¿Cambios?
— Entonces, aclarada las cosas entre nosotros, vuelva a su sitio de trabajo, si la necesito la llamaré a través de este botón— dijo él sin mirarla directamente a la cara.
Ella asintió con un movimiento de cabeza, pero él no estaba mirando, ella continuó diciendo:
— Entiendo perfectamente, en estos momentos, saldré a almorzar, porque ya es la hora.
— Vaya, no hay problema — dijo él de manera automática.
Ella sintió un nudo en su estómago, le gustaba más cuando la atacaba que este trato frío, pero comprendió que era lo mejor para los dos, porque sino iba a ser insoportable el que pudieran trabajar juntos. Su apetito huyó nuevamente de su cuerpo, pero se obligó a comer algo, su almuerzo fue muy frugal, una hora después entraba en la oficina y él no estaba, suspiró aliviada.
Estaba concentrada en su trabajo cuando escuchó rumores de voces, al parecer había una mujer allí con su jefe, la curiosidad la mataba, pero se obligó a permanecer allí, él había dicho que sí la necesitaba la iba a llamar, lo mejor era permanecer al margen de lo que sucedía del otro lado.
Vió la hora y ya eran las seis, decidió salir, necesitaba ir a su casa, cuando abrió el panel, los vió, ella sentada en las piernas de él besándolo con pasión, un frío se apoderó de su estómago, pero lo ocultó y dijo en voz alta:
— ¡Hasta mañana señor Bragg!
Salió sin esperar una respuesta, él se quedó petrificado por unos segundos, luego bruscamente se quitó a la chica de encima y dijo:
— ¡Ya déjame en paz Melissa! Has estado toda la tarde acá importunando mi tiempo.
— Pensé que lo estabas disfrutando, ¿Quién es esa chica que te puso tan de mal humor? — dijo la tal Melissa.
— ¡No es nadie!— respondió él — debo ir a casa estoy cansado, vamos, te llevaré a la tuya, gracias por venir.
— Siempre será un placer besarte cuando lo necesites cariño— dijo ella.
— Lo tendré en cuenta — respondió — ¡Vamos!
Evan se sentía enojado, se le había ocurrido invitar a esta antigua amiga de farras para demostrar a Catalina que él podía estar con la mujer que se le diera la gana y por más ruido que hizo, ella no salió, no fue hasta la hora de la salida que se digno a asomar la cabeza, aunque se sintió satisfecho, porque por lo menos había notado el beso que se estaba dando con su invitada, también mantendría el trato frío, así pronto estaría fuera de su vida.
Catalina iba furiosa a casa.
— «¡Pero mira qué hombre tan descarado! ¡Llevar a una de sus mujeres a la oficina! ¡Ahora entiendo porque, no le costó tener sexo con conmigo alli, al parecer ésta es su costumbre, usar la oficina de revolcadero, pensó ¡Solo es un pervertido asqueroso!»
—«Lo mejor era que ella buscara un nuevo empleo, al día siguiente me dedicaré a leer anuncios e irme de esta empresa» «¡No quiero estar cerca de éste hombre que revuelve mis emociones!» — se dijo.
Tal como lo pensó al día siguiente empezó a buscar un nuevo trabajo.
—«Lo malo era que ya había hecho un contrato por un nuevo lugar para vivir, ojalá logrará obtener un buen sueldo, en su nuevo lugar de trabajo»— pensó.
Al mediodía salió Catalina a almorzar, buscó un lugar alejada del bullicio, había un restaurante que estaba cerca, de vez en cuando entraba a comer, cuando tenía pereza de cocinar, estando allí, pensó mucho en la opción de encontrar ese nuevo empleo. Se dijo que lo mejor era esperar un buen tiempo, por ahora solo debía concentrarse en su bebé, apenas tenía dos meses de gestación.
Tendría que ser fuerte para aguantar la presión de ver y trabajar para aquel hombre que ahora ocupaba sus pensamientos, siempre pensó que estaba enamorada de Peter, pero ahora que conocía a Evan se había dado cuenta que todo lo que creyó sentir por el otro, era solo agradecimiento por haberla notado, cuando había sido invisible para el resto de los hombres.
