Capítulo 1: Aquí voy

2153 Words
Capítulo 1: Aquí voy "Sabes bien que yo te salvé de mil tormentas, pueden ser más perdí la cuenta" - Mil tormentas, Morat.  — Entonces te estaré esperando en la terminal de autobuses cuando llegues, me hace tan feliz saber que te volveré a ver, me tenías tan abandonado.  — No seas dramático hermanito, me tendrás todo este fin de semana para ti.  — Pues ni tanto, dijiste que irías a la fiesta de cumpleaños de no sé quien, me abandonarás por varias horas.  — Perdón, pero soy la invitada especial.  — ¡Ay, la niña importante! Solté una fuerte carcajada provocando que las personas a mi alrededor me miraran, me sonrojé y traté de ocultar mi rostro con mi cabello, Cristina a mi lado soltó una carcajada.  Me encontraba en la estación de autobús esperando a que fuera la hora de abordaje, hoy era el cumpleaños de David, mi novio, a quien no conocía personalmente y fiesta a la cual me había auto invitado pero total, yo era la novia y como le había dicho a mi hermano Santiago, merecía una invitación muy especial.  — Te veo más tarde hermano, te quiero.  Colgué la llamada antes de que mi hermano comenzará a dar una catedra sobre yo viajando sola a una ciudad muy lejana. Catedra que me había dado cuando le había pedido que me dejara quedar en su casa por este fin de semana.  No se había negado pero lo único en lo que no había estado de acuerdo era en que tenía que viajar sola, mi hermano Sebastián no podía llevarme porque tenía que cumplir en su trabajo y Cristina, mi cuñada, tampoco podía llevarme porque les daba miedo que ella se devolviera sola es su estado.  Y, sinceramente me parecía perfecto pues también me daba miedo que ella estuviera sola en una carretera con mi sobrino en su vientre, así que a mi no me había parecido una mala idea el sugerir irme sola en autobús, pero a mis hermanos si que les pareció muy mala idea.  Pegaron el grito en el cielo cuando lo sugerí y duré casi que toda la semana tratando de convencerlos hasta que por fin lo había hecho y ya estaba a punto de subir al autobús que me llevaría directo a conocer al amor de mi vida.  Okay, primero tendría que ir a la casa de mi hermano, pero ustedes entendían el punto.  Mi hermano saldría del trabajo a medio día y justo a esa hora yo estaría llegando a la ciudad así que le quedaba el tiempo justo para recogerme y yo no veía la hora de ver a mi hermano, ya lo extrañaba muchísimo pues antes de irme a vivir con mi hermano Sebastián, pasaba bastante tiempo con Santiago.  — No le vayas a hablar a extraños, si hay algún reten en la carretera no te vayas a bajar del autobús, no le vas a recibir comida a nadie y mucho menos te quedarás dormida — abrí mi boca dramáticamente.  — ¡Eso es injusto!, tengo mucho sueño, es imposible durar todo el viaje despierta, además tengo muchos nervios y me tomé una pastilla para dormir — Cristina golpeó su frente con la palma de su mano y yo fruncí mis labios.  — Se me hace tan pésima idea que tu viajes sola — rodé los ojos, de nuevo empezarían con su discurso.  — No te preocupes, eso le hará daño a mi sobrino. Yo estaré bien, te prometo que no bajaré del bus, ni le recibiré nada a nadie, no hablaré con desconocidos y mucho menos me dormiré.  Eso ultimo lo dudaba pero no se lo iba a confesar a mi cuñada por el bien de mi paz mental y de paso por la suya. — ¡Ay Saris, me preocupo por ti!  — Ya soy mayor de edad y me estas avergonzando en publico — Cristina me abrazó muy fuerte y yo reí mientras le daba palmaditas suaves en la espalda.  — ¿Ya le confesaste a tu novio que vas a conocerlo? — preguntó y se me revolvió todo en el estomago.  — ¡Por supuesto que no! Desde anoche lo estoy ignorando, le desee un feliz cumpleaños y le dije que iba a estar toda la mañana dando clase a Allan.  — ¡Eres una maldita! — Cristina abrió sus ojos sin poder creerlo — el pobre David ha de estar revolcándose en sus celos y tu la mar de feliz yendo a visitarlo.  