada, pero una fuerza indomable la instó a quedarse. - Primero que nada, no soy una niña, replicó ella mientras él se iba para acomodarse en su silla. Y en segundo lugar, no veo por qué me rechaza esta entrevista cuando todo el mundo sabe perfectamente quién fue usted hace unos años. Estalló en una risa gutural antes de jadear, una señal de que estaba molesto. Lily se acercó y puso las manos en el respaldo de la silla. - ¿Y quién era yo, por favor? - Un asesino. Se enderezó y se inclinó hacia su escritorio, con las manos cruzadas, sin apartar la vista de ella. - ¿Y quién te dijo que todavía no soy uno? Él susurró. Lily apenas se contuvo de lanzar un grito… el mismo de hace seis años. - No lo sé, supongo .. - ¿Presumes? Cortó, hundiéndose en su asiento. Lily sintió un calor inundar su cuerpo mientras él inhalaba, haciendo que su pecho se hinchara. Sus ojos verdes brillaban divertidos. - Debería irse, señorita, no tomó la decisión correcta al venir aquí. Vladimir observó cómo la joven se descomponía muy bien. Aprovecha esta oportunidad para tomarse el tiempo de contemplarlo. Directamente sacada de un cuadro de Sandro Botticelli conocido por sus famosas obras de arte como el nacimiento de Venus, parecía dotada de una ligera imprudencia. ¡Dios, estaba deliciosa! Maldijo, mirando su boca carnosa, impresa de color rojo cereza que inocentemente gritaba que la besara. Tenía una figura frágil, piel de porcelana, manos delicadas y dedos tan delgados que él juró que podría romperse fácilmente. Adivinó fácilmente que sus muslos estaban afilados, su vestido n***o poco atractivo subrayaba su cuerpo perfecto, en cuanto a su pecho .. Vladimir colocó una mirada impenetrable allí para digerir mejor el poder que tenían. Lentamente levantó los ojos hacia los de ella, ocultos bajo un velo de malla. Las pestañas negras se extendían como alas de cuervo, casi tocaban el velo, y sus ojos sin duda debían ser negros, tan negros como su cabello. Una verdadera obra maestra prohibida. - Además, ¿Cómo te las arreglaste para entrar? Esta noche fue por invitación y no recuerdo haberte dado una tarjeta. Ella se encogió de hombros. - Tu guardia de seguridad no me pidió que lo mostrara, solo me dejó entrar. Vladimir se pasó el pulgar por los labios, pensando en descartarlo. Ella no se movió, sin una palabra, solo levantó su pequeña barbilla blanca para desafiarlo con la mirada. Solo que ella no pareció darse cuenta de que estaba sonrojada. Vladimir se puso de pie, agarró su máscara y decidió, con cansancio, que era hora de que dejara de torturarla solo para su propio placer. - Ve ahora, ve y disfruta del bar ya que estás ahí. Visiblemente decepcionada, agarró su bolso, miró hacia abajo mientras él abría la puerta para dejarla salir galantemente primero. En la puerta, miró hacia arriba. - Esperaba que me recordaras. Susurró con voz temblorosa. - Le pido perdón ? Se tocó el moño nerviosamente. - Sin duda he cambiado mucho yo .. Hizo una pausa, vacilante. - Soy Lily, la chica que trajiste a la Embajada de Estados Unidos, la chica a la que pediste que contara hasta veinte en mi cumpleaños.
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