La noche de los caídos - Mortal.

El resto de los originales anunciaban que llegarían al pueblo, y tenían que demostrar aún que Elize no era la cura para el vampirismo y tendrían que explicar porque habían puesto a dormir a una de las originales, y peor aún, a su madre. Sasha, Ezra y Enzo estaban pensando en voz alta para la decisión que podría salvarlos o hundirlos y acabar con el descubrimiento de Elize de una vez por todas. —No sé como me han arrastrado a todo este problema de todos modos, Elize ni siquiera debería estar aquí—espetó Ezra —.Ella deberías estar puesta en un lugar a salvo. Dijo dirigiéndole la mirada a su hermano Sasha. —Lo haré, pero no sabremos cuando vendrán—espetó Sasha en su defensa—Además, no es solo por ella que están aquí, no sabemos ni siquiera si los originales están en la búsqueda de la cura. —¿Porque acuden los originales a un pueblo? —inquirió Elize. —Generalmente cuando los vampiros allí se están saliendo de control, o porque se ha presentado, como estimamos, un caso extraordinario como el de la cura del vampirismo—explicó Sasha. —De todos modos, la primera opción no está descartada. Catherina como vampiro ha dejado un desastre en el pueblo—se dirigió Ezra mirando fijamente a Enzo. —Si ese fuera el problema, presentaremos a Catherina en sociedad, ante los originales. —¿Planeas usar a tu novia como chivo expiatorio? —instó molesta Elize. —Planeo presentar a mi novia, que es distinto. Además con su reacción podríamos saber que piensan los originales sobre las relaciones de vampiros con humanos y volverlos vampiros. —Eso no sucederá con Elize—se entrometió Ezra —.Yo no volveré a Elize vampiro, así que de todos modos no nos servirá esa información. —Como si pudiéramos volverla vampiro, de todos modos—espetó Enzo con gesto cansino. Elize solo lo mira de reojo. Sabía en el fondo que Enzo estaba con el corazón roto por sus hermanos y su preferencia hacía ella, después de todo. Y también tenía miedo sobre como reaccionaría Sasha si todo se desmoronase, ya que él había sido dejado por ella y él aún estaba enamorado. No sabía cuanto tiempo se requería para curar un corazón roto. Pero sabía en el fondo que Sasha la protegería de cualquier situación, así que en cambio, debía darle su tiempo. Aunque no sabía cuanto es eso para las personas que viven en la eternidad. —Podríamos experimentar, digo, Elize y yo podríamos experimentar cual es el factor que hace reaccionar a su sangre, quizás, si me vuelvo humano con ella, podríamos irnos de aquí —pensó en voz alta Sasha. —¿Volverte humano? ¿Estás loco? ¿Te volverías humano solo por una humana? —exclamó molesto Ezra. —No es cualquier humana cuando estás enamorado de ella —le respondió con ahínco Ezra. Él negó con la cabeza rápidamente. —Juro que no es eso, he entendido que ella no me quiere y ¿saben? si debo someterme a tomar de su sangre para demostrármelo, lo haría... —No podemos jugar con tu vida de esta forma, Sasha. Además, tu no quieres ser humano, si fallara, te volverías humano y no puedes serlo. —¿Es eso, Elize? ¿O es que tienes miedo de perder a Sasha? —No quiero perder a nadie, Ezra. No es correcto hacer estas cosas. —Elize tiene razón—se entrometió Enzo—.No pueden estar jugando con sus vidas en este momento solo para demostrar quien tiene los afectos de Elize. Mandaré una carta a los originales, ellos solo visitan de noche. Tendrán solo unas noches para desaparecer a tus padres Elize o a Ally. —¿Y que pasará con Mathyas y Theodora? —inquirió Elize. —¿Porque te importa ese imbécil? —se entrometió Ezra. —Son sus amigos también—explicó Sasha. —Efectivamente, pero no saben del mundo de los vampiros. ¿No? ¿No se los has contado, cierto? —preguntó reticente Enzo viendo fijamente a Elize. Ella le respondió negando con la cabeza. Y aunque le mentía, no podía hacer desaparecer a todo el pueblo con la llegada de los originales. No podía inmiscuir a más personas en el mundo en el que ella se había metido a propia voluntad. —Entonces no debe haber problema, iré a escribir la carta para los originales —explicó Enzo. Y como había predestinado Enzo, tres noches después, tres de los originales se habían hecho presentes. Uno de ellos era el amante de su madre, quien había sospechado desde un principio sobre su desaparición; Charles. El segundo era Viscencio, uno de los primeros originales nacidos en el mundo. Se decía a voces secretas que él no aparecía en los casos si no eran de extrema importancia, como claramente lo había hecho ver Charles, que había