La hermosa agente de gélida mirada color hielo tragó duro, al mismo tiempo que daba un paso hacia el costado con el fin de apartarse del atractivo Mathew D'Angelo, como si de alguna forma su proximidad estuviera mal. Varios metros por delante, con su oscurecida mirada color esmeralda clavada en ella como dagas se encontraba el Dios mortal, sin un ápice de la calidez o el amor que solía hallarse en su perfecto rostro. —Hola hermanito—ronroneo el chico de la motocicleta mientras bajaba de esta para darle la vuelta, dejándola enfrentada al Jeep Commander—Lamento haber alborotado el cabello de tu chica… sabes que me gusta rápido. Mathew le dedicó un guiño a su hermano con aquel ojo tan oscuro como la noche, estaba claro que intentaba provocarlo o al menos despertar alguna emoción en su rost

