Victoria me mira. —¿Qué pasa? —El drama con patas —le respondo, agitando el teléfono. Abro el chat y empiezo a escribir. Ya cálmate, no eres mi marido. Ya. Mando el mensaje. Muerdo el borde del vaso. A los segundos, aparece el doble check azul. Y claro, responde. ¿Qué? Dime dónde estás. Yo sonrío con malicia. Te estoy esperando en el Penthouse. Ah, no, espera, ese era su mensaje anterior. Yo contesto: No creo volver temprano. Estoy en un club con mi hermana celebrando. Así que… hasta mañana. Me quedo mirando el texto unos segundos antes de darle enviar. Pero algo en mí dice que no es suficiente. Así que agrego: O puedes ir a tu casa, llegaré tarde. Ah, cierto… no tengo las llaves. Lo siento, me quedaré a dormir en casa de uno de mis amigos. Creo que me darán su sofá. Y envia

