Conociendo a Steven Majors

1417 Words
Conociendo a Steven Majors. Catalina se quedó mirando a Steven con la expectativa dibujada en su rostro, éste hizo un gesto con su rostro como para demostrar que lo que le diría era de gran consideración. — Tengo un espía dentro de la corporación Bragg. — ¿A qué te refieres?— preguntó Catalina con el alma en vilo,nunca se esperó una confesión así. — Sencillamente lo que escuchaste, hay alguien que trabaja para Evan Bragg y también para mí, así me entero de todos los movimientos de ellos, siempre me gusta estar un paso más adelante que la competencia. — Disculpa, pero eso no me parece bueno, es caer bajo, lo más adecuado es la sana competencia — respondió ella contrariada— la verdad si hubiera sabido de esto, jamás me hubiera metido a trabajar para esta corporación. — ¿Hablas en serio?— dijo él con la voz dura. Ella al escucharlo sintió encoger su estómago, «acaso este hombre era un déspota y la persona» pensó. —Siempre me ha gustado la competencia a nivel de negocios, ser el mejor en todo, por eso al ayudar a mi padre en este emporio económico me propuse alcanzar el nivel más alto en el mercado comercial, pero entonces me enteré que había ya una empresa que se dedicaba a lo mismo en América, mucho más poderosa que la mía, a pesar de no estar acá en Europa, las estrategias de marketing y publicidad siempre habian sido súper poderosas; así que decidí adueñarme de sus creativos, pero no fue nada fácil, la gente que trabaja allí es muy fiel a los Bragg, así que decidí usar un infiltrado. Catalina estaba atenta a la narración de éste hombre, que ya no le gustaba mucho como jefe. Él continuó narrando sus triunfos, como si fuera el mejor del mundo. — Averigüe que había un familiar de la familia Bragg, quien era tildado la oveja negra de la familia, siempre hay uno, entonces me dediqué a buscarlo, le hice una oferta tentadora y el hombre decidió traicionar a su propio primo, desde ese día, Peter es mi espía, se entera de todo lo que sucede en el consorcio, me lo transfiere y nosotros nos apropiamos de las grandes ideas de la corporación. Catalina no podía creer tanta bajeza de una persona a la que hasta unos minutos consideraba un caballero. — ¿A ti te parece que eso es competir? Él la miró con desparpajo y dijo: —¿Cómo lo llamarías tú, Catalina? Ella sin temor respondió: — ¡Robo! Eres un vulgar ladrón de estrategias, Steven Majors! Él apretó la mandíbula en señal de que no le había gustado la respuesta de ella y se defendió diciendo: — ¡Esto es válido a nivel de negocios, te sorprendería la cantidad de Ceos que hacen lo mismo! ¿En qué mundo vives mujer? —En uno de honestidad y buenas costumbres—respondió ella — ¿Sabes que? No deseo estar más con tu empresa. Él se quedó mirándola y sus ojos de repente mostraron una chispa que asustó a la muchacha, la cara de aquel hombre se transformó en una máscara fría de maldad que ella no conocía. — Mi querida Catalina, lamento que tengas escrúpulos, pero después de lo que sabes, entenderás que no puedo dejarte ir de mi lado — dijo Steven Majors marcando cada sílaba. Ella se repuso rápidamente de aquella mala impresión y respondió: — ¿Pretendes obligarme a trabajar contigo? ¿Piensas esclavizarme? — Si me obligas, sí— dijo él con voz fría y cortante— te recuerdo que tú viniste a mi buscando éste empleo, renunciaste a los Bragg por sentir que el ambiente no te ayudaba, así que mejor mantén tu palabra y sigue acá como si nada ha pasado, al final no te afecta, ya no tienes que ver con ellos; ¿o si?. Ella tragó un nudo imaginario y solo negó con la cabeza al tiempo que decía: — No tengo nada que ver, pero tampoco voy a estar robando para lucrar mi vida — respondió desafiante. Él se paseó por la oficina con una sonrisa malévola en el rostro y dijo: — ¡Catalina, Catalina! ¡Eres tan ingenua! ¿Crees