Rendida a mi destino

1446 Words
Rendida a mi destino — ¡Ojalá no te arrepientas después de todo ésto Evan, haz lo que tengas que hacer, yo también haré lo propio, mantenme informado de todos tus logros en éste proceso— dijo Mike levantándose y preparándose para salir. — ¿A dónde vas?— preguntó Evan. — A ver a mi novia, olvidé decirte que Sandy y yo estamos saliendo y cada día me enamoro más de ella— respondió Mike. — Me alegra mucho que por lo menos a tí te esté yendo bien en el amor— dijo con amargura Evan. — Solo te digo, no te dejes oscurecer el camino por tener una mala percepción de tu entorno mi amigo, piensa bien las cosas — aconsejó Mike. — Todo está bien pensado— dijo con voz amarga. Tal como Evan lo había prometido, se reunió con su primo Peter Wilcox, éste había reunido suficiente información manipulada para desacreditar a Catalina Craven, obviamente que ayudado por Steven Majors, estos dos hombres malvados estaban dispuestos a todo con tal de salir triunfantes de ésta jugada. Mientras Catalina, ajena a cualquier maldad que se tramaba en contra de ella, solo buscaba la manera de librarse de aquel hombre que la tenía prisionera de alguna manera. Ella solo pensaba en comunicarse con su amiga Lotty, Pero no tenía un celular a la mano para enviar un mensaje, además de no recordar el número telefónico. Pronto tendría a su bebé, pero en una semana estaría firmando para unirse en matrimonio a Steven, solo suspiraba para no perder la calma ante ésta adversidad que se le avecinaba, escuchó que él venía y dejó de caminar por la habitación. Se abrió la puerta y allí estaba él con un torcida sonrisa diciéndo: — Las cosas están saliendo mejor de lo que imaginé, Evan Bragg ya encontró al culpable de robar las ideas de marketing de su empresa. Catalina arrugó el entrecejo sin entender y preguntó: — ¿A qué te refieres? — ¡Que ya Bragg tiene a un chivo expiatorio!—respondió Steven. — Que bueno que pudieron atrapar a Peter Wilcox— dijo ingenuamente ella. Steven Majors estalló en carcajadas ante el comentario de la muchacha y le dijo: — ¡No querida, él no es el culpable de ese robo! La muchacha dió un paso atrás sorprendida ante la información que recibía. — ¿Ah no? ¿Quién es entonces Steven? — preguntó confundida— como dijiste que Wilcox era tu espía, pensé que lo habían atrapado. Steven caminó muy seguro de sus pasos para responder: — ¡Ésto me reportará ganancias en abundancia mujer! Fíjate, que no, nuestro plan es perfecto, no será descubierto. Ella estaba sorprendida escuchando a éste hombre que disfrutaba lo que decía como si fuera un delicioso dulce. —¡No me mires así! Solo son estrategias de negocio, tú me la serviste en bandeja de plata, por eso vamos a casarnos — dijo acariciando el rostro de la muchacha. Ella quitó su cara con gesto de asco al decir: — ¿Por qué me dices ésto? ¿Hay algo que yo deba saber? Él sin ninguna vergüenza respondió: —Solo disfruto pensando en la inminente caída de Evan ¿no te das cuenta? Si Bragg llegara a saber quien es realmente el traidor, de inmediato se arruina mi plan, — dijo en tono desfachatado. Ella lo miró y se dió cuenta con horror que mientras más conocía a éste hombre, más miedo le tenía, no tenía escrúpulos, solo buscaba más y más dinero, poder dominar al mundo de los negocios al precio que fuera, sin poder callar le dijo: — ¡Qué persona tan desagradable eres Steven Majors! — ¿En serio? Pero cuando me viste en el restaurante, de inmediato quisiste renunciar y venirte a trabajar conmigo— dijo, mostrando un sonrisa con ironía. —He sido la mujer más idiota de éste planeta — reconoció con tristeza — así que imagino que merezco todo lo que me está pasando y de alguna manera porque traicioné a Evan Bragg, así que aceptaré sin quejas mi destino. Él la miró con expresión de suficiencia y respondió: — ¡Tranquila,tu destino está asegurado conmigo! Estás bajo mi sombra, nada te pasará, mientras estés conmigo— sentenció. Ella sintió tristeza