alertado sobre la desaparición de Teressa, la madre de Sasha y Ezra. A Viscencio no le interesaba mucho la vida de Teressa, por no decir que le importaba poco y nada. Pero sus afectos nunca eran sabidos, nunca explicaba el porqué de su accionar y al ser el vampiro más viejo, tampoco nadie lo ponía en duda. Se debería decir entonces que Florenzia, debía saber al ser la segunda vampira más vieja del mundo, el porqué, pero en realidad solo era la segunda que no habían asesinado cuando fue la caza de vampiros y la contigua búsqueda de las brujas de Salem. Para cuando Florenzia se integró al resto y supo que era una de las originales, no sabía cómo es que Viscencio se había vuelto vampiro. Sin embargo, la historia de Florenzia era más sencilla. Un vampiro se había obsesionado con ella a tal punto de que asesinó a toda su aldea para que ella tuviera conocimiento de quien mandaba. La violó y luego la convirtió en vampiro. Pero no tardó en vengarse de él en la caza de vampiros, éste era un vampiro que siempre dejaba rastros y aldeas enteras asesinadas y tenía una perdición; las jóvenes como Florenzia. Así que Florenzia hizo un pacto alguna vez con algunas brujas de Salem, para que todas mataran a ese vampiro que tanto daño le había hecho. Lo convirtieron en humano, y cuando lo hicieron, Florenzia tomó venganza en mano propia. Ella participó luego en rescate de muchas brujas para pagar el precio de aquel trato. Así que, Florenzia tampoco tenía motivos para compartir sobre porque era una de las originales. Todos solamente sabían que no era la más despiadada de los originales, pero que podía serlo. Charles y Teressa en cambio, se integraron con el tiempo. Teressa había sobrevivido a la caza de vampiros y a la caza de brujas de Salem, pero una vez sucedieron milenios, bajó la retaguardia e hizo fiestas con la reina Victoria y se la pasaba convirtiendo en vampiros a todos los jóvenes bellos, hasta que, una vez, dejó de querer tener amantes, y comenzó a querer ser igual que todas sus amigas de la historia, quería ser una Maria Antonieta, una reina Victoria, quería ser igual de importante en linaje que el resto de las féminas que conocía. Era ambiciosa, y quería ser recordada así que comenzó su propio ejército de vampiros, que dejó en cada parte del mundo, a su suerte, llevándose con ella solo unos pocos disciplinados y que sabía que darían su vida por ella, a esos, los llamó hijos. Con el tiempo conoció un caballero, ella ya no buscaba jóvenes amantes, aunque los seguía teniendo, pero no toleraba una compañía masculina que le pudiera hacer sombra. Allí fue cuando conoció a Charles, quien la conquistó demostrándole en los primeros encuentros que él quería ser un vampiro y que le serviría, pero que jamás la vería con ojos de madre, sino como reina. Allí fue cuando Teressa encontró lo que pensó que jamás había podido encontrar con el resto de su linaje vampírico, y era que le reconozcan pleitesía. Se la reconoció solamente Charles, pero ni siquiera ella sabía el pasado de éste. Charles, era uno de los terceros originales. O eso manifestaba. Había sido convertido cerca de Florenzia, lo que había sido probable que podría haber sido de su mismo linaje de vampiros. Pero él se escabulló solamente hasta la caza. Luego de la famosa caza, él siguió con el linaje vampírico. Entonces, era probable que muchos de los vampiros que rodeaban ahora mismo por el mundo eran fruto de sus desventuras. Incluso estando con Teressa, no le era fiel como le afirmaba, solía engañarla con jovencitas a las que hacía de amantes y luego devoraba. Charles había tenido importantes papeles en las guerras del mundo, pero los originales ignoraban lo que hacían los humanos, así que no importaba lo que hiciera Charles con ellos. Después de todo, los humanos no dejaban de demostrar una vez más, que podían ser igual de sanguinarios que ellos, y por ello, no podían ser eternos. El mundo estaba muy bien sin la eternidad de monstruos como los seres humanos. Y en el fondo, Viscencio y Florenzia pensaban lo mismo de Teressa y Charles, el mundo estaría mucho mejor con ellos durmiendo durante la eternidad. Pero Viscencio no lo pronunciaría y Florenzia era suficientemente astuta para ignorar la desaparición de Teressa, así que se dirigió al pueblo por mera curiosidad. Enzo por correspondencia les había dado una ubicación que correspondía a la que Teressa siempre visitaba cuando visitaba lugares tan soleados como éstos. Así que ellos esperaron allí, mientras que Charles