Ahora lo entendía así, él la había herido al engañarla haciendo que creyera que ella era la única en la vida de él, cuando estaba bien casado y con familia, pero con Evan era todo avasallante, la alteraba tenerlo cerca, su olor le revolvía el estómago, pero tenerlo lejos le causaba una tristeza que no conoció con Peter.
Pero ella comprendía que él y ella nunca estarían juntos, Evan era prejuicioso, la creía una escoria de mujer, así que lo mejor era que mantuvieran ese trato frío y solo tuvieran una relación de trabajo.
Evan también estaba haciendo ajustes a su comportamiento para realizar cambios con respecto a Catalina, ella definitivamente sería solo su asistente, así que habló con Mike para preguntar algo y sincerarse con él.
— Hola mi gran amigo y socio, tenías tiempo sin solicitar mi compañía, ¿Que necesitas?— preguntó.
— Mike quiero que hablemos de hombre a hombre— dijo Evan muy serio— quiero buscar una chica para formalizar mi vida, quiero que seas sincero conmigo.
— ¡Caray, me asusta tu seriedad mi amigo!— dijo Mike divertido— ¿Qué quieres saber?
— ¿A ti te gusta Sandy?— dijo Evan.
Mike arrugó el entrecejo y soltó un suspiro para responder:
—Ay mi amigo, no te niego que cuando fuimos al aeropuerto a buscarla, me impactó tremendamente, pero luego noté que a ella le gustan otro tipo de hombre, tú le gustas Evan.
— ¿Ella te lo dijo?— preguntó él intrigado.
— No con palabras, pero el lenguaje corporal deja mucho que desear, veo como te mira, suspira por tí es evidente que está enamorada de tí, mi amigo— terminó diciendo Mike.
Evan entonces apretó lo labios en un gesto de resolución y dijo:
— Entonces voy a hablar con ella para pedirle que sea mi novia, quiero después proponerle matrimonio, es la única manera de lograr sacarme a la escort de mi cabeza y de mi corazón, Mike.
El otro se quedó unos segundos callado y luego dijo con tono reflexivo:
— ¿Tú crees que eso funcionará? No es mejor buscar enamorarte de Sandy, después ella puede salir lastimada y va a ser mucho peor Evan.
—No, ya lo decidí amigo, ella es la candidata perfecta para mí, una mujer así es la que me ayudará a sacar la loca obsesión que siento por Catalina Craven, ya lo verás— respondió Evan tercamente.
Mike respondió con resignación:
— Si tú lo dices.
Evan pasó uno de sus brazos por el hombro de su amigo y dijo:
—¿Me ayudas a cuadrar una cita con ella?
Mike lo miró extrañado y dijo algo contrariado.
— ¿Desde cuándo te ayudo a conseguir novia?
Evan arrugó el entrecejo, como si estuviera concentrándose para responder.
—Desde que me buscaste una escort y está me arruinó la tranquilidad.
El otro se puso a la defensiva y respondió:
— Entonces, te sugiero que vaya usted mismo a conquistar a su chica.
Mike salió dejando a Evan con un palmo de narices, éste se preguntó:
—«Pero bueno, ¿que hice para que se enojara de esa manera?
Se alzó de hombros y de inmediato se puso manos a la obra, ya que Mike se había enojado, llamó a Sandy Gold.
— ¡Hola cariño! ¿Qué piensas hacer esta noche?
La muchacha se sorprendió de aquella llamada de Evan, nunca la había abordado tan directo desde el día que lo vio en el aeropuerto, siempre era Mike quien la invitaba y salían los tres, por eso al escucharlo pestañeo mostrando sorpresa.
— Hola Evan, realmente nada, estoy muy aburrida acá en casa, pensé que quizás Mike pudiera invitarme a dar una vuelta— se aventuró a decir.
— No, quiero que salgamos tú y yo solos, tengo algo que conversar contigo; ¿Te animas?
—¡Claro! ¿A qué hora vendrás por mí?— preguntó ella.
— A las siete y treinta estaré por tí — respondió Evan.
Cerró la llamada satisfecho, ya había dado el segundo paso para olvidar a Catalina Craven, el primero era su trato frío y distante.