y entonces dijo: — Solo soy tu esclava, así que cuando tú lo decidas, nos casamos. Él sonrió triunfante y dijo: — ¡Esa es la respuesta de una mujer inteligente! ¡Ya verás que haremos un magnífico matrimonio! La tomó por los hombros, la besó en los labios, ella se sintió como una muñeca rota, rendida a su destino al lado de éste maníaco, pero sabía que si no cedía él dejaría que la destruyeran sin mover un dedo, se sometió a aquella caricia que solo le produjo asco y repugnancia, pues así estaba todo para ella, sola y sin un amigo a quien recurrir. No pudo evitar derramar lágrimas de impotencia, él la miró y le dijo: — No llores, mira por el lado bueno; pronto serás una mujer muy poderosa, nada más y nada menos que la esposa de Steven Majors, seremos la pareja perfecta, ven y bésame, haremos el amor hoy, eso te ayudará a relajarte. — Steven, estoy embarazada, quedamos en que no habría intimidad entre nosotros— dijo ella — ya te lo he dicho. — Pues yo hablé con el médico y me dijo que no hay peligro, así que decidí que seas mi mujer, ven a la cama conmigo, deseo hacerte el amor, ¿me entendiste?— dijo él sin importar lo que ella decía. Ella suspiró, no había salida para ella, éste hombre era su dueño y tenía que complacerlo, se sometió a lo que le pedía sin una queja, lo dejó hacer con su cuerpo lo que le viniera en gana, ella ya estaba rendida a su destino, todo aquella situación se la había buscado ella. Así se auto flagelaba Catalina, se sentía hundida en aquel destino en el que ella misma se había introducido sin medir las consecuencias. Evan, mientras rumiaba su frustración al ver las pruebas contundentes que iban a hundirla sin compasión «¿por qué había caído tan bajo? Aquello no concordaba con la mujer a la que amaba» pensó por una fracción de segundos, para luego desechar aquella duda y convencerse de que ella era mala, traidora y manipuladora. —¡Te odio Catalina Craven! ¡Vas a pudrirte en una cárcel, eso te lo juro!— se escuchó diciendo. Luego de decir esto en voz alta, apretó los dientes con fuerza para decir: — ¿A quién quieres engañar Evan? ¡Tú amas a esa mujer así sea la peor del planeta! Así se encontraba él, luchando con estos sentimientos encontrados que lo tenían al borde de la angustia. — ¡Necesito encontrar a una mujer que me ayude a olvidar a Catalina!— se dijo con desesperación Y como si aquel grito hubiese sido la palabra mágica, sonó su celular, él miró, el número no lo tenía registrado, así que pensó desviar la llamada, pero en vez de eso, se escuchó respondiendo: — ¡Hola! Una hermosa voz femenina se escuchó del otro lado saludando: — ¡Hola mi amor! ¿ Te acuerdas de mí? Él extrañado de no reconocer a aquella voz detrás de la línea telefónica dijo: —La verdad, no tengo ni idea. — ¿¡Tan pronto me olvidaste!? Voy a llorar de tristeza — dijo con voz afectada la mujer detrás de aquella llamada — Soy Siudy cariño, en cambio yo, recuerdo muy bien tus besos, siempre me enloquecieron. Un recuerdo vino a la mente de Evan iluminando su memoria y respondió: — ¡Caramba! ¡Qué grata sorpresa! ¿Dónde estabas metida mujer hermosa? Ella sintió complacida de ser recordada y dijo: —¡Llegué ésta mañana y deseo verte, no sé, podríamos recordar viejos tiempos! — ¡Me encantaría! ¿Dónde nos vemos? ¡Estoy ansioso por verte! Así quedaron en verse en una hora, Evan solo sentía que ésta llamada era su escape, su salvación, la respuesta a sus súplicas de desesperación. Él llegó primero, recordaba a aquella muchacha, de cabellos oscuros y ojos verdes como un par de esmeraldas, habían vivido un romance por unos tres meses, pero ella se había ido al extranjero y al parecer, ahora estaba de vuelta. La vió llegar, hermosa como siempre, al encontrarse los dos frente a frente, ella le echó los brazos al cuello de él, lo besó apasionadamente, como si el tiempo no hubiera pasado y siguieran siendo novios como aquellos días de atrás.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD