Cap 35
¿Me amas?
— Eres mi esposa Catalina Craven — siseo muy cerca del rostro de la muchacha— no lo olvides.
Ella levantó la mejilla para decirle aún más cerca del rostro de él para responder:
— ¡Y no olvides tú, quien tiene el control de tus bienes!
Él retrocedió y parpadeó para preguntar tontamente:
— ¿Te atreves a echarme en cara que estás por encima de mi?
Ella se paseó por el lugar, su rostro adquirió una sonrisa irónica al decir :
— Steven Majors, te lo recuerdo por si se te ocurre alguna mala idea.
El se paseó con inquietud por el salón y rogó:
— ¡No quiero que hables con Evan Bragg, por favor Catalina!
Ella arrugó el entrecejo y respondió:
— ¿Cuál es tu temor? Soy una mujer respetuosa y no pienso faltar como esposa, estoy consciente de quién soy Steven, no buscaré por mi misma el encuentro,Pero si él viene a mí, le daré la cara,no es mi estilo esconderme de nadie.
Steven apretó los labios y la mandíbula,indicando con éste gesto que le molestaba lo que ella le decía.
Salió dejándola sin decir mas nada, en el camino mientras conducía su auto llamó a Peter Wilcox; éste contestó molesto:
— ¡Caray! ¡Te estabas tardando mucho en llamar!
—Estaba arreglando mis asuntos con mi esposa— se justificó Steven— necesitamos poner un plan en acción de inmediato, se me ha ocurrido una idea y te necesito para ejecutarla; ¿Dónde estás?
Peter le dió la información que pedía y en menos de veinte minutos se reunían para hablar.
Steven le confío los planes al otro hombre y este se sorprendió ante la osadía que presentaba aquella idea.
— ¡Es arriesgado mi amigo!— respondió con algo de inquietud.
— Todo negocio tiene sus riesgos Peter, dime si vas a apoyarme, sino busco a alguien más, pero lo voy a poner en marcha— dijo enfático.
Peter Wilcox sabía a lo que se arriesgaba, pero él no daba un paso en falso y preguntó:
— ¿Qué ganancia voy a obtener de ésto?
Steven Majors soltó una carcajada y respondió:
— ¡Sabía que no me fallarias! ¿Te parece bien, ésta cantidad?
Tenía una cifra escrita en la pantalla de su teléfono y se la mostró a Peter, éste sonrió satisfecho y dijo:
— ¡Por eso,vendo hasta a mi madre!
—¡Perfecto!— respondió Steven — sé que lo vale, pero estaré tranquilo con todo lo que voy a ganar. Está misma tarde te transfiero la mitad a tu cuenta, la otra cuando esté listo nuestro plan.
Peter se levantó y estrechó la mano de Steven Majors al tiempo que decía:
— Querrás decir tu plan.
El otro se alzó de hombros y respondió:
— Eres un sentimental, siempre la sangre duele, Pero en este caso por fin tendrás dinero a manos llenas, como siempre lo soñaste.
Peter sonrió con sorna y cabeceó afirmativamente, ahora solo le quedaba realizar lo que le había prometido a su socio, sabía cómo hacer las cosas,solo era ocasión de hacerlo con calma y mucha prudencia para alcanzar lo que se anhelaba.
Mientras Evan caminaba de un lado a otro poniendo a su novia nerviosa.
—¡Amor por favor, deja de dar vueltas!— exclamó Siudy.
Él solo la miró y se sentó frente a ella para decir:
—¿Te das cuenta? ¡Tengo un hijo con Catalina! ¡Es mi hijo, necesito hablar con ella, tengo derechos!
Siudy tragó fuerte y respondió:
— De alguna manera lo sospechabas Evan, ésto ahora lo que hace es alborotar los sentimientos que tienes por esa mujer.
— Tú sabes que la amo, siempre he sido sincero contigo —respondió él con él rostro ensombrecido— ella es de Majors ahora.
Siudy se levantó y le tomó una de sus manos y dijo:
— ¡Ay amor, no sabes cuánto me duele verte amar a alguien que no soy yo, pero no puedo ser egoísta; ¿Por qué no luchas por ella? Háblale, existe el divorcio, quizás puedas recuperarla y formar una bella familia.
Evan la miró con ternura y la atrajo para abrazarla, luego le dijo:
— Eres una hermosa persona, lamento no tener sentimientos románticos hacia tí,quizás con él tiempo pueda olvidar a Catalina y amarte Siudy.
