Para el momento en el que el flamante Jeep Comander n***o brillante detuvo su ronroneante motor frente al restaurante, la noche ya había caído sobre ello, cubriendo el cielo de estrellas que brillaban como pequeños diamantes.
Esto no era sorprendente ni de extrañar, al fin y al cabo habían estado dando vueltas por la ciudad durante largas horas, decidiendo dónde cenarían.
Eros, muy fino y elegante, optaba por lugares tan exquisitos como él, mientras que la hermosa agente de mirada color hielo, buscaba una comida un poco más ligera.
Al final, viendo que no podían tomar una decisión, optaron por echarlo a la suerte lanzando una moneda al aire. Eros escogió cara y Danika cruz.
Cuando la moneda cayó sobre la mano del hermoso Dios mortal con su cara hacia abajo y la cruz hacia arriba, el m
