Pov: Viktor Wolfstein. Suspiro mirando sus mensajes y una espontánea e inconsciente sonrisa se dibuja en mis labios. Arrugo el entrecejo por ese acto fallido. Tengo que estar serio, no puedo dejar que sus ocurrencias me vuelvan débil. Es que quiero verla, de verdad deseo cumplir sus peticiones, oírla gemir. Eso es algo que ahora se me ha instalado como una necesidad. Sé que en los pasadizos podría oírla sin restricción y nadie más podría. El problema es que no podemos meternos a los pasadizos, sin cerciorarme de que la persona que estuvo deambulando por allí no vuelva a hacerlo. He estado muy concentrado en Clementine, en Beatrix, en que mi mentira no se caiga y en mantener la cordura como para ir a hablar con Eva. Sí, tengo que ir hablar con mi hermana, porque la compuerta qu