Ella sonrió al decirle:
— No cariño, cuando se ama con un amor cómo el que tú sientes por ella, o como el que yo siento por tí, eso trasciende en el tiempo, lo mejor es cancelar nuestro acuerdo matrimonial, lucha por Catalina.
— Y tú Siudy; ¿No lucharas por mi?— preguntó sorprendido.
—Si tuviera la mínima esperanza, créeme que lo haría, pero hagamos algo, ve y habla con ella, sé que tú la amas y creo que ella te ama, ve y pregunta para que tengas la certeza, si Catalina te dice que no te ama, entonces nos casamos; ¿Te parece?
Él cabeceó afirmativamente y respondió:
— ¡Trato hecho!
Pasaron varios días después de esta conversación, Evan tenía cierto temor, pero ese día había decidido que iría a hablar con Catalina y definitivamente saber a qué atenerse, llegó a la entrada del majestuoso edificio donde funcionaban las oficinas de la corporación Majors, una chica muy eficiente le hizo esperar mientras confirmaba si la señora lo podía recibir. Minutos que a él le parecieron eternos pasaron hasta que la chica le franqueó la entrada a la elegante oficina de Catalina.
—Hola— dijo apenas estuvo frente a ella.
Ella le indicó con un gesto de su mano que tomara asiento.
— ¿Deseas tomar algo?
Él negó con su cabeza y respondió:
— Hace unos días que quería venir y conversar contigo.
Ella asintió y dijo:
— Te estaba esperando,imagino que vienes a pedir explicaciones.
Él se mordió los labios y dijo:
— Vengo a más que eso Catalina, sé ahora con certeza que tienes un hijo que también es mío, ¿Por qué esa vez en la oficina no me lo dijiste? Podría ser todo tan diferente ahora.
Ella suspiró y se preparó para responder lo más acertadamente que pudiera.
— En ese tiempo, solo me ofreciste cama, no soy mujer de andar acostandome con alguien solo por sexo, no era lo que esperaba de tí— respondió con sinceridad.
Él se pasó las manos por sus cabellos desordenandolos, su rostro mostraba tanta contrariedad que ella sintió su corazón arrugado como una pasa.
— ¡Lo siento tanto Catalina!— exclamó él— nunca fue mi intención tratarte como un objeto s****l, tenía un concepto del amor tan errado antes de conocerte, tu volteaste mi mundo perfecto al revés, fue difícil para mí reconocer que me había enamorado de una escort, o por lo menos de lo que creía que eras.
— Ahora lo entiendo, — dijo ella — pero no quisiste creer en mí, cuando te dije que yo no era lo que imaginabas, fue una locura lo de esa noche que nos marcó a los dos.
— Quiero reparar mi error Catalina, dame la oportunidad, ¡divorciate de Majors, cásate conmigo, te amo como jamás he amado a ninguna mujer en mi vida!— Suplicó Evan.
—¡Como si fuera tan fácil!— exclamó ella.
— ¿Acaso tu no me amas?— preguntó lleno de temor por escuchar la respuesta de ella.
Ella suspiró y dijo:
— ¡Te amo Evan! Pero tengo un compromiso con los Majors y no puedo faltar a mi promesa, lo nuestro no pudo ser ni antes ni ahora, solo queda nuestro hijo para que recordemos que las cosas hay que hacerlas bien y no en medio de locuras.
— ¡No me arrepiento de esa noche! ¡Eres lo mejor que me ha pasado Catalina! ¡Ven conmigo mi amor! ¡Deja todo ésto! ¡Yo puedo darte más de lo que ahora tienes!— suplicó.
— No es dinero Evan, es mi palabra, prometí cuidar de todo ésto y no voy a faltar a mi promesa— dijo ella con firmeza.
— ¡Por encima de lo que sentimos!
Ella dudó en ese momento para responder y él se acercó para tomarla en sus brazos y besarla con pasión, ella se abandonó a aquel beso dejándose llevar, pero solo fueron pocos segundos, recuperó la cordura y dijo:
— ¡No Evan, esto no puede suceder más! ¡No vuelvas a acercarte!
Él apretó los labios y reacio se apartó, se sentó resignado, en ese momento, entró Steven y al verlo exclamó:
— ¿Qué haces aquí Evan Bragg?