explicaba sus teorías. —Teressa no desaparecería sin advertírmelo, Florenzia. Debemos dar advertencia sobre este hecho—explicaba Charles. —No podemos molestar a los cinco superiores solo porque nos trajiste a un pueblo con sospechas, además, este no es un lugar para vampiros—espetó Florenzia. —No lo es. Pero hay muchos aquí, no todos son hijos de Teressa—explicó él. —¿Eso significa que has visitado la zona anteriormente y no has informado al respecto? —Es lo que intento decirles, Teressa no desaparecería aquí y este pueblo no es lugar para vampiros, algo raro está sucediendo—espetó. —Es cierto que vivimos vampiros aquí —se entrometió llegando Enzo. —¿Y tú quien eres? —inquirió con agudeza Florenzia. —Soy uno de los hijos de Teressa, mi lady. —Si es eso cierto, ¿estás al tanto y confirmas lo que dice él? —No del todo. Es cierto que hay vampiros aquí, somos tres con mis hermanos y yo. Es cierto que nuestra madre nos ha visitado pero no sabemos nada de ella después de aquella visita, y ella suele desaparecerse por décadas. Conoce usted a mi madre... —Miente. Eso no explica porque hay víctimas de vampiros en un pueblo como éste—volvió a tomar la palabra Charles —.He visitado las morgues, los humanos tampoco se explican con exactitud que sucede. —Dime tu nombre, vampiro —ordenó Florenzia. —Soy Enzo, Enzo Woodgate—dijo presentándose. —Woodgate, eso quiere decir que tuviste padres y tuviste fortuna. ¿No es así? —El apellido es robado, mi lady, pero las tuve, pero es cosa del pasado. Mis padres vivieron vidas humanas hasta que nos convertimos en vampiros después de sus muertes. —¿Tú y quienes más? —Mis hermanos Sasha y Ezra—explicó. —¿Son hermanos realmente o Teressa los juntó? —inquirió con sospechas —.Después de todo, Teressa siempre llamó hijos a quienes convertía... —Nuestro caso es distinto. Los tres tenemos el mismo apellido—explicó Enzo. —¿El robado? —Le juro que realmente, no hay nada escabroso detrás de nuestra historia. Y aunque aquello era una mentira piadosa, y en realidad los únicos hermanos cercanos si se podría llamar hermandad a su unió eran Ezra y Sasha, sí era cierto que en cuestión de papeles, se habían hecho pasar por hermanos legales de una fortuna y un linaje victoriano con apellido Woodgate. Desde entonces, disfrutaban de la vida humana, las fiestas, el festín y la riqueza. —¿Es solamente esta la situación, Charles? —preguntó Florenzia con gesto cansino —.Si es así, el joven explicó todo. —Aún no termina de explicar porqué han habido disturbios de vampiros en un lugar como éste. —Es cierto que para ello no tengo explicación, y quizás no he sido lo suficientemente sincero al principio. Pero les aseguro, que vampiros recién iniciados no podrían vivir en una zona como ésta. —Es verdad, el clima de este pueblo es un asco—atinó a decir ella —¿Y sobre que no has sido sincero, jovencito? —Me he enamorado de una humana —admitió cabizbaja Enzo. —¡Lo sabía! ¡Sabía que si Teressa había venido hasta aquí debió ser por algo raro! —Pero la he convertido en vampiro—culminó él. —¿Y porque nos citas en una zona como ésta para contar un acto tan estúpido? —inquirió Florenzia. —Porque ella no había controlado su sed al principio y debo decir que causó un gran desorden, pero ya todo está solucionado—explicó Enzo. —Teressa no habría venido hasta aquí por motivos tan ínfimos —espetó Charles. —Quería presentar nuestra unión ante la sociedad—siguió diciendo Enzo. —Sigue sin ser un motivo razonable —dijo renuente Charles. —¿Teressa aceptó la unión sin problema? —siguió interrogando Florenzia con la mirada epítome. Enzo aceptó levemente con un movimiento de cabeza. —Podría ser una mentira. Teressa era muy celosa sobre sus súbditos, ¿porque vendría hasta aquí para conocer a la novia de uno de sus tantos hijos? —Porque Teressa, mi querido Charles, era una perversa. Por décadas ella ha pasado de querer amantes jóvenes, a hijos, y luego a súbditos. Jamás entenderemos la mente de un vampiro perverso ni sus motivos. Charles, tú tampoco tienes un buen historial —espetó Florenzia. —¿Acaso le crees? ¿Crees en el circo tonto que ha montado este muchacho con sus hermanos? —Creo en dos cosas Charles, que este no es un lugar donde puedan vivir vampiros y mucho menos si están sedientos y no tienen quien los guíe, y dos, que este joven y tú han sido embelesados por la misma mujer, con la diferencia es que este joven ha terminado con ello y tú estás simplemente celoso. —¿Porque estaría celoso de un hijo de Teressa? ¡Yo soy su amante! —Eso