Sencillamente deliciosa

1341 Words
Sencillamente deliciosa Una semana después estaba todo listo para la reunión social de negocios, Peter Brand ya había confirmado que estaría allí con dos buenos amigos y sus parejas, también August estaba listo, había hablado con su hijo para decirle que ese día su ahijada sería su compañera en aquel evento. — Papá, no entiendo por qué Lorena tiene que vivir acá contigo, ella tiene su casa, su familia, ¿acaso se han confabulado para amargar mi vida con Megan? — ¡Hijo por favor, no digas esas cosas! Lo quiero pasa es que no tengo corazón para decirle que se vaya— respondió August contrariado. — Pues papá, después de ésta noche de fiesta, le pediré que busque donde ubicarse, no la quiero cerca de mí, esa mujer es pájaro de mal agüero, me parece desagradable que se haya instalado acá sin razón aparente. — Está bien, de todas maneras ya le había advertido que tú quizás no estarías de acuerdo con que ella se quedara aquí. — Eso estuvo bien, pero que sea tu pareja en la fiesta, no me gusta para nada, pero ya no hay nada que hacer, pues estamos a pocas horas del evento; por los momentos, concentremos nuestra atención en lo que sabemos de este hombre, ¿que piensas hacer? — Al principio pensé encararlo, decirle la verdad, pero después lo pensé mejor, ese hombre está ligado a negocios sucios, no nos conviene una sociedad de ese calibre, le diré con franqueza que no me interesa la sociedad— dijo el padre de Derek. — Si lo deseas, te autorizó a que me uses como tapadera, di que no estoy de acuerdo y yo le daré mis razones del porqué de mi rechazo— dijo Derek con la mayor tranquilidad del mundo— por mi parte he invitado a Ronald Porter y a su equipo de inversores, esos si que son gente poderosa papá, nos conviene ese tipo de relación financiera. —Al principio, cuando rechazaste trabajar a mi lado, me resentí mucho contigo, pero después me dije, “algo bueno debe traer ésta rebeldía”. Ahora me doy cuenta que fue muy acertada tu decisión. — ¡Gracias papá por tus palabras! He crecido muchísimo con Porter & Co, es un monstruo de la cibernética y éso es lo que manda en ésta era mi viejo. Los dos se abrazaron palmeando sus espaldas satisfechos del trabajo realizado. — Me voy papá, debo estar de punta en blanco para ésta noche junto a mi bella mujer, que ya debe estar arreglándose— dijo Derek con un brillo de amor en su mirada. August lo vió con mirada tierna al decir: — Esa muchacha te tiene enamorado hasta la médula, hijo. Megan había seguido con su quebranto de salud durante varios días,pero todo lo atribuía a una mala digestión, Derek le pidió que tuviera una consulta médica y así saber exactamente lo que pasaba con ella, ella había dicho que solo era lo que ella sospechaba para restarle importancia al asunto, dejando todo el asunto de su enfermedad para decirle después de la fiesta que tendrían en casa del padre de él. Estaba emocionada, se sentía tan segura al lado de su amado, ahora irían a aquella fiesta. Nunca había estado en una reunión social de gente millonaria y mucho menos de negocios, aquel acontecimiento era único en su vida, trató de ser lo más natural, no quería avergonzar a su prometido. Hacía dos días él la había llevado de compras para obtener un bello vestido para ese día, quería que ella estuviera radiante, así que se estaba maquillando cuando sintió que llegaba. Su corazón le dió un vuelco de felicidad al escuchar que llegaba, salió a recibirlo, envuelta en una suave bata de seda, al verlo se colgó de su cuello para besar sus labios con pasión. —¡Mmmm, mi amor, me encanta como me recibes!— dijo él apasionado. — ¡Es que te extraño demasiado, mi cielo!— respondió ella. — ¡Y yo a tí, mi reina bella! ¡Vamos, quiero hacerte el amor antes de ir a la fiesta! Ella lo tomó de la mano, la que él empezó a besar con pasión demostrando así cuánto la deseaba, los besos llegaron hasta el cuello de ella, erizando la piel de ambos y aumentando el deseo de estar juntos enredados, bajo las sábanas. —¡Te amo Megan, con todo mi corazón, mi reina bella!— le dijo él al oído. Ella respondió con la misma pasión: — ¡Yo te amo más mi cielo bello, mi salvador y caballero rescatador! Él la abrazó fuertemente y le dijo: — ¿Por qué me dices así? Me haces sentir que llevó una armadura a la usanza antigua con una relumbrante espada a mi costado, lista para usarla con cualquiera que se atreva a quitarte de mi lado. Los besos que se dieron dieron más profundos, ya estaban en la habitación, cuando ella empezó a quitarle la chaqueta del traje, desabotonando la camisa que él mismo ayudó a sacar con premura, la batalla cayó suavemente al piso como una flor a los pies de ella, dejando al descubierto su escultural cuerpo, cubierto solo por un bello conjunto íntimo de encaje blanco. — ¡No me canso de contemplar tu cuerpo mi amor! ¡Eres mia, solo mia!— le dijo él con voz ronca por la pasión que sentía. — ¡Oh sí, solo tuya amor mío! ¡Me encanta que me ames, que me hagas tu mujer, me hace sentir tan segura!— le dijo ella contra el pecho de él. Derek la alzó, depositando su bello cuerpo en la cama, bajando suavemente, primero sus pantys, metiendo su rostro en el entrepierna de ella para empezar a saborear su húmeda flor encarnada. Estas caricias arrancaron fuertes suspiros del pecho de ella quien disfrutaba al máximo de aquella invasión. La lengua de él dibujaba círculos en los rincones más sensibles de aquella flor que se veía inflamada por la pasión que las caricias de Derek le imprimían. Con las manos buscó sus y turgentes pechos para acariciar los duros pezones de ella. Megan arqueaba sus hermosas caderas para recibir más caricias deliciosas como aquella. Él levantó su rostro para contemplar los movimientos sensuales de su amada, depositando suaves y calientes besos en su camino para llegar a su torso desnudo, fue aquí que ahora termino de sacar el brasier que impedía el contacto directo de sus dedos con aquellos pezones tan anhelados por él. Después de acariciarlos con sus dedos y manos, usó su tibia boca para succionarlos y así arrancar quejidos suaves de la garganta de ella. —¡Oh mi amor, que divino!— decía ella con voz llena de pasión y deseo. Derek seguía proporcionando calor a las caderas de su mujer quién ya no resistía más y pedía que la invadiera de una vez para llenar a plenitud su cuerpo que ardía de deseo. — ¡Por favor mi amor, hazme tuya, ya te quiero dentro de mi! Él que no se hacía de rogar, se dispuso de inmediato a cumplir las órdenes de su amada y complacer todos sus deseos carnales, el ritmo cadencioso entre ambos arrancaba sonidos guturales de sus gargantas, aumentando el fuego y el placer de ellos, fueron minutos maravillosos donde sus cuerpos entrelazados de pasión disfrutaban de aquella máxima expresión de amor. Al final sus cuerpos ya listos para alcanzar el cénit de la pasión vivida, estallan en un maravilloso ooh, que inunda aquel sagrado recinto de amor de ellos quedando ambos exhaustos y satisfechos de haber pertenecido el uno al otro sin reservas. Unos minutos después ella dijo: — Creo que debemos empezar a vestirnos o se nos hará tarde para tu fiesta amor mío. Él con voz aún amodorrada le respondió: — !Ufff! Ésto sí que fue delicioso mi amor! Si no tuviera éste bendito compromiso con mi padre, me quedaría amándote hasta agotar mis fuerzas; ¡eres sencillamente deliciosa Megan!
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