que no sé porqué estás tan afectada por saber lo que sabes? Siempre investigo a la gente que trabaja para mí cariño, fue muy fácil, después que volviste a tu trabajo averiguar de tí. Ella lo miró desafiante diciendo: — Si, sé que ustedes, los millonarios tienen sus mañas para enterarse de todo. Steven sonrió: — No te puedo negar que la aprovecho al máximo— confesó él— Peter sabe mucho de tí, como él es mi infiltrado, le pregunté si te conocía y obviamente que me respondió con detalles. Catalina hizo un gesto de desagrado con sus labios y éste hombre sonriente dijo: — Fuiste la novia de Wilcox, además de que Evan Bragg al parecer tenía ganas de llevarte a su cama y entendí; “lo de que, el ambiente no era muy bueno para tí”, ¿ves cómo que se todo? Aunque hay algo que me ronda en mi cabeza; ¿el niño que esperas es de Peter o de Evan? Ella apretó los labios en gesto de enojo para decir: — ¡Es mío! — ¡Jajajajaja, sí claro!— exclamó—¡Pero necesitas espermatozoides para lograr embarazarte! ¡Quizás Bragg si te metió en su cama! Por cierto por eso decidí traerte a Europa conmigo, quise alejarte de la tentación. — ¡Me estás insultando Steven!— se defendió ella. El reconoció que se había extralimitado y lo reconoció: — Tienes razón, me disculpo por ello, es tu hijo, pero te tengo una noticia que te va a agradar muchísimo. Catalina arrugó su entrecejo y dijo: — ¿A qué te refieres? Él rodeó el escritorio y se acercó a ella diciendo: — Quiero asegurarme de que no te vayas de mi lado en algún momento y vayas con el chisme a Evan Bragg, por eso, tú y yo vamos a casarnos lo más pronto posible. Ella achicó sus ojos tratando de comprender lo que escuchaba; él continuó — Si querida, serás mi esposa y ya no tendrás que preocuparte por el padre de tu hijo, pues obviamente, llevará mi apellido. —¿Te has vuelto loco? ¡Yo no deseo unirme a ti en matrimonio!— exclamó Catalina indignada. — ¡Eso que importa! ¡Tú tampoco me gustas mucho que digamos! ¡Me gustan más sofisticadas! ¡Eres simple!— respondió él humillante. — Entonces deja de decir sandeces y quedamos como estamos, tú mi jefe y yo tu asistente— dijo ella muy enojada. —¡No! ¡Ya lo decidí Catalina, serás mi esposa! Tu hijo será mío también y así eso te obligará a guardar fidelidad; no puedo arriesgar mis negocios por tus estúpidos escrúpulos; ¿me entiendes? — No necesitamos casarnos — dijo Catalina — confía en que yo no hablaré de lo que haces para lograr éxito en tus negocios, además no soy chismosa. Él movió su cabeza de un lado al otro negando la posibilidad a la chica de librarse de aquel matrimonio. — Podría confiar en eso, pero me gusta ir a lo seguro, así que ya lo decidí, serás mi esposa, en unas semanas nos casamos y asunto olvidado, serás Catalina Majors y todos felices cariño. Ella comprendió que no tenía salida con aquel hombre, que apenas empezaba a conocer, suspiró con resignación y él dijo: — Así me gusta mi amor, que seas obediente, de hoy en adelante seré tu dueño y señor, tu hijo será mi hijo y obviamente, tendremos otros hijos, verdaderos Majors. Catalina no podía creer que aquello le estuviera sucediendo, cuánto lamentaba ahora haberse precipitado a tomar la decisión de renunciar a trabajar para Evan, éste hombre era un enfermo psicópata de los negocios, dispuesto a todo por lograr sus objetivos, aún así ella se atrevió a desafiar a Steven Majors. — Quiero aclararte algo, voy a casarme contigo, porque no me queda más remedio, ya que estás obligándome, pero no pienso dormir contigo, jamás— dijo enfatizando sus palabras. Él la miró con ironía y con gesto de burla dijo: — Está bien, por los momentos quedamos así, pero recuerda, me perteneces desde hoy, tú y tu hijo, no te atrevas a traicionarme, no querrás conocerme enojado, ven nos vamos a casa.
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