Facundo
Miré hacia afuera después del último mensaje que me mandó Sebastián, tenía que meditar lo que quería hacer, tenía un mes, según él, para hacerlo. Sentí la mano de María, la miré, me estaba pasando el mate. Me sonrió, casi parecía que sabía lo que tenía en la cabeza y trataba de calmarme.
—Para mí que algo lo empezás a querer a Sebas.
—A veces me da pena. —Tomé un sorbo—. De todos a los que le podía pedir que fuera a su cumpleaños, me lo pidió a mí. —Miré para afuera y volvía a mirarla—. Casi que empiezo a pensar que Gabo tiene razón, ¿sabés? Parece que quiere decir algo y no sabe en quien confiar.
—Yo creo que sí sabe que puede confiar en vos, pero todavía no sabe cómo decirte.
Me terminé el mate y se lo devolví. Miré para afuera, ya empezaban a llegar los padres al colegio pa