dices. Vamonos Vinscencio, no hay nada que hacer aquí. Charles si quieres quédate, le informaré a los superiores de tu situación y la de Teressa. —¿De mi situación? ¿Cual es mi situación, Florenzia? —Teressa por lo que sabemos está desaparecida y no está reportando lo que hace y tú estás involucrándote en el mundo humano y en pueblos donde los vampiros no tenemos jurisdicción ni interés alguno. Todo esto ha sido un despropósito. Tenga suerte con su unión, joven Enzo—dijo por último Florenzia. —Seguiré investigando en ese caso por mi propia cuenta—replicó Charles. —En ese caso también ordenaré al resto de los originales que investiguen tu linaje—sentenció Florenzia. —Sabes que el resto de los originales me sentenciarán si saben lo que he hecho—intentó explicar él. —Entonces deja estas tonterías y busca a Teressa, aquí sus hijos nos mantendrán al tanto. ¿No? —dijo dirigiéndose a Enzo con la mirada. Él hace un paso adelante asiente con la cabeza rápidamente. —Sí, eso haremos. Charles lo miró con picardia pero siguió a los originales. Después de todo, si investigaran a el linaje de Charles se darían cuenta que muchas personas se habían vuelto vampiros gracias a los hechos de Teressa y él, lo que quebrantaba las leyes de los vampiros que eran no inmiscuirse en el mundo de los humanos. Sabía que de ser así, los humanos buscarían matarlos y se iniciaría una nueva guerra, que serían perseguidos como aquellas veces, como las antiguas cazas de vampiros y de brujas, pero que éstas veces los humanos habían incrementado su tecnología y los vampiros solo tenían lo mismo con lo que podían pelear hace milenios atrás, sus garras, sus dientes y su sed de sangre, pero que jamás podrían igualar la guerra entre humanos. Los humanos eran crueles y despiadados, eran sanguinarios y atípicos, no eran como ellos. No eran monstruos, pero a su vez, algunos actuaban como si lo fueran. No podían igualar a los humanos, aunque los odiaban y los consideraban inútiles, sabían que debían vivir en secreto, fuera de su alcance, que eso los haría seguir vivos. Entonces los originales se marcharon y Enzo se dirigió a contarles a sus hermanos lo sucedido, lo que llevó a que Ezra entregue la noticia de primera mano días más tarde a Elize, cuando se aseguraron que los originales no volvieran a aparecer. —Al parecer no seguirán investigando este lugar—dijo Ezra alegre. —Eso es estupendo, significa que por fin dejaré de preocuparme por Enzo—espetó Elize. —No te preocupes, jamás dejaría que Enzo te utilice como lo hace con Catherina. —De todos modos, no podríamos evitarlo, ¿no? Digo, si te conviertes en vampiro... —Alguna vez iré a la universidad, los años para los humanos realmente son distintos, ¿lo sabes, no? —le aclaró a Sasha. —Elize, he sido humano. —Sí, pero digo, no lo has sido en este tiempo. Y yo debo tener una vida primero, y soy muy joven, no sé si puedo llevar una vida humana como la que tú llevabas en tus tiempos de humano, no sé si me entiendes... —Parece como si no quisieras que me convirtiera en humano—espetó él. —No, no es eso. Es que durante este tiempo me he dado cuenta que envejezco cada día, y al principio pensaba en lo horrible que debía ser la eternidad, pero ahora que estoy tan ocupada con las cosas humanas y su mundo, me siento más lejana de mi propio mundo, como si el de ustedes fuera más fácil, es decir, los humanos se rigen por reglas tontas y tengo que aplicar para todas esas reglas incluso cuando sé que hay cosas mucho más importantes... —Elize, suenas como Ezra... —Probablemente porque nunca había pensado en que Ezra tuviera razón sobre algunas cosas, pero es cierto. Cada día que paso en mi mundo, me doy cuenta que no quiero estar aquí y me recuerda al porqué de que hace mucho tiempo estaba cansada de esto. —Amor mío, si el problema fuera el mundo de los mortales, podría no volverme humano y seguiría siendo vampiro a tu lado. —Lo sé, lo sé. —Y si quisieras, podrías convertirte en un vampiro. —Ahora tú suenas como Ezra —rió Elize. —Lo que quiero decirte, Elize, es que no es necesario que tomemos una decisión tan importante ahora. Primero debes vivir todas las cosas que viven los humanos para saber que no quieres ser uno de ellos. Ella asiente con la cabeza levemente. —Supongo que tienes razón. —Hay alguien aquí—dijo Sasha parando la conversación en seco. Y acto seguido, Mathyas se hace presente con sangre en la boca y en las manos en la habitación de Elize, Sasha y Ezra quedan boquiabiertos. —Elize, creo que he hecho algo...