Allan se había molestado un poco por cancelar la clase de hoy solo por ir a ver a mi novio, me había importado cero lo que él había dicho, era muy importante ir al cumpleaños de mi novio. ¿O no?  Los últimos días Allan se había comportado como todo un caballero, siempre me llevaba a casa o al trabajo, al lugar que tuviera que ir luego de las clases con él. No entendía como le rendía el día para hacer tantas cosas, pero él se las apañaba muy bien para lograrlo.  Me trataba muy bien y no estoy segura de que últimamente miraba mucho mis labios ni de que uno de esos días estuvo muy cerca de ellos, no quería pensar en ello y lo trataba de ignorar porque no sabía que significaba, pero si sabía que no quería que Allan se pasará de la raya.  Él sabía que yo tenía novio y no podía intentar más, yo no lo iba a permitir.  Por otro lado, David no podía viajar a mi ciudad y yo tenía la excusa perfecta para ir a la suya y estaba segurísima de que mi novio iba a amar su sorpresa, tenía tanta emoción de por fin conocerlo.  — Eso es lo que yo estoy esperando, que él tenga muchos celos y que no me hable en el día mientras yo preparo todas las sorpresas. — continué hablando con mi cuñada.  — ¿Qué vas a hacer? — preguntó Cristina y en sus ojos pude ver un poco de miedo, imité una risa malvada acercándome a su rostro — Quítate fastidiosa,  — Voy a salir en ropa interior de una torta gigante — los ojos y la boca de Cristina se abrieron hasta mas no poder, solté una estruendosa carcajada — ¿Tu crees que yo sería capaz de algo así?  — Claro que si — me reí nerviosa.  — Obvio no, me daría mucha vergüenza. Daniela me esta ayudando a hacerle una sorpresa, es solo un regalo bobo, no como lo que él me dio a mi en nuestro primer mes.  — Awww si, eso fue demasiado lindo. Ya cuando lleven años ni creas que te va a dar algo. Eso ya no existe.  — Eso si existe, solo que mi hermano no es romántico — Cristina torció sus labios y asintió lentamente.  — Lo fue, ya no lo es tanto  — su mirada se tornó un poco triste, yo me acerqué a su lado y puse mi cabeza en su hombro.  — Aprovechen que yo no estaré estos días y revivan el amor — Sentí el cuerpo de Cristina moverse mientras reía.  — Ya con bebé en camino es un poco incomodo y Sebastián dice que le da miedo tocar al bebé — me reí en su hombro.  — Mi hermano es muy tonto — Cristina tomó mi mano, vimos llegar el autobús.  — Eso es como de familia.  — ¡Oye! — Mi cuñada me sonrió y beso mi mejilla.  — Cuídate mucho por favor y me llamas cuando llegues y cuando ya estés con Santiago y me lo pasas ¿Bueno? — Si si, ya no te preocupes, yo estaré bien.  Tomé mi bolso del suelo y caminé al autobús quien ya había abierto sus puertas y las primeras personas de la fila ya estaban ingresando a este, me ordené en la fila y miré a la novia de mi hermano, mordí mi labio inferior y por un macro segundo quise correr hasta ella para ir de nuevo a casa, pero respiré hondo y me armé de valentía para subir al autobús.  Es por mi relación, es por mi relación.  Ya había pasado demasiado tiempo sin conocer a mi novio, era una necesidad muy grande la que sentía de por fin poder abrazarla y besarlo y de tomar su mano y no soltarlo, es más me daba un poco de miedo que al conocerlo ya no quisiera soltarlo nunca más.  Podría darme muy duro el tener que dejar nuevamente a mi novio en otra ciudad y yo tener que volver a cumplir con mi trabajo y mis estudios.  Maldito el día en el que tuvo que salir de mi ciudad. No iba a ver a mi mamá, no viajaba por ella, iba solo por David y por mi hermano, no estaba en mis planes verla y tampoco sentía que ella me quisiera ver. Y ni hablar de mi papá pues desde el día que salí de casa no había vuelto a saber nada de él.  Y él no quería dejar que yo lo buscara.  — ¿Su tiquete? — sacudí mi cabeza y miré al hombre con sombrero blanco y guantes de tela que me había hablado.  — ¿Perdón?  — ¿Su tiquete? — solté un leve ah y saqué de mi bolsillo trasero el tiquete que había comprado el día anterior.  — Acá esta — el hombre reviso el tiquete y luego lo rompió a la mitad. — Puede pasar, que tenga un buen viaje.  — Gracias — pasé por uno de sus lados y entré al autobús.  Busque en la parte superior de los asientos el numero y la letra que me correspondían, lo encontré en la mitad del autobús, era el asiento del lado de la ventana porque me iba a aburrir muchísimo si iba al lado del pasillo.  En el asiento del pasillo aún no había nadie, por lo que metí mi morral en la cajuela que había sobre los asientos y la aseguré para que no se moviera en el trayecto.  Tomé asiento donde me correspondía y espere a que el autobús iniciara el viaje, miré por la ventana y vi a Cristina quien aún se encontraba parada recostada sobre la columna, no se había movido de lugar.  Cristina levantó su cabeza para mirar al autobús y nuestros ojos hicieron contacto, me despedí de ella con la mano y ella hizo lo mismo y me lanzó un beso.  A los pocos minutos el autobús cerró sus puertas, a mi lado se había sentado una señora de avanzada edad, muy gorda, me había tocado hacerme a un lado, estrechándome en mi asiento pues la señora estaba que se salía del asiento de ella.   El autobús comenzó a moverse y mis piernas comenzaron a temblar, entrecruce mis dedos en mi regazo para que no se notara mucho el temblor de mis manos.  ¿David correría a mi y me besaría? ¿Me abrazaría mucho y no me soltaría? Yo no quisiera soltarlo nunca.  Quería por fin recibir mi primer beso y quería que fuera por parte de él y no de algún otro hombre, y esa oportunidad la iba a tener hoy por fin y tenía tantas ganas de por fin estar junto a él.  Daniela ya debía de tener todo listo, ella era mi cómplice en todo este plan, se había emocionado muchísimo cuando le había contado la sorpresa que tenía planeada para David. Ella llegaría a la fiesta y le daría un regalo de mi parte, pero luego yo saldría saludar a mi novio.  ¡Ay Dios, que nervios!  Ya quería ver su rostro y poder tocarlo.  ¿Cómo iríamos a la fiesta sin invitación?  Fácil, resulta que mi mejor amiga Daniela y quien estaba a punto de graduarse del FBI empírico de su casa, había hablado con una  amiga de la mejor amiga de la amiga de mi novio, quien no me hacia muy feliz, Ainhoa.  Daniela le había contado toda la verdad y la chiquilla feliz de poder ayudar en la "Tan hermosa historia de amor" palabras de ella, no mías, había aceptado sin poner algún problema en dar la dirección de la fiesta.  Y era LA FIESTA según había contado la chica que había hablado con Daniela, pues habían mas de 100 invitados y habrían Djs y esas cosas, pues Ainhoa era una mini influencer que apenas comenzaba su camino en ** y por lo visto lo iba empezando muy bien.  Gracias a esa chiquilla tenía la fortuna de poder conocer a mi novio, porque si no era por ella, no sabía como iba a encontrarlo en una ciudad tan grande y más un fin de semana.  EL plan hasta el momento iba saliendo muy bien y yo estaba muy emocionada por ello. Le escribí un mensaje a Daniela pues me había hecho prometerle que apenas el autobús iniciara el viaje le avisara.  Yo: Mejor amiga favoritaaa, ya voy en camino ¿Todo preparado?  Daniela no demoró en responder el mensaje pues ya lo estaba esperando.  Mejor amiga del mundo:  ¡Que emoción! Ya te espero ya te esperooooooo, yo también iré a recogerte, ya todo esta listo amiga, no te preocupes por nada, tu solo llega con vida. Te amo, ya te quiero ver.   Iba a responderle "Te eso"  porque ya estaba acostumbrada a hacerlo con David. Yo: ¡Te amo amiga! Gracias por todo, no veo la hora de llegar.  Seguimos hablando por unos cuantos minutos detallando un poco mas la sorpresa, si todo el plan salía como lo habíamos estipulado, sería el mejor día del mundo y por fin estaría con mi novio.  Por fin lo tendría frente a mi. 
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